ZONA DE REFLEXIÓN
Por: Lucía Lagunes Huerta*
Para que el desarrollo se extienda a todas las personas en el mundo se
requiere de financiamiento adecuado. Lograr que las mujeres se suban al
tren del desarrollo, necesita además voluntad política que se refleje en
financiamiento que les garantice condiciones de igualdad.
Ese fue el mandato que los gobiernos asumieron tras la Cumbre Mundial
sobre Financiación para el Desarrollo que organizó el año pasado
Naciones Unidas y en la cual participó, por supuesto, nuestro México.
La Cumbre pretende poner los pisos necesarios para acabar con las
desigualdades regionales, mundiales, de género, y todas las existentes
que perviven hoy en día, busca que en 15 años nuestro mundo sea un mundo
más igual para todas las personas.
Pero en México vamos en contrasentido al mandato mundial. Al compromiso
de construir un desarrollo parejo para todas y todos, México se atora.
El reciente paquete económico que entregó el nuevamente secretario de
Hacienda José Antonio Mead Kuribreña, muestra que las mexicanas
tendremos menos dinero para salir de la desigualad.
El recorte presupuestal para 2017 afecta por lo menos ocho rubros
destinados a las mujeres. Prevención y atención de la violencia,
atención de su salud sexual y reproductiva, educación y programas para
igualdad de género; todos ellos tendrían 452 millones de pesos menos que
en 2016.
A ello se suma la poca claridad y transparencia. Por ejemplo, en el
gasto para la igualdad entre mujeres y hombres, que se incrementa en 863
millones de pesos, se incluyen sectores como regulación y permisos de
hidrocarburos, que bien a bien, aún no logró encontrar la conexión con
la igualdad.
En la propuesta de presupuesto de egresos para 2017 las tijeras llegaron
con todo al anexo 13, el cual se logró gracias al movimiento feminista
hace una década para garantizar financiamiento para el desarrollo de las
mexicanas.
Pese a todas las declaraciones hechas por el Secretario de Gobernación,
Miguel Ángel Osorio Chong, sobre la importancia de eliminar la violencia
contra las mujeres, para el próximo año se destinarán 60 millones menos
para la atención y prevención de la violencia contra las mujeres, lo
cual afecta directamente el trabajo de la Comisión Nacional Para
Prevenir y Erradicar la violencia contra las mujeres, alojada en la
Secretaría de Gobernación.
Una de las áreas con mayor recorte es el programa de Fortalecimiento a
la Transversalidad de la Perspectiva de Género, que apoya a los
Institutos Estatales de las Mujeres y a las dependencias en general para
lograr un piso común de igualdad para las mexicanas.
A este programa se le cortó casi la mitad de sus recursos, es decir, de
323 millones de pesos destinados en 2016 ahora se proyecta que opere
con 173 millones.
Otro bloque fundamental tiene que ver con la educación, y en este rubro
también la tijera llegó. La Secretaría de Educación Pública tuvo 14.5
millones de pesos este año para el programa “Políticas de igualdad de
género en el sector educativo” pero para 2017 sólo se le asignarían 10
millones.
La Secretaría de Salud tendría un recorte brutal en Salud materna,
sexual y reproductiva de 2 mil 227 millones de pesos, por lo que en 2017
se proyecta que tenga 98 millones.
Estas no son buenas noticias para 52 millones de mexicanas que todavía
viven en la desigualdad y requieren subirse al tren del desarrollo con
urgencia, máxime si la crisis nacional está tocando la puerta. Ninguna
nación tendrá un buen desarrollo si sigue condenando a por lo menos la
mitad de su población a la desigualdad.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
Foto: Yunuhen Rangel Medina
Cimacnoticias | Ciudad de México.- 22/09/2016
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