Sólo 5 por ciento para partos, anticoncepción, retrovirales…
Sólo
5 por ciento de la ayuda humanitaria con la que se atiende a mujeres y
niñas que huyen de un conflicto armado y se encuentran en calidad de
refugiadas, se destina a servicios de salud sexual y reproductiva, lo
que vulnera aún más la situación de esta población, advirtió la
Organización de las Naciones Unidas.
El organismo alertó en días recientes sobre la crisis que viven las
personas refugiadas que huyen de algún conflicto armado, como los que se
desarrollan actualmente en el Medio Oriente.
Señaló que más de 26 millones de mujeres y adolescentes necesitan
asistencia humanitaria en todo el mundo y recordó que son ellas las que
más sufren por las consecuencias de los conflictos armados y los
desastres naturales.
Sin embargo –alertó– no se cubren sus necesidades más básicas de salud reproductiva y sexual.
Explicó que en los momentos de crisis, la atención obstétrica y
neonatal, los suministros para partos sin riesgos, los servicios de
planificación familiar, la anticoncepción de emergencia, así como la
prestación de retrovirales o la atención para quienes han sufrido
violencia sexual quedan en un segundo plano.
Por ejemplo en Siria, antes del conflicto, las parteras atendían 96 por
ciento de los nacimientos, actualmente el acceso al cuidado prenatal o
al parto seguro es extremadamente limitado y en algunos lugares no hay
servicio alguno.
En África occidental, donde las tasas de mortalidad materna ya estaban
entre las más elevadas del mundo, la epidemia de ébola terminó de
destruir unos sistemas sanitarios muy frágiles. En Liberia, los partos
asistidos disminuyeron desde 52 por ciento en 2013 a 38 por ciento en
agosto de 2014; en Guinea, del 20 por ciento al 7 por ciento.
EN PAÍSES EN CONFLICTO, TASAS ALTAS DE MM
Así, a nivel mundial, de los 10 países con mayores tasas de mortalidad
materna, ocho sufren conflictos e inseguridad y más de 500 mujeres
mueren cada día por complicaciones derivadas del embarazo y el parto en
países en conflicto o Estados “frágiles” según la información difundida
por ONU.
Esto puede deberse a que sólo 5 por ciento de la ayuda humanitaria se
destina a la salud sexual y reproductiva, según los cálculos de Naciones
Unidas.
Esta falta de recursos contrasta con el alto número de mujeres que
requieren de atención; según los datos presentados, uno de cada cuatro
migrantes y solicitantes de asilo en Europa son mujeres, 6 por ciento
está embarazada y la mayoría no tiene ningún tipo de asistencia durante
el camino.
A esto se suma que los campamentos, albergues o asilos son lugares
hostiles para ellas, pues existen condiciones de hacinamiento, falta de
intimidad, carencia de cerrojos en las puertas, instalaciones de baño y
letrinas inadecuadas, iluminación insuficiente o cortes eléctricos.
HAITÍ, COLOMBIA
Naciones Unidas utiliza como ejemplo los datos de Haití sobre
refugiados, que evidencian que tras el terremoto del 2010 la tasa de
embarazo se triplicó de un 4 por ciento en el periodo de 2005-2006 a un
12 por ciento en el 2010.
Además, la tasa de fertilidad de las adolescentes que vivían en
campamentos duplicó la de aquellas que vivían en las áreas rurales y
triplicó a la de las áreas urbanas.
Por otro lado, en Colombia, en los municipios en situación de crisis, la
tasa de fecundidad de las niñas de entre 10 y 14 años es el doble que
en los municipios no afectados. Y la mortalidad materna es 7.6 veces más
alta.
Finalmente advierte la ONU que en un panorama mundial en el que más de
100 millones de personas requieren asistencia humanitaria (el mayor
número desde la II Guerra Mundial) y en el que las personas refugiadas y
desplazadas no dejan de crecer, se hace indispensable atender los
múltiples riesgos que enfrentan las mujeres en estas condiciones.
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.-
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