or Lucía Lagunes Huerta*
México DF, 10 oct 12 (CIMAC).-
Cuando un grupo de ciudadanas ve afectada su dignidad en una publicidad
al promover estereotipos que justifican la violencia contra ellas, a
qué instancia podrían recurrir. ¿Existe un mecanismo legal que las
proteja o el libre mercado lo rige todo?
¿Acaso no hay
autoridad que regule la publicidad y vigile que los contenidos que se
emiten sean apegados a la Constitución y las leyes?
Un Estado
de Derecho, cuya Carta Magna reconoce como suyos todos los tratados
internacionales que protegen los Derechos Humanos, defiende la igualdad
y sanciona la no discriminación, tiene la obligación de respetar las
garantías fundamentales.
Si una empresa trasnacional, como
Coca-Cola, que llega al último rincón del territorio mexicano, inicia
una campaña denominada “Actitud ligera” en la que hace apología del
machismo como una práctica válida, en claro atentado a las leyes
mexicanas y sus principios democráticos de igualdad y no
discriminación, qué institución debe acompañar a las ciudadanas para
proteger sus Derechos Humanos.
Revisando las leyes que en la
última década se han creado, encontramos que de acuerdo con la Ley
General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
(LGAMVLV) debe existir un programa integral para prevenir, atender,
sancionar y erradicar la violencia de género, el cual vigilará que los
medios de comunicación no la fomenten y por el contrario favorezcan la
erradicación de todos los tipos de violencia, el respeto a los Derechos
Humanos y la dignidad de las mujeres.
Si la campaña de la
empresa refresquera, “Actitud ligera”, fomenta el machismo –entendido
como el comportamiento patriarcal que devalúa a las mujeres, defiende
la “supremacía” masculina, y sustenta la violencia como mecanismo de
control y sometimiento contra ellas–, y además lo difunde de manera
masiva en espectaculares y spots de radio y TV, ¿no tendría la
autoridad que actuar en consecuencia a su mandato de ley?
Es
nada más ni nada menos la Secretaría de Gobernación (Segob) la que
recibe el mandato directo de la LGAMVLV, para vigilar que los medios de
comunicación favorezcan la erradicación de todos los tipos de violencia
y se fortalezca la dignidad de las mujeres.
Si esto es así, por
qué la campaña “Actitud ligera” sigue vigente y la refresquera
trasnacional cree que no viola las leyes nacionales.
La
exigencia para que la campaña sea retirada no es sólo un reclamo de
legisladoras, feministas, académicas y funcionarias del DF, además de
la queja que por oficio inició el Consejo Nacional para Prevenir la
Discriminación (Conapred), también debe ser una exigencia de las
autoridades competentes, pero la Segob parece no darse cuenta que el
tema le toca, que tendría, por mandato, acompañar este reclamo y hacer
cumplir la ley.
Por el contrario, hace oídos sordos pese a tener
ahí a la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia
contra las Mujeres (Conavim), instancia que preside, a nombre de la
Segob, el Sistema Nacional para Prevenir, Atender, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres.
Las ciudadanas ya
actuaron, dialogaron con directivos de la empresa y dieron sus
argumentos. Ante la sordera de la refresquera, se hizo una clausura
simbólica de sus oficinas para exigir el retiro de la campaña por
generar violencia contra las mujeres, mientras que la autoridad
competente sigue sin aparecer.
No es menor la ausencia de la
Segob, cuyo mandato es vigilar que la LGAMVLV se cumpla. No es un tema
que involucre solamente a un Consejo, la ausencia de Gobernación ante
la movilización ciudadana hace dudar de su verdadero compromiso para
garantizar a las mujeres una vida libre de violencia. Si no es así,
deberá actuar para dejar de preguntarnos ¿dónde está la autoridad?
Twitter: @lagunes28
*Directora general de CIMAC.
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