Permanecen demandas y pocas sanciones a agresores
En
un año, de junio 2017 a junio 2018, en la Universidad Nacional Autónoma
de México (UNAM) por medio del “Protocolo para la atención de casos de
violencia de género” se iniciaron procesos para sancionar a 216
presuntos agresores, pero sólo 146 de ellos recibieron una amonestación,
siete agresores tuvieron mediación con la víctima y 35 siguen esperando
la resolución de su sanción.
Asimismo, no se encontraron elementos para sancionar a 14 presuntos
agresores, cuatro procesos fueron declarados improcedentes por el
Tribunal Universitario (TU), y en tres casos más no se pudo concluir su
sanción porque la persona que presentó la queja en contra de sus
agresores se desistió del procedimiento; en siete casos más no se obtuvo
una sanción porque los agresores solicitaron su baja o jubilación de la
universidad.
Este es el panorama que brindó la UNAM a 2 años de haber implementado
el “Protocolo para la atención de casos de violencia de género”. Este
septiembre, las autoridades universitarias presentaron el segundo
reporte de los resultados que ha generado este mecanismo con el que
cuentan las alumnas, académicas y personal administrativo en las
diversas instalaciones que conforman la UNAM para denunciar la violencia
de género.
Los datos son similares al primer reporte del Protocolo, ese
contempló del 29 agosto de 2016 (fecha que se implementó el mecanismo)
al 12 de junio de 2017, periodo en el que se identificaron a 203
presuntos agresores pero sólo a 176 de ellos se les inició un proceso de
sanción por actos de violencia de género.
El reciente informe del Protocolo contempla a partir del cierre del
primer informe, del 13 de junio de 2017 al 8 de junio de 2018. En este
lapso, 251 personas presentaron una queja por posibles hechos de
violencia de género ante Subsistema Jurídico de la UNAM.
De estas quejas, se identificaron a 253 presuntos agresores pero
únicamente se pudo comenzar procesos de sanción en contra de 216, de
estos, finalmente sólo 146 recibieron una amonestación.
De acuerdo con el informe los principales agresores son el alumnado,
seguido del personal académico, administrativo, personal de confianza y
en menor medida se encuentran personas externas a la universidad.
Sin embargo quienes son sancionados por violencia de género en la
UNAM buscan métodos para evadir la amonestación, el reporte indica que
de los 146 agresores sancionados 31 interpuso ante las autoridades de la
universidad un recurso en contra de la resolución de sanción.
Esto hizo que en un caso que se confirmara la sanción pero en dos se
revocó. Otros dos recursos fueron declarados improcedentes y el resto,
26 recursos, siguen pendientes de una resolución.
De igual manera se interpusieron cuatro demandas y cinco amparos ante
la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje en contra de las sanciones
que fueron asignadas a los agresores de la UNAM.
NO PARA VIOLENCIA DE GÉNERO EN LA UNAM
Actualmente la UNAM atraviesa por momentos turbios frente a los
recientes casos de violencia extrema que enfrentan las alumnas, el año
pasado sacudió a la universidad el asesinato de Lesvy Berlín Rivera
Osorio, ahora, fue el asesinato de la alumna del CCH Oriente, Miranda
Mendoza Flores, secuestrada el 20 de agosto de 2018 al salir del campus y
hallada asesinada días posteriores.
El caso desató una manifestación en Ciudad Universitaria que
organizaron sus compañeros del CCH Oriente, sin embargo, en el acto
irrumpieron “porros” que dejaron a varias personas heridas. La
consecuencia fueron otras movilizaciones estudiantiles que condenaron
los hechos y urgieron a las autoridades a implementar medidas seguridad
en las diversas escuelas que integran la UNAM.
Por su parte, las alumnas siguen demandando a las autoridades de la
UNAM espacios libres de violencia y acoso sexual, y el esclarecimiento e
investigación de las estudiantes que están siendo asesinadas o
desaparecidas en las instalaciones donde estudian.
El segundo informe del Protocolo deja ver esta violencia que tanto
denuncian las alumnas de la UNAM. De las 251 personas que presentaron
una queja, 77 por ciento fueron por actos de violencia sexual (acoso,
abuso y hostigamiento sexual), 36 por ciento fue violencia psicológica,
20 por ciento violencia física, y el resto son otros tipos de violencia
como la económica, patrimonial, por género o identidad de género.
La mayoría de las quejas provienen de mujeres pertenecientes a las
facultades de Ciudad Universitaria, después de la Facultades de Estudios
Superiores (FES) unidades que se encuentran en las periferias de las
Ciudad de México, y por último de Preparatorias y CCH de la UNAM.
A dos años de que funciona el Protocolo, la Oficina de la Abogada
General –de quien depende su funcionamiento- ha hecho “una revisión del
mismo para fortalecer la investigación, sanción y reparación de la
violencia de género”, ha reforzado “las capacidades humanas y técnicas
de la Unidad para la Atención y Seguimiento de Denuncias dentro de la
UNAM”, señala el informe.
El protocolo ha sido fuertemente criticado por diversos colectivos de
alumnas que se han organizado dentro de la UNAM para visibilizar la
violencia de género y desenmascarar a los agresores, exhibiendo nombres
de alumnos o profesores en los llamados “tendederos del acoso”.
Las alumnas han señalado que al presentar sus denuncias se les
requiere muchas pruebas de agresiones que ocurren normalmente en la
ausencia de testigos, desestiman sus dichos, las sanciones son
insuficientes o incluso hablan de que se encubre a los agresores.
CIMACFoto: Hazel Zamora Mendieta
Por: Hazel Zamora Mendieta
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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