Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Hace tiempo, pero cada vez con mayor fuerza e intensidad, el país se adentra en el largo y recurrente viaje de renovar la esperanza ciudadana, ahora con la vista puesta en el 3 de junio del próximo año.
Lo vivo con mayor grado de conciencia desde 1970 en que empecé a ocuparme del relevo del hombre que presuntamente conducirá al mejor de los puertos a los mexicanos todos, en ese caso Luis Echeverría Álvarez en sustitución del igualmente genocida Gustavo Díaz Ordaz.
Déjeme compartirle una conclusión adelantada, esencialmente nada cambió en la materia. Y si lo anterior es básicamente acertado, obedece a que la renovación sexenal de la esperanza es la magna operación política (electoral) e ideológica del bloque dominante para que los gobernados apuesten todo (o casi) su futuro al hombre o la mujer que conducirá o administrará sus destinos.
La renovación "es una acción que se lleva a cabo con la misión de restaurar, cambiar o de modernizar algo que ha quedado obsoleto, que se encuentra roto en algún aspecto o que es viejo pero aún útil y entonces se decide darle un nuevo aspecto a través de diversas técnicas o elementos". Y la esperanza: "Estado de ánimo que surge cuando se presenta como alcanzable lo que se desea".
Atenidos a los anteriores significados es imposible que el mejor de los presidentes, no digamos al que la inmensa mayoría de los ciudadanos le niegan simpatía, respaldo, como a Enrique Peña Nieto, esté en condiciones de satisfacer las esperanzas, como lo prometió ante las cámaras, no del Congreso sino del duopolio de la televisión y ante los notarios. Esperanzas tan distintas y hasta encontradas entre los 13 millones de mexicanos que viven en la miseria e incluidos éstos forman casi la mitad de la población en pobreza a secas, y una plutocracia local que se habla de tú con los dueños de la aldea global.
Como si los destinos de toda una nación –123.5 millones de mexicanos, sin contar a los más de 30 millones que viven y trabajan, lícita e ilícitamente en Estados Unidos–, fuera dable depositarlos en las manos de un hombre o mujer.
No regateo méritos y cualidades a ninguno del centenar de suspirantes (la mayoría) y aspirantes a la candidatura presidencial, pero tengo la firme convicción de que mientras las mayorías nacionales no emerjan a la plaza pública, por supuesto que mucho más allá de sufragar, seguiremos empantanados en la concepción y las prácticas del gran Tlatoani (gobernante: Huēyi Tlahtoāni) y el país continuará en buena medida reinventándose cada seis años, sin estrategias y políticas de Estado, sin visión de largo plazo.
Lo más dramático del asunto es que los presidentes cuando están al frente y todavía después, terminan creyéndose toda la enorme adulación que los rodea y que llega a extremos inverosímiles, hilarantes. Como aquel presidente que pregunta: –¿Qué horas son? –Las que usted ordene, señor presidente. Tal fue la respuesta de un extraordinario novelista que despachó en Educación Pública al chacal de Tlatelolco.
Sin el protagonismo social y político de las mayorías, la renovación de la esperanza sexenal será una magna operación política para refrendar un modelo de dominación de las pequeñísimas minorías enriquecidas y un capitalismo salvaje que resultó una auténtica fábrica de pobres. Problema que pretende remediarse con programas y políticas asistencialistas y clientelares para asegurar, además, el voto de los más pobres para las elites gobernantes y sus aliados.
Acuse de recibo
Más comentarios en torno a No pintan los presidenciables "independientes" (7-VII). Omar Rentería Vázquez: "Yo creo que con la creación de ese frente sí van a lograr sacar al PRI de Los Pinos, todo el país necesita un cambio, esperemos que Mancera sea quien lidere este frente"… Enrique Huerta Medrano: "Creo que MAM lleva muy buena ventaja sobre los demás candidatos que quieren representar al frente político, digo, es el que mejor carrera política tiene y quien más adentrado en temas de actualidad está"… Heriberto Lugo: "Los candados 'anti-independiente' (conseguir una millonada de firmas en muy poquito tiempo, y aparte contar con otra millonada de recursos para financiar la campaña, sin tiempos oficiales en radio y tv) prácticamente garantizan el llegar a 2018 con puros candidatos de partido. El caso de Jaime 'Bronco' fue atípico, NL tiene 51 municipios, pero el, no sé, 80-90% de la población se concentra en la zona metropolitana, Monterrey y otros ocho municipios, todos pegaditos, todos conectados (vía redes sociales), así puedes ganar una elección. Pero eso no lo puedes extrapolar al resto del país"… La Avanzada. El diario progresista de Morelos, será presentado el viernes 14 a las 18 horas, en el Centro Cultural Olympia, Motolinía 307, en Cuernavaca… Para leer: Sobre el origen de lo que creemos y amamos (Héctor Barragán Valencia); Los celos comerciales gringos (Jorge Faljo). El sol azteca, cabús electoral (Jesús Delgado Guerrero). Liga:
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7/11/2017
La renovación sexenal de la esperanza
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