Mujeres de Juchitán son fundamentales para la reconstrucción
Como
muchas mujeres en Juchitán, Francisca Miguel Medina, de 70 años de
edad, perdió su casa en el terremoto del 7 de septiembre y aunque no
recibió folio de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y
Urbano (Sedatu) para recibir apoyos económicos, recolecta residuos de
aluminio (latas y botes) en el basurero municipal para reactivar su
economía y sobrevivir.
Además de pepenar, la mujer también elabora totopos, sin embargo todo
lo perdió con el terremoto, su vivienda y su cocina de barro, Francisca
tampoco fue beneficiada con la entrega de apoyos que entregó la
Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI).
Originaria de San Miguel Chimalapa, desde hace medio siglo vive en
Juchitán; Na Chica, como la conocen sus vecinos con la recolección de
residuos ha sacado adelante a sus hijos y ayuda a su esposo, quien está
enfermo y no puede trabajar.
En el terreno donde vive Na Chica también está otra vivienda, sin
embargo solo censaron la de su hijo pero la de ella no. El único apoyo
que ha recibido ha sido de la comunidad Menonita que se solidarizó
dándole una vivienda de lámina donde habita después del terremoto.
Para colectar las latas, camina en medio de un suelo oscuro y de
vidrios rotos que deja la basura que se quema, de repente truenan las
latas de aluminio de tanto calor que reciben del fuego, Francisca se
hace a un lado y no se detiene, su meta es colectar dos sacos y una vez
terminado se va a su casa, donde comienza la segunda etapa, separar los
residuos para venderlos.
Con una vara de madera descubre en el suelo infinidad de basura, pero
solo escoge las latas de aluminio, Francisca dice que el aluminio y el
cobre es lo que vende más.
La mujer de 70 años no sabe de descansos y tampoco fines de semana,
al igual de salarios mínimos, seguro social o aguinaldo, su preocupación
es recolectar 10 kilos que vende cada semana y por el cual le pagan 350
pesos.
Su figura delgada le permite tener movimiento, recoge de un lado a
otro la basura y ella misma la separa cuando llega a su casa, Francisca
realiza múltiples actividades como esposa y ama de casa.
“Llevo cuatro meses sin poder elaborar mis tortillas y ya estoy
desesperada, con la venta de los totopos obtengo otro ingreso que aunque
poquito me sirve para comprar los medicamentos de mi esposo quien está
enfermo y no trabaja”, dijo.
Para preparar sus alimentos lo hace con fogón, no tiene estufa y
tampoco muebles, sus pocas pertenencias se ubican en el patio y solo
tiene unas hamacas y catres que usa para dormir.
En Juchitán, las mujeres han sido fundamentales para la
reconstrucción después del terremoto, explica la abogada y defensora de
los derechos de las mujeres Mayra López Pineda, quien expresa que a
pesar de las actividades propias de su hogar ellas han salido a buscar
el recurso para volver a construir sus casas y reactivar su economía.
La abogada feminista describe a la mujer zapoteca e istmeña como
capaz de sobresalir ante cualquier situación, caso especial el terremoto
que dejó a más del 70 por ciento de las viviendas en Juchitán
afectadas.
“Hablar de la reconstrucción y de las mujeres ha sido primordial,
vemos como ellas en la etapa de emergencia con todos los cuidados de ser
madre de familia también colaboraron en las cocinas comunitarias y
estuvieron pendientes de todo, ahora en la reconstrucción son las que
están viendo cómo sacar adelante a su familia, muchas de ellas no
recibieron apoyos gubernamentales pero si de la sociedad civil, que ha
sido fundamental en esta reconstrucción”, aseveró.
Mayra describe que la participación de las mujeres también ha sido en
la reconstrucción económica, en la cual se ha visto un abandono de las
autoridades y no así de la sociedad civil que ha dado un gran respiro a
los damnificados después de la devastación que dejó el fuerte sismo.
Según datos de la Coordinadora General de Damnificados del Istmo
hasta el momento registran que unos12 mil damnificados por los sismos
del 7 y 23 de septiembre no recibieron folio de parte de Sedatu, y otras
5 mil personas exigen una reclasificación de daños de sus viviendas,
catalogadas como parcial que deben ser consideradas con daño total. Las
familias no han podido iniciar con la reconstrucción por falta de
recursos económicos.
Imagen retomada del portal página3.mx
Por: Diana Manzo
Cimacnoticias/página3.mx | Juchitán, Oaxaca
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