Carrizal Mining vierte desechos en el arroyo que surte a comunidades, aseguran otomíes
Tiene certificado de la Profepa como industria limpia, dicen directivos; destacan creación de 750 empleos
Pobladores de Zimapán, Hidalgo, y municipios aledaños, así como
activistas, atribuyen los decesos frecuentes de animales a que beben
agua contaminada con desechos de la minera Carrizal Mining, en el arroyo
de la Barranca de San Francisco
Autoridades y vecinos de la comunidad El Mezquite Primero, municipio
de Zimapán, denunciaron que la minera Carrizal Mining SA de CV vierte
jales o desechos en el arroyo del fondo de la barranca de San Francisco,
que surte de agua a localidades indígenas otomíes de la sierra Gorda
hidalguense.
Germán Andrade Cervantes y Martín Sánchez, delegado y ex delegado,
respectivamente, de El Mezquite Primero, y Víctor Guerrero, de la
agrupación Comunidades Unidas de Zimapán (CUZ), aseguraron que Carrizal
Mining SA de CV arroja polvos tóxicos al arroyo, lo que ha contaminado
el agua y la tierra,
con la complacencia de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Sin embargo, Carlos Alberto Silva Ramos, director general de la
empresa –que tiene un contrato con Peñoles para explotar minas en
Zimapán, de donde ex-traen plata, plomo, zinc y cobre– rechazó los
señalamientos y aseguró que cuenta con un certificado de industria
limpia otorgado por la Profepa.
Los representantes en Hidalgo de la citada dependencia se han negado
de manera reiterada, desde hace tres semanas, a dar entrevistas al
respecto.
En un recorrido que La Jornada realizó por El Mezquite
Primero, situado en la zona boscosa de la sierra Gorda de Zimapán, se
constató que en algunas partes el agua del arroyo de la barranca de San
Francisco está blanquecina a causa, según Andrade Cervantes, de los
polvos grisáceos provenientes de una de las presas de jales de Carrizal
Mining.
Arsénico y cianuro en suelos
En algunos puntos, la tierra de la orilla del arroyo
tiene tonalidades rojizas, lo que de acuerdo con Víctor Guerrero, es
prueba de que los jales están contaminando el suelo con arsénico y
cianuro, utilizados en el proceso de separación de metales.
Alertó que esto resulta altamente peligroso, pues
provocará la paulatina desertización del bosque, así como la proliferación de casos de cáncer.
Explicó que en los meses de abril, mayo y junio, que por lo regular
son muy lluviosos, las precipitaciones provocan la crecida de arroyo que
se encuentra en el fondo de la barranca, por lo que los polvos
contaminantes son conducidos por la corriente de agua a poblados vecinos
que se encuentran a lo largo del afluente.
Andrade Cervantes aseveró que es frecuente encontrar cadáveres de
vacas y toros, al parecer envenenados por tomar agua contaminada de la
barranca,
lo cual nos preocupa porque es la misma agua que usamos para sembrar y asearnos.
Sostuvo que Carrizal Mining vierte agua al arroyo a través de un
túnel que hicieron los operarios de la empresa para desfogar la mina.
La compañía dice que esa agua no es potable y por tanto no apta para consumo humano, pero sirve para la agricultura porque no está contaminada con cianuro... la verdad no lo creemos, subrayó.
Piden apoyo a la CUZ
Por esa razón, con el aval de los pobladores y mediante
un oficio que tiene los sellos oficiales de la localidad, con fecha del
primero de abril, Germán Andrade y Antonio Cervantes, delegados de El
Mezquite Primero solicitaron a la CUZ apoyo para costear la elaboración
de un estudio del agua del arroyo para determinar si está contaminado
con desechos mineros.
Víctor Guerrero explicó que en presencia de un notario público se extrajeron muestras de agua en varios puntos del arroyo.
Con los resultados de esos estudios se va a elaborar un informe técnico para cuantificar los efectos de la devastación del entorno ecológico a fin de iniciar acciones de tipo legal contra Carrizal Mining, expuso.
