1/10/2018

Los periodistas pal cafe. . .


Una de las líneas centrales de la propaganda y la retórica priístas contra Andrés Manuel López Obrador consiste en relacionarlo con Venezuela y sus dirigentes socialistas, el difunto Hugo Chávez y el persistente Nicolás Maduro. Dicha asociación forzada es una variante del López Obrador, un peligro para México que la derecha y sus aliados enderezaron en 2006 contra el político tabasqueño.
El intento de venezolizar el tema de Morena, y de su máximo líder y virtual candidato presidencial por tercera ocasión, pretende sembrar el miedo de los votantes a escenarios políticos e ideológicos de los que López Obrador está muy distante, más cargado, en esas comparaciones, a la derecha que a la izquierda, deseoso de modulaciones, pero no de revoluciones, cargado de acompañantes lejanos de los perfiles preferidos por los mandos de Caracas. Pero los publicistas del PRI consideran que el manejo de esa línea propagandística podría bajar las tendencias de voto favorable a AMLO, y en esa tesitura han aparecido pintas en calles venezolanas.
No se le está dando con facilidad a José Antonio Meade Kuribreña el tránsito de las sutiles prácticas diplomáticas, hacendarias y suministradoras de beneficios asistenciales, en las que se ha especializado, hacia la rudeza de la confrontación política. Ayer, en Querétaro, por ejemplo, se lanzó contra Javier Corral Jurado, el gobernador panista que ha denunciado represalias contra su administración chihuahuense por haber dado a conocer detalles de triangulaciones delictivas de dinero federal a campañas electorales priístas.
Como si no hubiera una veintena de recientes ex gobernadores priístas involucrados en graves hechos de corrupción, uno de ellos César Duarte Jáquez, el antecesor de Corral en Chihuahua que, entre otros detalles, se hizo de un banco utilizando fondos estatales para depositarlos en esa empresa, o como si no estuviera poblada la geografía mexicana de abusos criminales por parte de estructuras de gobierno, Meade pareció enterarse por primera vez de detalles negativos de un político mexicano: vemos en este país, por primera vez en muchos años, a un gobernador que tortura (...) vemos por primera vez en el país a un gobernador que engaña, vemos a un gobernador que en Chihuahua se le multiplicó por cuatro la inseguridad y que cada vez que tiene problemas inventa y confronta. ¿Corral, un gobernador que tortura? Bueno, se defendió Meade diciendo que tal fue lo que leyó en los periódicos, por lo que debe ser cierto.
No suena sensato en voz de un candidato priísta el denunciar como novedosas las presuntas características de un adversario que a la vez son distintivas de las élites del priísmo y sus aliados. Ver la paja en la Chihuahua ajena, y no la viga en el historial priísta y gubernamental que le es propio, es una exageración evidente de Meade, que al disparar discursivamente con tal desproporción contra Javier Corral pareciera dejar testimonio de que lo difundido en Chihuahua ha enardecido a las cúpulas del gobierno federal.
Javier Lozano Alarcón renunció ayer a Acción Nacional, como parte del proceso de extinción de expectativas satisfactorias del calderonismo en ese partido. Ya antes Margarita Zavala Gómez del Campo había dejado esta histórica organización de derecha, derrotada en su intento de ser candidata presidencial por la vía partidista. Su esposo, Felipe Calderón Hinojosa, habrá de abandonar también al PAN, en el momento que crea que pueda hacer más daño al segundo verdugo del calderonismo, Ricardo Anaya, pues el primero fue Gustavo Madero, quien llegó a la presidencia del partido de blanco y azul en diciembre de 2010, con Calderón instalado en Los Pinos y, desde entonces, ese calderonismo apenas ha podido ganar algunas posiciones de consolación, entre ellas el puñado de senadurías facciosas de las cuales una fue para Lozano Alarcón, quien había renunciado al PRI en 2005 para ocupar en el sexenio represivo y sangriento (2006-2012) la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ejercida esta cartera con tozudez operativa y ánimo de constante pendencia política.

