Beltrones, Hendricks y Camacho durante el Consejo Nacional del PRI. Foto: Octavio Gómez Álvaro Delgado |
MÉXICO,
D.F. (apro).- Manlio Fabio Beltrones y sus secuaces están encolerizados
por el rasguño a Arturo Escobar, el estratega de la sucia campaña del
Partido Verde Ecologista de México (PVEM), y buscan someter al fiscal de
delitos electorales, Santiago Nieto Castillo, sólo por hacer
exactamente el trabajo que le pidió… el PRI.
Pero el embate de
Beltrones y sus testaferros contra el fiscal, derivado de la
consignación por delincuencia electoral de Escobar, no es berrinche ni
intimidación. Es amenaza.
Y amenaza seria, porque no es sólo contra el titular de la
Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade),
sino contra cualquier autoridad que quiera actuar de manera autónoma e
independiente contra la corrupción y la impunidad.
Beltrones y
sus apoderados quieren hacer con Nieto Castillo lo mismo que contra el
presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova,
cuando pretendía actuar contra el PVEM por los delitos que cometía en la
campaña. Le filtraron las conversaciones telefónicas en las que se
burla de los indígenas y sobrevino su mansedumbre.
Ahora
Beltrones y sus testaferros descubrieron que Nieto Castillo omitió en su
currícula haber hecho trabajos de investigación jurídica para el
Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Senado, como se lo
filtraron y lo publicó ‘El Universal’, el viernes 4.
Tan seria es
la amenaza de Beltrones y sus secuaces contra el fiscal electoral, que
hasta la procuradora general de la República, Arely Gómez,
jerárquicamente su jefa, tomó distancia de él: “El titular de la Fepade
es autónomo y su nombramiento proviene del Senado”.
Pero fue
justamente el PRI en el Senado, del que Arely Gómez formaba parte, uno
de los impulsores de Nieto Castillo para fiscal electoral, quizá porque
su padre, su tío y su primo fueron alcaldes priistas de San Juan Del
Río, Querétaro.
Y fue precisamente un exgobernador de este
estado, Enrique Burgos García, quien dijo a nombre de su partido que,
tras “un acucioso análisis de la persona”, lo avalaba “plenamente”.
Más aún, Burgos exigió: “Dentro de los retos que tendrá el fiscal que
se elige hoy, se encuentra la atención inmediata a denuncias que se
presenten con motivo del actual proceso electoral”.
El 19 de
febrero de este año, con la única abstención de Mónica Arriola, hija de
Elba Esther Gordillo, Nieto Castillo fue electo como fiscal por
unanimidad de todos los grupos parlamentarios del Senado, incluido el
PVEM, justo cuando Escobar era su dirigente nacional.
A Nieto
también lo avaló el PVEM, cuyo coordinador en el Senado y sucesor de
Escobar en la dirigencia nacional de ese partido, Carlos Puente Salas,
afirmó que Nieto Castillo “cuenta con todo lo necesario para cumplir con
estas responsabilidades”.
Ni modo que el PRI y el PVEM no
conocieran los contratos que firmó Nieto Castillo con el Senado, si
controlan todo, hasta al coordinador de los perredistas, Miguel Barbosa.
Ni modo que no supieran la trayectoria y las relaciones del fiscal,
como con el exconsejero Jaime Cárdenas Gracia.
En todo caso, el
embate de Beltrones –y sus secuaces– debería ser contra los priistas y
verdes en el Senado por imbéciles, por no hacer su trabajo, incluyendo a
su yerno Pablo Escudero, quien como senador votó a favor de Nieto
Castillo y ahora lo denuncia ante la PGR.
Es obvio que la
filtración de los contratos de Nieto Castillo a ‘El Universal’ no es un
asunto de transparencia, sino de impunidad. Para Escobar, claro, y para
lo que viene…
Comentarios en Twitter: @alvaro_delgado
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