“El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión”.
Virginia Woolf
Anabeli Barrios Tiburcio, era originaria de Misantla, Veracruz, le apasionaban los caballos, sembrar frijol en la tierra que su padre le enseñó a amar, quería hacer cosas buenas por este país, una pequeña alegre, que la enamoraba la vida sencilla, la vida de campo, desde chiquita buscaba ir con sus padres a ese lugar que la llenaba de paz, un refugio que su padre Don Abel Barrios tenía en Misantla.
Era una tía que disfrutaba a sus sobrinos, siempre cariñosa con su hermana, hermano y cuñada, sus padres eran su guía quienes le dieron esa base de amar y dar, siempre respetándose.
Anabeli vivía en uno de los estados más violentos de este México lleno de sangre, Veracruz, por lo que era cuidadosa para salir con cualquier persona, en 2016 tenía 19 años, Anabeli nació el 30 de abril de 1996, estaba por terminar de cursar el quinto semestre de la Ingeniería en Gestión Empresarial en el Instituto Tecnológico Superior de Misantla.
Anabeli cuatro años atrás conoció y se enamoró de Ricardo Emilio Zayas Pacheco, “Lo amaba, lo adoraba” nos narra Yesenia Nolasco, cuñada de Ana, “se llevaban muy bien, tenían una relación muy bonita, la familia de Ricardo quería mucho a Ana, incluso Ricardo regresó a la escuela cuando ella se lo pidió, porque quería que creciera como persona y profesionista”.
Anabeli, era la segunda hija de tres del matrimonio conformado por Don Abel Barrios y Doña Fidelia Tiburcio, una familia sencilla que día a día labraba un mejor futuro para ellos y el resto de este México podrido que en un lejano sentimiento albergaban la esperanza de poderlo hacer diferente.
México es el país donde es más dramática la violencia contra las mujeres. El problema es tan grave que sólo en los últimos cinco años la Secretaría de Salud federal documento 28 mil muertes violentas de mujeres, hechos perpetrados con características de feminicidio, reveló la doctora. Patricia Olamendi Torres, consultora de la oficina de la Naciones Unidas contra la droga y el delito.1
La familia de Anabeli jamás pensó que su hija, hermana, tía, cuñada, se convirtiera en una más de estas miles de mujeres que han sido asesinadas en este país, “sus padres jamás se van a recuperar de su ausencia, en nuestros corazones existe tristeza” con la voz cortada continua su relato Yesenia.
Unos días antes Anabeli le hizo saber a Yesenia que quería irse a vivir con su hermano y ella a Durango, se había alejado ya de Ricardo, “algo se fracturó en algún momento entre ellos” recuerda Yesenia, la necesidad de Ana de irse a Durango, no se pudo concretar.
El 7 de agosto de 2016, Ana estuvo recibiendo mensajes de Ricardo quien le pedía hablaran para intentar recomponer las cosas, ella se negaba, sin embargo, un mensaje de la madre de Ricardo la hizo titubear, Guadalupe Pacheco la invitó a comer, Anabeli no pudo negarse a final de cuentas la señora siempre fue linda con ella, decide entonces acudir a la casa de quien ahora era su ex novio, Ricardo.
Ana salió de su casa la cual rentaba con una amiga, ya no vivía en la casa paterna, pero esto no impedía que su familia supiera siempre que estaba bien, fue el día funesto para la familia Barrios Tiburcio, ese día la madre de Ricardo les hizo saber que Anabeli estaba herida, pero no les dijo la verdad, Guadalupe con toda perversidad les dijo que Ana y Ricardo habían sido asaltados.
Anabeli fue herida mortalmente con arma blanca, heridas mortíferas que pudieron no haberlo sido si Ricardo y su madre Guadalupe la hubieran atendido de inmediato.
Pasaron más de tres horas para que Guadalupe llamara a la Cruz Roja y atendieran a Anabeli, “estamos seguros que fue Ricardo el que la hirió, obviamente en complicidad con su madre, Anabeli ya no quería regresar con él, la asesinó porque ella tenía dignidad y no quería una relación tan toxica para ella”
¿Nadie vio nada?, pregunto a Yesenia.
“Si Frida los vecinos refieren que escucharon mucho ruido como a las dos de la mañana en la casa de Guadalupe, la ambulancia llego a las 5 de la mañana, desde ese momento la señora Guadalupe, no se le despegó a Anabeli, “parecía como si tuviera miedo o se estuviera asegurando que la flaquita no dijera nada, de hecho, a mis suegros después de que les avisó les comentó que Ricardo también estaba herido pero que no se quedó en el hospital porque había ido a conseguir dinero para la hospitalización de Ana, que si querían fueran a descansar que ella no se iba a despegar de su Ana”.
Yesenia expresa el temor de que su hermana política no tenga justicia, “curiosamente justo cuando estábamos enterrando a Ana, nos llegó el rumor de que Ricardo se había suicidado, cómo no hubo nota periodística ni siquiera condolencias para la familia del hijo de Emilio Zayas ex dirigente municipal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), a quien también pertenecía su tía quien fuera candidata a la Diputación Local, Martha Arroyo Pacheco”.
“Creemos que él no se suicidó, y que está vivo que obviamente hay tráfico de influencias, ¿se suicida y de inmediato lo incineran?, curiosamente cuando la señora que no se despegó de Anabeli en el hospital cuando supo que había fallecido se desapareció ya no la volvimos a ver”.
La percepción de esta familia, aunque duele es real “mientras más dinero tienes, tienes justicia, nosotros no lo tenemos por eso no podemos saber la verdad, por eso no haremos justicia por Anabeli”
Anabeli cumplirá el próximo 8 de agosto un año de que fue asesinada, “mi hijo, su sobrino pregunta por ella, ¿cuándo va a venir mi tía Ana a vernos, ¿cuándo le va a dar permiso Diosito de venir a visitarnos?, y tiene claro que Dios se lleva a los buenos y deja a los malos” atormentada comenta Yesenia…
Una mujer que hace falta a su familia, una mujer que quiso escapar de la violencia y falta de amor de su novio a quien amó pero que se amaba más, una vida arrancada por la falta de tolerancia a escuchar un NO por respuesta, una familia exigiendo justicia, y por otro lado una familia cómplice, que no permite que su hijo pague por lo que hizo.
Yesenia finalizo con palabras reales y lapidarias, “La justicia en México, mata cualquier esperanza de justicia”
En la página de Facebook creada para exigir justicia #TodosSomosAnabeli se puede leer lo que alguien seguramente de la familia publica
En memoria de Anabeli Barrios quien desde pequeña lleno nuestros corazones de alegría con esas sonrisas…
Solo queda agradecerle a Dios el tiempo que nos permitió estar contigo, y agradecerte a ti por todas y cada una de las sonrisas que nos regalaste, de esos abrazos llenos de amor y de esos momentos que duraran por siempre en nuestro corazón, alguien quiso apagar tu luz no sabiendo que al irte solo la haría arder con más fuerza.
Mi niña te fuiste y te llevaste contigo muchos sueños dejándonos un gran vacío en el corazón solo quiero que sepas que tu familia te ama, que te extrañamos demasiado, pero que siempre serás tu quien nos de la fuerza para seguir luchando por hacerte justicia y no es un adiós es un hasta pronto algún día nos volveremos a ver....
Quieres contar una historia de feminicidio, búscame, ayúdame a visualizarlas.
@FridaGuerrera
Verónica Villalvazo
solo cuento con mis ojos y mi mente son las herramientas que uso para trabajar
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