Otros de esos senadores calderonistas, como Ernesto Cordero y Roberto Gil Zuarth, deberían seguir, por congruencia, el camino de Lozano Alarcón, confrontados como están con Ricardo Anaya. Una ironía que denota la cada vez más evidente inviabilidad política de Margarita Zavala es que, al menos Lozano, pareciera claramente enfilado no hacia las filas de la aspirante a candidata independiente, sino a las del abanderado del PRI, José Antonio Meade. En realidad, la priísta es la única opción práctica que le queda a ese calderonismo minoritario en la estructura decisoria del PAN y sin una base social verdadera. Con Meade, en una especie de apartado ciudadano, podrá acabar la corriente encabezada por Felipe Calderón, en busca de cargos en un eventual gabinete y candidaturas mediante alianzas con el priísmo tan necesitado de recibir, así sea de forma indirecta (solo con el voto o mediante Twitter), a prosélitos tácticamente descarriados, como el cantado caso de Lozano Alarcón (quien fue subsecretario en SCT y Gobernación durante el zedillismo, y vocero del PRI y de la campaña presidencial de Francisco Labastida Ochoa).
Astillas
A la hora de cerrar esta columna todo parecía listo para que hoy se consume la salida de Miguel Ángel Osorio Chong de la Secretaría de Gobernación, para luego ser candidato priísta a senador. Ayer dio una especie de despedida, con la instalación de una estatua de Benito Juárez en las oficinas de Bucareli como referencia para elogiar a los empleados y mandos de esa secretaría (y, en realidad, a su propia gestión como secretario)… Miguel Ángel Yunes Linares, actual gobernador de Veracruz, padre del precandidato a sucederle, Miguel Ángel Yunes Márquez, y del presidente municipal de Veracruz, Fernando Yunes Márquez, insiste en retar a AMLO a debatir sobre honestidad política… ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Alex Newman del portal NewAmerican –del grupo de extrema derecha John Birch Society– expone la advertencia del influyente cabildero del Partido Republicano, Roger Stone –confidente del polémico presidente y quien se atribuye haberlo lanzado a la política–, sobre el plan C del Deep State (Estado Profundo) y su cábala globalista para asesinar a Trump (https://goo.gl/iXgRdp).
Roger Stone formó parte de los equipos de campaña de Richard Nixon, Ronald Reagan, y el senador Bob Dole, y alardea conocer como nadie a Trump: es tan rico que no necesita a George Soros ni a los Warburgs ni a los Rothschild. Trump amenaza el poder del Deep State cuando el duopolio bipartidista ha destrozado a EU con los Bush y los Clinton colaborando juntos en una ininterrumpida familia criminal (sic).
A juicio de Stone, el plan A del Deep State está haciendo agua cuando utiliza al fiscal especial Robert Mueller, vinculado obscenamente a los Bush, ya que no ha podido demostrar evidencia alguna sobre la etérea colusión rusa. A grado tal que el polémico profesor de leyes de Harvard, el israelí-estadunidense Alan Dershowitz –cercano al Partido Demócrata e implicado en redes de pedofilia con Bill Clinton (https://goo.gl/3J5Ds4)–, juzga que Mueller ha rebasado sus límites (https://goo.gl/36yEyT).
Roger Stone fustiga la naturaleza fraudulenta de la investigación del fiscal especial Robert Mueller, por lo que sin cuerpo del delito en su plan A, el Deep State elevará la puja con su plan B: aplicar la Enmienda 25 por insanidad mental de Trump (https://goo.gl/iWvYWb), objetivo del libro Fuego y furia de Michael Wolff, quien lo reconoce abiertamente (https://goo.gl/we21aT).
Una vez más fallaron los genios de la tecnocracia, y su abollada bola de cristal ni siquiera fue útil como adorno. Ello porque, entre otros indicadores económicos que no atinaron, la inflación general cerró 2017 en un nivel no registrado desde el arranque del nuevo siglo, mientras el alza de precios de la canasta básica –la consumida por la mayoría de los mexicanos– resultó 3.4 veces superior a la reportada en 2016.
En agosto de 2017 el Índice Nacional de Precios al Consumidor alcanzó una cota anualizada de 6.66 por ciento, lo que provocó alarma entre los consumidores y generó sesudas declaraciones de los funcionarios encargados del manejo macroeconómico. Así, el primer día de septiembre pasado, José Antonio Meade, entonces secretario de Hacienda, pronosticó que un descenso en la inflación deberá verse en el último trimestre del año y seguirá convergiendo a la baja.
Al mismo tiempo, Agustín Carstens, a la sazón gobernador del Banco de México, estimó que 2017 cerraría con una inflación de 5.5 por ciento, al tiempo que aseguró que el avance de los precios está cerca de llegar a su techo, a su nivel máximo; no estamos muy lejanos de ver una tendencia clara de inflación descendente. Y ambos se quedaron tan tranquilos.
Pues bien, hoy José Antonio Meade es el gris precandidato priísta al hueso mayor y Agustín Carstens despacha cómodamente en la oficina principal del Banco de Pagos Internacionales, con sede en Basilea, Suiza, y los mexicanos cargan con las consecuencias, pues la inflación cerró 2017 en un nivel no reportado desde hace 17 años: 6.77 por ciento, el doble que en 2016 y muy lejos de los alegres pronósticos del ex secretario de Hacienda y del ex gobernador del Banco de México.
Peor le fue a la mayoría de los consumidores, pues los precios de la canasta básica aumentaron 9.61 por ciento, proporción 3.4 veces mayor que la registrada en 2016 y alejadísima de la mítica teoría de Meade-Carstens, de que la inflación seguirá convergiendo a la baja, porque está cerca de llegar a su techo. Y en el arranque de 2018 la escalada de precios goza de cabal salud, velocidad y empuje, de tal suerte que los aumentos salariales fueron nulificados nomás inició el año nuevo.
El reporte oficial del Instituto Nacional de Estadística y Geografía señala textualmente que en diciembre de 2017 el Índice Nacional de Precios al Consumidor presentó un crecimiento de 0.59 por ciento mensual, así como una tasa de inflación anual de 6.77 por ciento. Los datos que se comparan con los publicados en el mismo mes de un año antes fueron de 0.46 por ciento mensual y de 3.36 por ciento anual.

