En México, 33 por ciento de las escuelas de formación
básica presentan daño estructural y 33 por ciento funcionan con
estructura atípica, alertó el Instituto Nacional para la Evaluación de
la Educación (INEE) al presentar el informe La educación obligatoria en México 2019.
El documento destaca que 55 por ciento de los planteles de educación
básica no tiene condiciones de accesibilidad y 63 por ciento carece de
servicios de Internet. A esto se suma que persisten
grandes desafíos, tanto en la cobertura y permanencia escolares como en los niveles de logro de los estudiantes, pues 4.8 millones de niñas y adolescentes no asisten a clases, principalmente en el nivel de prescolar y bachillerato.
En conferencia de prensa, Teresa Bracho, presidenta de la junta de
gobierno del organismo autónomo, aseguró que ante los desafíos que
enfrenta el sistema educativo,
no será suficientecon la entrega de becas a alumnos de los distintos niveles, y reiteró que es necesaria la existencia de un organismo autónomo que evalúe en qué medida se cumple con el derecho a una enseñanza de calidad.
El documento destaca que el estado de la infraestructura es
particularmente crítico en escuelas ubicadas en localidades rurales y municipios con alto rezago social. Además, se detectó que en los programas educativos las orientaciones para desarrollar competencias son
insuficientes e inconsistentes, pues no se ofrecen a los docentes la guía y el acompañamiento que les permitan cristalizar el enfoque pedagógico en el aula.
El INEE señala que poco más de 7 millones (26.5 por ciento) de niños y
adolescentes en edad de cursar la enseñanza básica viven en 188 mil
localidades rurales. De éstas, tres cuartas partes tienen menos de 100
habitantes, por lo que la dispersión geográfica
ha representado un reto para ofrecer educación en esas zonas; éste se ha enfrentado mediante las escuelas multigrado a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la educación comunitaria del Consejo Nacional de Fomento Educativo (Conafe).
Agrega que si bien el Estado
ha hecho esfuerzos con el fin de llevar el servicio educativo a las localidades rurales, aún son insuficientes para garantizar el acceso universal a la educación. Además, dichos esfuerzos
tampoco han sido pertinentes al no tomarse en cuenta las particularidades de las escuelas multigrado, lo que profundiza la inequidad educativa.
Se identifica, asegura el INEE,
discriminación sistémica en las políticas y prácticas institucionales del sector público, que genera desventajas para los menores y adolescentes de comunidades rurales.
Laura Poy Solano
Periódico La Jornada
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