De enero a julio
de 2018, Petróleos Mexicanos (Pemex) reportó 8 mil 742 tomas
clandestinas en 25 entidades federativas. El robo de combustibles,
aunado a la corrupción y al riesgo de accidentes que ello genera, es de
los problemas más graves en la empresa del Estado. Por ello es un asunto
de seguridad nacional.
Al ser instalaciones estratégicas para
el Estado mexicano, los 14 mil kilómetros de ductos deberían ser una
prioridad para las secretarías de la Defensa Nacional, de Marina y de
Seguridad Pública, la Procuraduría General de la República y la Policía
Federal.
Las cifras no dejan duda alguna de la
gravedad del problema que hasta ahora no ha podido ser resuelto: en
2017, las pérdidas por este ilícito ascienden a 30 mil millones de
pesos, según informó el director Carlos Treviño en abril pasado, lo que
hace presumir que la cifra debe ser más elevada.
A estos fenómenos de corrupción e
impunidad que arrastra Pemex desde hace más de medio siglo, por culpa de
gobiernos priístas y panistas que han sido cómplices u omisos, deberán
enfrentarse los próximos titulares de Energía, Rocío Nahle; y de Pemex,
Octavio Romero Oropeza, quienes a partir del 1 de diciembre podrán
mostrar un plan de trabajo que permita empezar a revertir esa delicada
situación que sangra las finanzas del país.
Hasta hoy la empresa petrolera del
gobierno sigue confiando en su mismo recurso tecnológico para afrontar
este delito, que emplea desde hace 18 años: el sistema supervisorio de
control y adquisición de datos (Scada), el cual ha demostrado su
incapacidad para resolver el problema.
Lo peor es que cada año se destinan
multimillonarios recursos públicos a esa tecnología, mientras que el
robo de combustible sigue en aumento. Al cierre de este ejercicio, por
ejemplo, se gastarán 205 millones 730 mil 980 pesos en el mantenimiento
de Scada, revela su “Programa anual de adquisiciones, arrendamientos,
obras y servicios 2018”.
El gasto corresponde a cinco
contrataciones. La más costosa –por 150 millones 353 mil 100 pesos–
corresponde a la “modernización del sistema Scada de Petróleos
Mexicanos”, a cargo de Pemex Corporativo, aún pendiente de entregar y de
carácter plurianual: 2018-2019. Éste contempla la “evolución
estratégica de la red y servicios de telecomunicaciones”.
Le sigue el contrato para “mantenimiento
del sistema Scada” de Pemex Logística, relacionado con sus proyectos de
transporte de combustibles por ducto y con un costo de 29 millones 535
mil 821 pesos.
A la lista se suma un contrato de Pemex
Transformación Industrial para “rehabilitación al sistema Scada”,
relacionado con el mantenimiento mayor de la planta fraccionadora
Morelos del complejo procesador de gas Área Coatzacoalcos, para
“revertir las pérdidas económicas y operativas de cerca de 100 mil
millones de pesos” relacionadas con el “robo de productos” y “paros no
programados en plantas de proceso”, por 4 millones de pesos.
Le sigue un contrato de Pemex Logística,
para la “integración del sistema de detección de gas y fuego en
descargaderas al Scada”. El objetivo: reducción de costos y
modernización de infraestructura. Y el costo: 2 millones de pesos.
El quinto contrato es de Pemex
Transformación Industrial, para “rehabilitar el sistema de adquisición
de datos (Scada) de relevadores de protección eléctrica en subestaciones
eléctricas. Al igual que el contrato por 4 millones de pesos, éste
tiene por objetivo “revertir las pérdidas económicas y operativas de
cerca de 100 mil millones de pesos”. El monto asciende a 200 mil pesos.
De acuerdo con la petrolera, la
importancia del sistema de automatización Scada radica en que éste
permite “la detección inmediata de caídas de presión en el flujo de la
Red Nacional de Ductos, así como la atención oportuna de las tomas
clandestinas, a fin de salvaguardar la seguridad de la población, ya que
el robo de combustibles pone en riesgo a las comunidades de las zonas
aledañas y al medio ambiente”.
Dicho sistema cuenta con centros de
control desde los cuales se realiza el monitoreo automatizado a más de
180 sitios a nivel nacional que forman parte de 47 sistemas de
transporte por ducto de la red del Sistema Nacional de Refinación, así
como zonas estratégicas de cuatro ductos petroquímicos.
Según Pemex, ha permitido una operación
flexible, confiable y segura en la red nacional de gasoductos y LPG
ductos, y entró en operación en la red de gasoductos desde el año 2000,
con el fin de preservar la integridad física de los ductos y protección
al medio ambiente, así como a centros urbanos y comunidades.
Scada abarca actualmente todos los demás
sistemas de transporte por ducto de Pemex, incluyendo la instalación y
configuración de hardware y software, así como la integración de señales
automatizadas de los ductos de todas las áreas.
En Pemex Gas, por ejemplo, permite el
control y monitoreo de los sistemas de transporte de gas natural y gas
licuado en tiempo real, los 365 días de año, las 24 horas del día.
De acuerdo con el reporte de tomas
clandestinas hasta julio de 2018, elaborado por la propia empresa
petrolera del Estado, en siete meses han sido descubiertas 8 mil 742
extracciones ilegales, siendo Puebla el estado más conflictivo, con 1
mil 318 tomas; le sigue Hidalgo con 1 mil 55; Guanajuato con 1 mil 16;
Veracruz 951; Jalisco 902; estado de México 850, y Tamaulipas con 741.
Miguel Badillo
[Oficio de papel]
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