Entrevista a Karina Dianderas, psicóloga clínica con víctimas del conflicto armado en Perú
El
embarazo por violación sexual deja secuelas psicosociales en las
mujeres. Psicóloga peruana, que trabajó en la unidad de salud mental de
la Comisión de la Verdad en Perú, hace algunas recomendaciones para
Colombia.
Fotografías: Centro de Atención Psicosocial (CAPS) del Perú.
Karina Dianderas, psicóloga clínica peruana, empezó su trabajo
comunitario con víctimas del conflicto armado en al año 1995 en Junín
(Perú) donde se perpetraron masacres, en su mayoría por Sendero Luminosoi.
FSJ:
¿En qué consistió su trabajo durante el proceso de Rendición de Sendero
Luminoso y en la Comisión de la verdad y reconciliaciónii?
KD:
Mi trabajo con las víctimas del conflicto armado interno empezó antes
de que Sendero Luminoso fuera derrotado. Trabajé con comunidades andinas
en procesos orientados a la recuperación social y mental. Cuando se
creó la Comisión de la verdad y reconciliación fui la responsable de
salud mental en la sede regional centro.
FSJ: ¿Hubo un componente psicosocial durante la existencia de la Comisión de la verdad y reconciliación?
LKD:
No había un componente psicosocial. Hubo una unidad de salud mental
desde que la comisión empezó. Lo primero que se hizo fue capacitar a los
comisionados, a los responsables de las áreas y diferentes sectores que
trabajaban allí.
FSJ: ¿Qué concepto de salud mental utilizaban en la Comisión?
LKD:
Que el efecto de la violencia está en el individuo pero tiene un
impacto en todas las áreas de su vida y, por ello, tienes que mirar
todas las áreas de funcionamiento de las personas.
Siento que acá, en Colombia, todos tienen miedo de hablar de salud mental porque lo relacionan con la psiquiatría.
FSJ: ¿Las comunidades con las cuales ha trabajado hablan de salud mental?
LKD:
El concepto de salud mental no existe, como tal, en las comunidades
andinas ni entre las minorías étnicas. Existe la idea del estado de
bienestar, la capacidad de sentirse y estar bien.
Cuando uno
trabaja allí se construye la concepción de salud mental con ellos, lo
hacemos a través del arte. Les pedimos, por ejemplo, que dibujen un río;
les preguntamos qué puede traer un río, algunos dibujan piedras,
basura, casas, puentes, árboles y les preguntamos qué significa lo que
han dibujado.
Empiezan a hablar. Las piedras son dificultades;
los peces son oportunidades para salir adelante; el puente significa
comunicación con alguien o que puedo salir de este lugar que no me
gusta. Construimos juntos el concepto de salud mental y decimos: esto es
salud mental y ellos van comprendiendo la noción.
FSJ: ¿Qué labor ha desarrollado con mujeres víctimas de la violencia sexual durante el conflicto armado peruano?
LKD:
Las he tenido en consulta, en terapia individual y trabajé con ellas
durante la Comisión de la verdad y reconciliación. El trabajo de una
Comisión de la verdad es descomunal, creo que recibimos aproximadamente
17 mil testimonios en dos años.
Había un equipo de
entrevistadores y no era suficiente. Las entrevistas duraban horas, y si
no se terminaba, ellas volvían o los entrevistadores las visitaban.
Cuando
había casos difíciles, mis compañeros me pedían que fuera. Por ejemplo,
en el caso de una mujer torturada, a quien amenazaron con violarla y la
desnudaron forzadamente.
Cuando llegué a hablar con ella hice la
entrevista orientada a su ser de mujer, era distinto para ella hablar
con una mujer, me contó que la violaron y me quedé con ella hasta muy
tarde.
Fueron muy pocas las mujeres que en sus testimonios
decían: me han violado. Ellas contaban todo excepto la violación.
Obtuvimos los testimonios de violaciones de manera indirecta; los
hombres decían: a todas las mujeres las violaron.
Testimonio
directo hubo, pero muy poco; es algo muy íntimo, a la mujer le es
difícil hablar, especialmente con entrevistadores hombres.
La
Comisión de la verdad y reconciliación no reparaba. Ofrecerle
acompañamiento a una persona era repararla, no se podían hacer procesos
terapéuticos con quienes daban su testimonio. Pero sí capacitamos a los
entrevistadores, pues se requerían técnicas muy finas de entrevista para
que la persona se fuera, por lo menos, como había venido.
FSJ: ¿Definían la violencia sexual como tortura?
LKD: En el informe de la Comisión se considera la violación sexual como un hecho de tortura.
FSJ: ¿Las secuelas emocionales de una violación son transmitidas entre generaciones?
KLD:
Nosotros entrevistamos a una mujer que fue abusada sexualmente por
siete soldados, a los 15 años de edad, en el marco del conflicto armado,
y quien ha tenido un proceso terapéutico largo. A ella le negaron el
derecho al aborto y la abogada que llevó su caso le recomendó no dar en
adopción a su bebé. Ahora su hija, de 30 años, presenta secuelas.