Aquel primer discurso del precandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Meade, el domingo pasado en el puerto de Veracruz, donde acusó al ex gobernador Javier Duarte de Ochoa de traicionar al priísmo, no sólo buscaba el necesario deslinde de quien es considerado el político más corrupto del país, sino que de rebote tenía por destinatario a un nutrido grupo de duartistas, hoy militantes y activistas informales en el proyecto monárquico-sucesorio del gobernador panista Miguel Ángel Yunes Linares.
Confrontar al vergonzante duartismo fue pretexto y advertencia a Yunes Linares sobre los riesgos de su desatado pragmatismo, que lo lleva a negociar con un grupo de conspicuos amigos del reo del Reclusorio Norte apoyo económico o político a cambio de protección e impunidad. Durante su campaña, el mismo gobernador los acusó de formar parte de la pandilla delincuencial que saqueó Veracruz.
Meade, como candidato de Peña Nieto, desde la plenitud del pinche poder, revivió el tema de la corrupción, en parte por la necesidad de alejarse coyunturalmente de lo que representa Duarte, pero también para insinuar que el paraguas yunista azul, que hace arreglos con ex funcionarios manchados por el asalto al erario y la impunidad, no será suficiente para librarlos de sus responsabilidades, asentadas en los expedientes abiertos por la Auditoría Superior de la Federación.


El lunes anterior, durante su visita a Ciudad de México, Javier Corral Jurado se permitió la ligereza de afirmar que pese a la existencia de todo un objetivo de descalificar este esfuerzo, el asesinato de la corresponsal de La Jornada, Miroslava Breach Velducea, cometido el 23 de marzo de 2017 en la capital de Chihuahua, es el primer caso que se resuelve en muchos años.

Elogia relato sobre el drama de refugiados en Grecia
Cuando la nueva disposición de Donald Trump es expulsar a 200 mil salvadoreños de Estados Unidos y el gobierno belga deporta a Sudán a ciudadanos perseguidos, Laura Restrepo muestra el drama de los refugiados en Grecia. Huyendo de las guerras y otros horrores sirios, iraquíes y afganos, con una proporción altísima de niños, procedentes de Turquía, han caído en Lesbos para recordar al mundo quienes son los que viven esa condición.

Por omisión o negación, uno de los aspectos que en México restan fuerza al debate político consiste en cruzar ideas poco inclinadas a reparar en la pertinencia de lo sustentado. V. gr.: ideas que a un tiempo, frente a lo que acontece, se anhela o se cree, conllevan la escasa predisposición para indagar en lo que realmente acontece, se anhela o se cree.
Hace 40 años, la mañana del 10 de enero de 1968, el periodista Pedro Joaquín Chamorro fue asesinado por sicarios de la dictadura de la familia Somoza. Iba solo, ajeno como era a guardaespaldas, al volante de su propio vehículo, cuando los asesinos a sueldo lo emboscaron en un paraje desolado de las ruinas de Managua, devastada por el terremoto de 1972 y le dispararon con una escopeta y llenaron su cuerpo de perdigones.

El Papa encontrará Chile y Perú, dos países andinos, muy transformados. Su visita será en circunstancias muy diferentes. En ambas naciones hay grandes expectativas y se esperan magnas concentraciones humanas para ver y escuchar a uno de los pontífices más populares en la región. La oficina de prensa de la Santa Sede anunció desde el 19 de junio 2016 que Francisco realizaría la esperada visita a Chile, del 15 al 18 de enero, y a Perú del 18 al 21 de enero de 2018. En Chile, el pontífice visitará Santiago, Temuco e Iquique. En Perú estará en Lima, Puerto Maldonado y Trujillo. Por tanto, en unos días más, se concretará la gira del Papa argentino, en medio de expectativas sociales, religiosas, ambientales y hasta geopolíticas.

El mañana de este año electoral se atisba inestable, por predicarle su menor descripción. Lo será por el desequilibrio, ya manifiesto, en sus variables económicas. Pero también por el nerviosismo que introducen las relaciones externas: la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) entrará en su etapa más delicada y definitoria. Si ese nuevo acuerdo no es promotor de serio temblor, habría que apuntar hacia los estragos que inducirá la cariñosa reforma fiscal hacia el gran capital, aprobada por los republicanos a pedido de Donald Trump. La misma competencia por la Presidencia de la República es una causal directa de incertidumbres acendradas. Y, como si estas coincidencias, diríamos naturales, no fueran suficientes, se deberá agregar toda una carga adicional con aires explosivos. Desfilan entonces álgidos problemas, como la violencia que campea por la nación pero que, en ciertos lugares, alcanza picos de alarma y terror.
El tema de la inteligencia artificial despierta grandes inquietudes. Algunas están relacionadas con complicaciones reales, como el de la pérdida de empleos. Otras se vinculan con el problema de si las máquinas podrían adquirir consciencia de sí mismas en la medida en que alcancen mayores niveles de inteligencia. Ese día no está tan próximo como algunos aficionados del tema creen. Pero eso no quiere decir que no existen razones para preocuparse.

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