El deleznable desempeño
de Enrique Peña Nieto en la Feria Internacional del Libro en
Guadalajara en 2011, en que no pudo citar correctamente un solo libro
que había marcado su vida, dejó en claro que su eventual gestión como
jefe del Estado mexicano sería marcada por la ignorancia y la incultura.
Recordemos que el mismo Carlos Fuentes señaló unos meses antes de su
lamentable fallecimiento que
Peña Nieto es un hombre de muy escasos recursos intelectuales y políticosy que, si bien “este señor tiene derecho a no leerme… lo que no tiene derecho es a ser presidente de México a partir de la ignorancia, eso es lo grave” (Véase: http://ow.ly/VxSEs).
Llamó fuertemente la atención que uno de los presidentes más
iletrados tanto del mundo contemporáneo como de la historia mexicana
iniciara su gestión encabezando una llamada
reforma educativa. Esta reforma fue inicialmente encabezada por uno de los
dinosauriosmás repudiados del viejo PRI, Emilio Chuayfett, y ahora es dirigida por uno de los
bebesauriosmás inexpertos e improvisados del
nuevoPRI, Aurelio Nuño.
No debería ser sorpresa para nadie entonces que esta supuesta reforma
educativa no es lo que dice ser. La reforma no tiene contenido
pedagógico alguno, sino que es simplemente una reforma laboral diseñada
para buscar pretextos para despedir a maestros con conciencia crítica y
espíritu rebelde. Ello con el fin de dar paso a una nueva etapa de
educación neoliberal y privatizada encaminada a la generación de
obedientes empleados de bajo costo para la oligarquía doméstica y las
empresas trasnacionales que cada día se apropian más de la economía
mexicana.
Una verdadera reforma educativa iniciaría con un diagnóstico del
sistema educativo en su conjunto, no solamente de los maestros, así como
con una evaluación punitiva de los principales funcionarios públicos
responsables por la desorganización, la corrupción y el terrible estado
de las escuelas públicas del país. Asimismo, una verdadera evaluación
del desempeño de los profesores tendría que tener lugar dentro del aula
donde trabajan. Ello constituye la única manera para percibir con
detalle los métodos de trabajo, el ambiente de aprendizaje, la
dedicación de los maestros y los avances de los alumnos. Los resultados
de un examen de conocimientos aplicado y calificado por supuestos
expertosen una sede ajena, poco o nada tienen que ver con el verdadero desempeño del maestro en el aula.
Los maestros que han obstaculizado la aplicación de los exámenes de
evaluacióneducativa tienen razón y merecen todo nuestro apoyo. Quienes primero deberían someterse a una revisión de su desempeño y sus conocimientos son Peña Nieto y todos los integrantes de su gabinete. En lugar de enviar la Policía Federal para reprimir a los profesores, Nuño debería poner el ejemplo y someter su trabajo a una rigurosa evaluación y calificación ciudadana. El mismo procedimiento debería aplicarse para Miguel Ángel Osorio Chong, Luis Videgaray y Arely Gómez. Si estos funcionarios no se someten a las pruebas que los ciudadanos diseñamos, tendrían que quedar inmediatamente fuera del gobierno.
Pero en México no vivimos en un sistema democrático donde
quienes ocupan los cargos públicos se someten al escrutinio ciudadano y
sirven a la población de manera honesta y desinteresada. En el contexto
autoritario actual, las evaluaciones se aplican a punta de pistola y
solamente a los más vulnerables.
Un gobierno que valora más a sus policías que a sus maestros ha dado
la espalda a la cultura y a los principios éticos más fundamentales de
la humanidad. Y un régimen que encarcela a profesores y a activistas,
pero deja libres a narcotraficantes asesinos no merece el respaldo de su
población. En contextos como el actual la desobediencia civil pacífica
está plenamente justificada.
Algunos cuestionan los métodos de lucha de la Coordinadora Nacional
de Trabajadores de la Educación (CNTE) y otros el aislamiento de los
líderes magisteriales de movimientos políticos y sociales afines. Sin
embargo, nadie puede poner en duda la central importancia de la lucha de
los maestros por defender tanto su fuente de trabajo como el carácter
crítico, público y humanista del sistema educativo nacional. Urge acabar
con el oficialismo corrupto y autoritario del Sindicato Nacional de
Trabajadores de la Educación (SNTE) para dar paso a un nuevo
sindicalismo magisterial realmente representativo de los intereses y las
inquietudes de las más de un millón de maestros del país que todos los
días se sacrifican generosamente para educar a nuestros niños y niñas.
Un
terroristautiliza tácticas de violencia y de intimidación para infundir miedo en la población. En México los expertos en la materia son Peña Nieto, Osorio Chong y Nuño. Su ignorancia armada y utilización facciosa de los cuerpos de
seguridadpara controlar, dividir e intimidar a la sociedad es propia de los peores gobiernos autoritarios del mundo.
El viernes pasado tuve la oportunidad de reunirme con destacados
líderes y activistas mexicanos en el condado de San Bernardino,
California, donde habían ocurrido unos días antes los lamentables
ataques contra trabajadores del gobierno municipal. Coincidimos en la
necesidad de juntos hacer frente al
terrorismoen el mundo, iniciando con el ejercido hoy por el Estado mexicano en contra de su propia población.
Twitter: @JohnMAckerman
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