Por Gladis Torres Ruiz
México, DF, 9 oct 12 (CIMAC).-
Los Estados deben trabajar en construir políticas públicas concretas
para eliminar la desigualdad de género, ya que no basta con realizar
observatorios para ver la situación de las mujeres y realizar
conmemoraciones en días claves.
“Necesitamos acción para
corregir todos los problemas de la desigualdad y las consecuencias tan
graves, como la violencia contra mujeres y niñas”, dijo a Cimacnoticias
Miguel Lorente Acosta, delegado del gobierno español para la Violencia
de Género.
Agregó que ante las alarmantes tasas de violencia
contra las mujeres en América Latina (AL) se debe promover la igualdad
y corregir la desigualdad a través de políticas públicas.
La
Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica que la violencia
contra las mujeres es una constante en todos los países de AL, donde en
los últimos años las cifras se mantienen muy altas, con una incidencia
de entre 30 a 60 por ciento.
Según el estudio “¡Ni una más! El
derecho a vivir una vida libre de violencia en América Latina”, la
mayoría de las mujeres son violentadas principalmente por sus parejas o
compañeros íntimos, ex parejas u otros hombres de la familia o
conocidos.
Si bien se ha trabajado para corregir la desigualdad
trabajando en acciones contra la violencia de género, mejorar la
formación de las mujeres y brindándoles el acceso a la justicia, si no
creamos un espacio donde mujeres y hombres convivan en igualdad de
condiciones, al final seguiremos con barreras invisibles que perpetúan
la inequidad.
El doctor en Medicina, médico forense y ex
profesor de la Universidad de Granada, afirmó que los Estados tienen
que impulsar la igualdad como valor no como igualación, ya que la
igualdad no es una cuestión aritmética de poner mujeres o quitar
hombres, eso es sólo parte del proceso, por lo que en la sociedad es
urgente creer en el valor de la igualdad, interiorizar ese valor como
una forma de actuar y de llevar a cabo ese tipo de iniciativas.
Afirmó
que la desigualdad se ha logrado mantener y se mantiene porque es
beneficiosa para quienes ocupan una posición de superioridad. En este
sentido los hombres se sienten cuestionados e incluso interpretan las
políticas de igualdad como un ataque a su posición de hombre, a la
familia y a todo lo tradicional.
El delegado español añadió que
faltan políticas públicas con medidas concretas desde el Estado, y que
no solamente sean las organizaciones civiles las que promuevan el
debate por la desigualdad y el papel de los hombres en la erradicación
de la desigualdad.
Miguel Lorente abundó que si bien la
violencia de género es una de las manifestaciones más graves de la
desigualdad, también lo es la discriminación, la diferencia salarial
entre los sexos, la feminización de la pobreza, la mayor tasa de
desempleo de las mujeres, y todas esas injusticias que vivimos todos
los días de manera cotidiana como si fuera algo normal.
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