¿En
qué sentido hay secuelas en los nacidos de violación sexual? Hay una
condición importantísima para darle un significado de ser humano a una
criatura: el deseoiii.
Desear un hijo va a hacer que la mujer le dé significado a esa
criatura. Cuando ese deseo no está, la concepción es tan violenta como
la violación.
En este caso, no se desarrolló el lazo afectivo
entre la madre y su hija. Ella quería entregarla en adopción y su
abogada le sugirió no hacerlo porque si lo hacía no tendría prueba de la
violación. En este caso, la hija producto de esa violación es la
prueba. Esa niña fue conservada porque tenía un carácter probatorio
judicial.
Otro aspecto es la persona con quien has concebido la
criatura. La mujer que fue abusada tiene la imagen de la persona que
invadió lo más íntimo de su ser; cuando ve la criatura, ve la imagen del
terror y esto no favorece que desarrolle el vínculo con el bebé. (En el
caso de esta mujer peruana siete soldados la violaron, no se sabe quién
es el padre de la criatura).
FSJ: Esta mujer fue abusada
sexualmente, no le permitieron abortar, no le permitieron darla en
adopción; es decir, la forzaron a ser madre…
KD: Forzada a
ser madre y a retenerla. Una adulta, la abogada, le dice a una niña de
15 años -luego de una experiencia de desprotección de la cual nadie la
protegió- que así va a conseguir sus derechos.
FSJ: ¿Cómo se relacionan madre e hija?
LKD: Como no desarrolló un vínculo con su madre, la hija tiene actitudes violentas con sus propios hijos.
FSJ: En Perú ¿Una hija o hijo, producto de una violación, es sujeto de reparación?
LKD: Sí pero la figura no está bien. La madre es la víctima directa, ella es víctima porque es hija de una víctima.
FSJ: ¿Cuál fue la motivación para publicar el libro Llover sobre mojado, secuelas psicosociales del embarazo por violación sexual?
LKD: Ofrecer argumentos en el debate sobre el derecho al aborto cuando hay una violación sexualiv y aportar evidencia científica sobre la maternidad forzada.
Hicimos
el análisis de 10 peritajes psicológicos –para cortes nacionales e
internacionales- de mujeres abusadas sexualmente durante el conflicto, y
otras en diferente contexto. Se titula Llover sobre mojado porque hay doble violación, el embarazo forzado es la segunda violación.
FSJ: ¿Las mujeres violentadas sexualmente se recuperan?
LKD:
No se recuperan totalmente. Vemos que una mujer se siente aliviada, la
damos “de alta” y, de pronto, le ocurre algo y vuelve a empezar. En mi
opinión, en Colombia el programa de “reparación mental” tiene que ser
abierto, no limitado en número de sesiones ni de tiempo; mientras la
persona esté viva va a tener la manifestación de la secuela. La persona
es funcional pero no se recupera de las secuelas.
FSJ: ¿Qué tipo de acompañamiento ofrecen ustedes en el Centro de Atención Psicosocial (CAPS) de Perú?
LKD:
Cada caso es diferente, pero, en general, utilizamos la psicoterapia.
Por medio de ésta escuchas a la persona, recibes lo que tiene que decir,
le devuelves algunas observaciones.
Es como estar frente a los
caminos. La psicóloga levanta la lámpara para que la persona vea los
caminos y decida por cuál transitar; la acompañas un poco, pero no le
dices qué hacer. La persona se apropia del método y continúa.
FSJ:
¿Qué aspectos del acompañamiento que han brindado en Perú, a las
mujeres víctimas de violencia sexual, podrían ser útiles en Colombia?
LKD: Escuché en el Seminario Internacional Tejiendo Esperanzasv,
acerca de la importancia de no establecer una patología ni medicar a
las víctimas. Desde nuestra experiencia, más de 20 años trabajando con
ellas, implementando nuestro enfoque psicosocial -individual, familiar y
comunitario- encontramos que ellas requieren un espacio individual para
procesar los temas.
Algunas necesitan acompañamiento a lo largo
de los años pero acá le tienen terror a eso. Sin embargo, han ocurrido
hechos tan terribles que tienen un fuerte impacto en la salud mental y
requieren medicación.
Además creo que se necesita personal
especializado no cualquier psicólogo sino psicoterapeutas. Por la
magnitud del proceso colombiano -que supera el peruano-se requieren
procesos comunitarios; además del individual.
FSJ: ¿Qué retos observa en materia de salud mental durante el posacuerdo en Colombia?
LKD:
Lo que cruza nuestras intervenciones es el componente clínico. La
resiliencia, los recursos emocionales que poseen las personas son formas
válidas de cuidarse pero se corre el riesgo de idealizar a la víctima.
FSJ: ¿A qué se refiere con idealizar?
LKD:
La persona es resiliente pero eso no quiere decir que algo no se está
resquebrajando y necesitas ayudarle a mirarse en un espejo para que lo
recomponga.
