Pedro Echeverría V.
1. Por acuerdo de la Asamblea General Representativa AGR) de la
Coordinadora (la CNTE), después de más de 125 días de Paro General de
Maestros, los profesores regresaron a sus escuela para impartir sus
clases. Lo que en este momento me preocupa es saber si regresaron todos
los maestros o se registraron cesados, tal como el gobierno propagó
siempre con lenguaje autoritario y despótico. Espero que haya regresado
el 100 por ciento –sin cesados y pagándoles todo lo que se les debe, así
como liberando a todos los presos político/sindicales- si no fuera así
con mucha más razón la CNTE está obligada a regresar masivamente a la
lucha en las calles y los bloqueos, hasta que el gobierno cumpla con los
maestros.
2. Los días 19, 20 y 21 deben servir para que la CNTE reúna todos los
datos acerca del estado de los maestros. No debe existir ninguna medida
represiva carcelaria, cese o descuento alguno. Lo único que está
pendiente es la derogación de la “Reforma Educativa Privatizadora” y
dentro de ella de los famosos “exámenes punitivos” que deben ser
sustituidos por miles de cursos de nivelación académica en todas las
zonas escolares de todo el país. A estos cursos de nivelación, a la
extensión de los desayunos escolares a donde sean necesarios y al
acondicionamiento de todas las escuelas del país, podría dársele el
nombre de “la reforma urgente que necesitamos”. ¿Pero en dónde quedaría
el negocio empresarial de la privatización?
3. La CNTE –que ha sido desde hace muchos años la vanguardia de las
luchas sociales- al regresar a sus escuelas no ha abandonado sus
batallas; ha sido dar un paso atrás para tomar fuerza y regresar a la
lucha en mejores condiciones. Los maestros, así como todos los
trabajadores, hemos aprendido que las simples cartas, oficios o
peticiones no sirven de nada; que las audiencias y los llamados diálogos
tampoco tienen validez alguna. Incluso parece que los bloqueos no
obligan al gobierno a resolver los problemas cuando no son totales y
permanentes. Hay que hacerlos combativos y poderosos Nosotros los
maestros no queremos dañar a nadie, con nuestras acciones sólo ejercemos
presión para que se resuelvan nuestras demandas.
4. El lunes 26 de septiembre y el domingo 2 de octubre, deben
realizarse en la ciudad de México y algunos estados más, dos grandes
manifestaciones para recordar a estudiantes con mucha dignidad. El 26
serán dos años de los 43 estudiantes normalistas de origen campesino
desaparecidos por el actual gobierno de Peña Nieto y el 2 de octubre se
cumplirán los 48 años de la matanza de estudiantes de la UNAM, IPN y
otras escuelas, en Tlatelolco por el ejército del gobierno de Díaz
Ordaz. Estos jóvenes, que con sus consecuentes batallas demostraron
altos niveles de conciencia e insumisión, nos pusieron un ejemplo al
pueblo mexicano que no debemos olvidar: luchar sin descanso y sin miedo
por las transformaciones que México necesita.
5. Los muy jóvenes 43 estudiantes de la escuela Normal de Ayotzinapa
desaparecidos, eran militantes de la Federación de Estudiantes
Campesinos Socialistas que agrupa a cientos de estudiantes de las
escuelas internado Normales de toda la República que nacieron hace casi
100 años para preparar a profesionistas de educación. De sus aulas han
salido desde los años 20 y 30 del pasado siglo, decenas de miles de
profesores rurales que se integraron a la educación nacional con mucha
conciencia de lucha por la justicia. Los gobiernos, por lo menos desde
los años sesenta, han venido cerrando esas escuelas acusándolas de
“nidos de comunistas” y las ha reducido a menos de 20 buscando
transformarlas en escuelas técnicas.
6. Dado que los estudiantes con sus movilizaciones han impedido el
cierre de las Normales, también han protestado por la reducción de
presupuestos a su internado y se han convertido además en luchadores
sociales por sus derechos, confrontándose infinidad de ocasiones con las
fuerzas represivas del gobierno, por esos hechos el gobierno los ha
perseguido, encarcelado, desaparecido y asesinado. ¿Qué han venido
reclamando hoy? Que como hace algunos años los estudiantes de las
Normales rurales, hijos de campesinos pobres y miserables, salgan con su
plaza de maestros y no se les ponga a competir por una plaza con
maestros urbanos porque su formación comunitaria y de escuela rural, es
radicalmente diferente.
7. Los maestros egresados de Normales Rurales son los fundadores de
las escuelas rurales de los años 20 y 30, así como del sistema de
escuelas federales que nacieron con la SEP vasconceliana en 1921; como
hijos de trabajadores del campo, los estudiantes se educaron
esencialmente en la labor agraria y en la misma escuela perfeccionaron
su carácter e ideología. México aún sigue conservando un alto porcentaje
de escuelas de carácter rural y los egresados jamás han solicitado
plazas en grandes centros urbanos en sus primeros años de ejercer la
profesión. Por ello es absolutamente justo que a los egresados de las
normales se les continúe otorgando una plaza de maestro, tal como han
reclamado en los últimos años. (19/IX/16)
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