Juez de EU nos salva
Freno ¿temporal? a devoluciones
Estrategia legal ebrardista
México, migra de Trump
Un juez estadunidense
libra a México, al menos temporalmente, de ser usado como patio de
depósito de migrantes centroamericanos que están en espera de que el
vecino país resuelva si les concede asilo (posibilidad, esta, a la que
se opone vehemente y expresamente el migrafóbico Donald Trump).
Por medio de diversas presiones económicas y diplomáticas, el
gobierno estadunidense ha obligado hasta ahora a México a aceptar la
decisión unilateral de devolver a los migrantes que hubieran cruzado la
frontera y solicitan el mencionado asilo. Conforme a la ley del país de
las barras y las estrellas, dichos demandantes deberían esperar en
territorio estadunidense a que sus trámites lleguen al punto de
resolución. Pero Trump no desea tenerlos en Estados Unidos y decidió
regresarlos a México, país que objetó en términos declarativos tal abuso
trumpista, pero que en los hechos argumentó que por
razones humanitariasaceptaría a tales viajeros centroamericanos, caribeños y provenientes de otros países.
La ilegalidad de ese trumpismo migratorio fue confirmada ayer por el
juez de distrito Richard Seeborg, con sede en San Francisco, California.
Ha de decirse que la estrategia de resistencia legal estaba prevista
por la Secretaría de Relaciones Exteriores, a cargo de Marcelo Ebrard,
desde un inicio. Unos dos meses atrás, una fuente de la cancillería
mexicana relató a una columna astillada que se prefería eludir el golpe
trumpista y, sin presentarle frente político directo, se alentaría o
coordinaría a organizaciones defensoras de derechos humanos, asentadas
en esa nación, para que impugnaran judicialmente la imposición de
Donald. Por lo pronto, y a reserva de venideros movimientos judiciales,
la decisión del juez Seeborg tendrá efectos en todo el territorio
estadunidense y obligará a que los solicitantes de asilo esperen su
desenlace en el propio país en el que lo gestionaron.
La estrategia legal a trasmano funcionó en pleno territorio
estadunidense, pero eso es solamente una parte del conjunto de cesiones
que el gobierno lopezobradorista ha hecho a la asfixiante política
migratoria de Trump. En particular, México se ha convertido en la
policía migratoria de la Casa Blanca en el sur del país, donde se han
registrado marcas históricas en cuanto a detenciones de quienes desde
allá buscan alcanzar la frontera norte para intentar el paso irregular a
territorio gringo.
Por otra parte, como una especie de contraprestación histórica,
migrantes virtualmente encapsulados en el sur mexicano gestionan también
amparos por medio de la justicia federal contra el gobierno
lopezobradorista. La demanda de no ser deportados ha sido presentada por
oriundos de Cuba, El Salvador y Honduras. Ya se verá si en México hay
un juez como el estadunidense mencionado líneas atrás. Aunque, la
verdad, el Poder Judicial Federal está particularmente deseoso de no
generar molestia alguna al Ejecutivo que tiene una reforma judicial
entre sus planes de expansión controladora (aunque endosa la iniciativa
al
independientecoordinador de los senadores morenistas, Ricardo Monreal).
En ese contexto faltaría que México, por sí mismo, deje de servir
como garrote de contención del Istmo de Tehuantepec hacia el sur y deje
de estirar la mano en espera de inversiones estadunidenses para
proyectos desarrollistas de debatible conveniencia y muy probable daño
al interés nacional y social.
Ha dicho el presidente Andrés Manuel López Obrador, como si a él
correspondiera el impulsar o frenar iniciativas en proceso de discusión y
eventual aprobación en el Poder Legislativo, que si no es aceptada su
propuesta de reforma educativa la sustituirá por una vuelta al pasado,
pues haría que se reimplantara la normativa anterior a las
modificaciones peñistas. En tanto, la CNTE resiste, Elba Esther Gordillo
Morales tacha de
reformitalo propuesto y el SNTE declara su apoyo al Presidente.
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