FSJ: ¿Qué otros retos existen?
LKD:
Nosotros tomamos las distintas formas que tienen las culturas para
curarse e incorporamos lo nuestro para que haya el proceso
intercultural. Los sueños, por ejemplo, y su lenguaje simbólico, son un
recurso en las comunidades andinas, ellos se sienten aliviados. Con mi
perspectiva clínica lo interpreto.
Si una persona cuenta su
sueño es porque confía, el otro escucha, demuestra que le importa y
quiere ayudarle. Ahí hay un componente relacional y el resultado de esa
interacción es lo terapéutico.
Entre el chamán y la persona que
lo busca se da ese proceso terapéutico, sin necesidad de tener título de
psicólogo. Yo dotó al chamán de recursos para que pueda hacer eso mejor
y me nutro de su conocimiento. Actúo como facilitadora y aprendo de
ellos.
FSJ: ¿Qué impacto ha tenido la psicología comunitaria en Perú?
LKD:
Cuando ha habido violencia se pierde la confianza. Si logras que una
persona de la comunidad confíe se restablece la confianza en lo
comunitario. En este proceso aprendemos otra forma de relacionarnos, una
relación de cuidado y respeto, que empiezan a volcar entre ellos.
Nos
convertimos en el nosotros, no es la psicóloga ayudándolos ni el
experto que lleva el conocimiento; nos convertimos en facilitadores, los
miembros de la comunidad diseñan, analizan y dirigen su proceso.
Eso lo expresé a miembros de los Centros Dignificarvi
en Bogotá. Nosotros supervisamos cómo implementamos nuestro trabajo,
esto nos ayuda para continuar con el proceso terapéutico individual y
comunitario.
En los Centros dignificar hablé sobre la importancia
de no establecer una relación de poder y desigual; debemos bajar al
nivel de la comunidad, eso permite construir una relación de confianza.
Liliana
Karina estudió psicología en una universidad peruana, de mujeres,
enfocada en la práctica en consultorio privado. Sin embargo, una
oportunidad de trabajo con huérfanos y viudas le cambió la vida. Desde
entonces se dedica a la psicología comunitaria. “No es posible no
conmoverse frente al dolor humano”, asegura.
Notas:
i Sendero Luminoso http://www.cverdad.org.pe/ifinal/pdf/TOMO%20II/CAPITULO%201%20-%20Los%20actores%20armados%20del%20conflicto/1.1.%20PCP-SL/CAP%20I%20SL%20ORIGEN.pdf
iii
“(…) es ella quien debe dar cabida a un elemento que siempre, en
algún sentido, tiene una dimensión parasitaria, es decir, la de un
organismo extraño que se alimenta de su cuerpo. Su actitud o su deseo
inconsciente es lo que determinará si ese organismo será un esbozo de
sujeto con intenciones y anhelos, o una amenidad que progresa sin su
consentimiento. Llover sobre mojado, secuelas psicosociales del
embarazo por violencia sexual. Centro de Atención Psicosocial (CAPS).
Página 47.
iv
“En Colombia, la Corte Constitucional a través de la Ley 1719 del
2014, estableció una serie de obligaciones de las instituciones para
garantizar acceso a la administración de justicia y tratamientos de
salud efectivos en favor de las víctimas de algún tipo de abuso sexual,
especialmente aquellos casos que tuvieran relación con el conflicto
(...) Una de esas medidas establecía que las entidades de salud debían
tener facultades para establecer un modelo de atención integral para
atender a quienes sufrieran ese tipo de agresiones. Además, el plan
debía incluir tratamientos para la interrupción voluntaria de
embarazos, comoquiera que, en casos de violación, su práctica es
legal”. Aborto en casos de violación no es sólo una opción. Tomado de http://www.semana.com/nacion/articulo/aborto-corte-ordena-asesoria-obligatoria-si-hay-violacion/453127-3
v
Seminario Internacional Tejiendo Esperanzas, atención Primaria en
Salud con Enfoque Psicosocial a víctimas del conflicto armado, retos
del sistema de salud colombiano frente a las nuevas necesidades de
atención psicosocial en el marco de la construcción de la paz y el
postconflicto. http://www.saludcapital.gov.co/Paginas2/Seminario_Internacional_Tejiendo_Esperanzas.aspx
vi
Los centros "Dignificar" fueron creados en el marco de La Ley 1448
de 2011 (Ley de víctimas y Restitución de tierras), en ellos encontrará
la oferta institucional Distrital y Nacional de las entidades que
tienen responsabilidades para el restablecimiento de sus derechos. http://www.victimasbogota.gov.co/?q=centros-dignificar
Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, magíster en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria.
@vozdisidente
*
Quinta entrega de la beca periodismo y salud mental del Centro Carter,
violencia sexual y salud mental. Experiencia peruana en la atención
psicosocial de la violencia sexual contra las mujeres, recomendaciones
para Colombia.
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