De acuerdo con el catálogo de localidades, elaborado en 2010 por la
Secretaría de Desarrollo Social federal, El Mezquite Primero es un
poblado con grado de marginación muy alto y la actividad primordial de
sus habitantes es la agricultura.
Los habitantes de esta comunidad, que carece de los servicios
básicos, se surten de agua potable mediante una manguera de alrededor de
una pulgada de diámetro y 300 metros de largo conectada a un manantial.
Germán Andrade recordó que la manguera la instaló Carrizal Mining,
luego de que los lugareños insistieron mucho a los directivos de la
minera de dotarlos del agua del manantial, pues la del arroyo no es apta
para consumo humano.
Camino dañado
En tanto, el camino vecinal que comunica a El Mezquite
Primero con la carretera estatal, que va de San Francisco a la localidad
de El Xhode, está muy deteriorado a causa de las rocas que con
frecuencia se desprenden de los cerros.
En varias ocasiones hemos pedido apoyo a la minera para que se repare el camino, pero no nos hacen caso, apuntó Germán Andrade. Reprochó:
en Zimapán alcaldes van y vienen, nos prometen en sus campañas que van a reparar el camino pero nunca lo cumplen.
José Cantera, otro activista de la CUZ, mencionó que
los dueños (de la mina) aseguran que tienen pocas ganancias y no les alcanza para apoyar a las comunidades, ademas de que cada año pagan un impuesto de 7.5 por ciento de sus ganancias al gobierno federal.
En cuanto a la promesa que Carrizal Mining hizo en 2009 –cuando
inició operaciones– de dar empleo a los lugareños, Germán Andrade y
Martín Sánchez puntualizaron que sólo les han dado trabajo a cuatro o
cinco habitantes de El Mezquite Primero, y de manera temporal.
Versión de Carrizal Mining
Carlos Alberto Silva Ramos y Sergio Durán, director
general y gerente, respectivamente, de la empresa mexicana Carrizal
Mining negaron los señalamientos tanto de las autoridades de El Mezquite
Primero como de los miembros de la CUZ.
En entrevista, Silva Ramos aseguró que el arroyo de la barranca de
San Francisco sólo tiene agua en tiempos de lluvias y que el líquido que
hay fuera de ese periodo estacional proviene de lo que llamó
laboreo de las minas, extraída y bombeada por nosotros, la cual es utilizada por los pobladores para sus actividades agrícolas.
Puntualizó que para sacar el mineral se hace un boquete en el
yacimiento y se extrae el agua que proviene del cerro; parte del líquido
es usado para el proceso de separación de los metales y el resto se
vierte al arroyo.
Presa de jales, distante
Aclaró que el agua industrial utilizada en el proceso de
separación de metales, en el que se usa cianuro, se encuentra en lo que
se denomina presa de jales, distante 300 metros del arroyo y aislada por
medio de una cortina de concreto, la cual, según Carlos Alberto Silva,
impide que haya filtraciones de desechos mineros.
Agregó que para extraer el zinc se emplean pequeñas cantidades de
cianuro el cual es destruido por medio de luz y oxígeno inyectado
mediante una bomba de aire. Refirió que el agua industrial usada en la
presa de jales con cianuro se recicla en un 90 por ciento, en tanto el
restante 10 por ciento se evapora
por lo que no se vierte en el arroyo.
En cuanto al tono rojizo que se observa en las orillas del arroyo, y
que de acuerdo con la CUZ es resultado de jales mineros en el agua, los
directivos de la empresa aseguraron que si bien podría tratarse de
óxido, no proviene de la minera, sino que es de origen natural.
Silva Ramos destacó que Carrizal Mining tiene un certificado de
industria limpia emitido por la Profepa, el cual es muestra de que la
empresa cumple con la norma que estipula tanto esa dependencia como la
Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.
Y contrario a lo asegurado por los activistas de la CUZ y las
autoridades de Zimapán, los directivos de la minera aseveraron que
derivado de la operación de la empresa se han generado 750 empleos de
manera directa en el municipio
Foto Juan Ricardo Montoya
Juan Ricardo Montoya
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 23 de abril de 2017, p. 22
Zimapán, Hgo.
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