12/27/2015

Procesión a la Basílica por los 43 grita: “queremos obispos del lado de los pobres”


Normalistas no regresarán a clases, seguirán en la lucha con los padres de Ayotzinapa
    

(27 de diciembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Con una procesión que partió de la Catedral metropolitana -ubicada a un costado de la plancha del Zócalo capitalino- y que avanzó por diversas calles del centro histórico de la Ciudad de México para llegar, en medio de rachas de viento frío hasta la Basílica de Guadalupe, padres de los 43 normalistas desaparecidos desde septiembre pasado recordaron que su dolor sigue vivo, al cumplirse 15 meses de la ausencia de los suyos.
A las puertas de la catedral fueron llegando activistas, jóvenes y sociedad civil en general que observaban cómo elementos de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina los rodeaban y se mantenían –unos más cerca que otros- siempre vigilantes de los pasos y movimientos de los campesinos que han aprendido a caminar las ciudades, los pueblos, las rancherías, en búsqueda de sus hijos.
Miles de jóvenes, con cartulinas, mantas, pancartas o simplemente con el número 43 delineado en el rostro, se unieron a la procesión.
“(La marcha) es para recordarle al presidente Enrique Peña Nieto que el dolor no se puede olvidar y que estas fechas, donde cree que todos los mexicanos están en paz, queremos decirle que no es cierto, porque donde quiera siguen apareciendo muertos”, dijo Felipe de la Cruz, vocero de los padres de los normalistas a lo largo de la caminata.
Luego de poco más de dos horas de avanzar, por momentos en silencio, otros más con un grito ahogado en la garganta y el resto rodeado por el imperante apoyo transmutado en gritos, consignas y denuncias, los padres y decenas de normalistas que viajaron a caminar a su lado, ingresaron a la Basílica en donde ya había un espacio reservado para que escucharan misa.
Varios metros avanzaron en silencio, pero la retaguardia rompió con él con una declaración clara: “¡queremos obispos del lado de los pobres!”, corearon ante las curiosas miradas del resto de los fieles presentes que seguramente, nunca habían escuchado sentencia más clara.
La misa se realizó sin conflicto o interrupción alguna. Elementos de seguridad del recinto mariano, el más visitado de la República mexicana, fueron avisados de la llegada de los manifestantes, por lo que agilizaron su ingreso.
Al final de la ceremonia, cuando el sacerdote había dejado el púlpito y avanzaba hacia la parte de atrás del altar, la Basílica de Guadalupe se cimbró con el conteo de los estudiantes desaparecidos; del uno al 43, las voces de miles de mexicanos tuvieron eco en la cúpula adornada con miles de candelabros y luces relucientes.
 ”¡Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos!”, clamaron incesantes los familiares de los desaparecidos –y el resto del contingente- no sin que los ojos se les aguaran al recordar la ausencia que han tenido que padecer desde hace ya 15 meses sin que autoridades de cualquier nivel de gobierno avances en su demanda más sentida: la reactivación de la búsqueda, con vida, de sus seres queridos.
Oportunismo y acuerdos…
Al percatarse de la presencia de Rafael Acosta, mejor conocido como “Juanito” –exjefe delegacional por Iztapalapa- manifestantes que acompañaban la marcha le exigieron retirarse del lugar con gritos de “¡Judas!”, “¡traidor!” y “¡oportunista!”.
Entre empujones y gritos, Acosta se retiró del lugar visiblemente nervioso. Buscó refugio en un taller mecánico y en la recepción de un hotel ubicado sobre Calzada de Guadalupe para esperar a que la marcha terminara su andar.
Los normalistas avanzaron muy de cerca con los familiares de sus compañeros, cargando sus fotografías que fueron iluminadas con antorchas y con la esperanza, siempre firme, inmutable, de volverlos a ver con vida y entre ellos.
El vocero de los padres informó que el próximo 15 de enero acudirán a una reunión con Arely Gómez, titular de la Procuraduría General de la República (PGR), a la que también están convocados los integrantes del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI). Se tiene contemplado que la procuradora informe sobre los avances de las tan anunciadas, nuevas líneas de investigación.
“El secretario (Miguel Ángel Osorio Chong) nos aseguró que son seis meses y que al final de ellos tendremos resultados, esperemos que sea antes de que terminen y, si no, que se queden (los expertos del GIEI) hasta que acabe el proceso”, dijo de la Cruz.
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