7/28/2012

El exilio permanente de las mujeres saharauis


julio 26, 2012
El Sahara Occidental fue conquistado primero por España y, después, por Marruecos. Estas sucesivas ocupaciones tuvieron y tienen efectos directos sobre la vida de las mujeres. Fátima El Medi Asma es la presidenta de la Unión Nacional de Mujeres Saharaui. Ella tuvo que huir de Sahara Occidental, su país, cuando tenía siete años. Fue entrevistada por el Suplemento las 12, Página 12, Argentina .
Página 12/Argentina 
Fatima El Medi Asma es la presidenta de la Unión Nacional de Mujeres Saharaui. Ella tuvo que huir de Sahara Occidental, su país, cuando tenía siete años, por un camino que duró tres días y fue el más duro de sus 42 años de vida, hasta llegar a un campo de refugiados en Argelia, igual que otras 173 mil personas, principalmente, mujeres y niños/as. Habla en castellano porque España colonizó su país hasta que, sin tregua, fue invadida por Marruecos.
Hoy lucha por la independencia de su territorio. Pero también por las condiciones de las mujeres que viven en Sahara, relegadas a la pobreza, a pesar de las riquezas de la región, por la falta de educación y, por lo tanto, de trabajo.La inequidad de la soberanía se complica con la tradición. La cultura marca que las mujeres deben quedarse a cuidar a sus padres. Y si ellas no pueden irse, ni pueden estudiar donde están, no logran capacitarse ni avanzar. Todo complota contra ellas.
Pero son otras mujeres las que luchan por su independencia y por la cosmovisión de su cultura que, lejos de los prejuicios occidentales sobre el Islam, defiende la libertad de las mujeres de casarse y divorciarse, de tener hijos con hombres distintos, les da el lugar de mayor autoridad familiar a las abuelas y protege absolutamente a las esposas (en lo social y económico) frente a un divorcio.
La resistencia espumante
El territorio que Fátima defiende y del cual proclama la bandera verde, blanca, negra y roja está conquistado por Marruecos y signado por muros que superan a los ladrillos que ya cayeron en Berlín o que todavía siguen entre Israel y Palestina. Su lugar de exilio es un campamento de refugiados en la frontera del Sahara con Argelia. Pero su raíz común es la conquista de España que terminó en 1975, pero que Marruecos invadió inmediatamente. En ese momento ella huyó a Tinduf. Ahora son 500.000. Tal vez muy pocos para hacer peso. Pero muchos para seguir con el sometimiento.
Su religión es la islámica. Fátima cuenta de diferencias. Pero diferencias que tejen orgullos o distinciones. Ninguna frontera infranqueable. También cuenta de las riquezas de su país en pesca, para derribar el mito de la arena infinita, y en minería. “Nuestra riqueza fue nuestra condena a la pobreza”, sentencia Fatma y la sentencia recuerda al destierro que el escritor Eduardo Galeano relató en Las venas abiertas de América Latina.

La invasión

–No nos dieron un respiro. España estaba pasando el fin de la dictadura de (Francisco) Franco, en 1975 y, en ese tiempo de transición, Marruecos aprovechó por un lado y Mauritania, con quien tenemos fronteras por el Sur, por el otro, para invadirnos.
–El 14 de noviembre de 1975 dividió el país en dos partes. La parte del Norte fue para Marruecos y la parte del Sur para Mauritania. España fue la administradora. En Marruecos mandaba el rey Hassan II, que prometió a los pobres que iban a tener un futuro mejor en el Sahara y organizó la Marcha Verde. Fue una invasión con más de 600 personas. A la vez, hubo una invasión militar que bombardeó el territorio. En el mismo momento entraron los mauritanos en el Sur y empezó otra guerra. El Frente Popular para la Liberación (Polisario) ya luchaba contra España. Después vino la guerra con Mauritania, que duró hasta 1978, cuando se firmó la paz. Sin embargo, la invasión de Marruecos, con la ayuda de Francia, todavía continúa.En las zonas ocupadas las mujeres son víctimas de torturas, de desaparición, de agresiones sexuales, de ser encarceladas porque son ellas las que manifiestan
–Nosotros vivimos en campamentos del lado de Argelia, en la frontera con Sahara, en Tinduf. Argelia nos acoge, pero también tenemos las oficinas de Naciones Unidas.
–Marruecos cuando vio que no iba a poder resistir la guerra empezó a construir muros para proteger las ciudades más importantes y no es como el muro de Palestina o de Berlín que son paredes. El muro tiene minas antipersonales que no nos permiten pasar y que les permite a ellos quedarse con la pesca porque Sahara tiene una costa de 1200 kilómetros en el Atlántico y además petróleo, uranio, mucha riqueza… por eso fue invadida.  Por esa riqueza fuimos obligados a vivir en la pobreza. La riqueza es el motivo de nuestra pobreza. Por eso, nosotros no podemos vivir en nuestro país desde hace más de treinta y siete años.
–La población saharaui es el grupo que se quedó y no pudo salir hacia Argelia. Actualmente viven en las zonas ocupadas y, aun estando en su país, son los más pobres. Hay un campamento de 30 mil tiendas y 80 mil personas en la parte más pobre y desértica del territorio en la cual es más difícil de sobrevivir. No hay mucha agua ni acceso a la comida. Ni agricultura, porque es un territorio muy contaminado por las minas antipersonales. Nosotros proponemos que haya un referéndum y que se controlen las violaciones de los derechos humanos. Pero todavía no lo hemos conseguido.Cuando fue la huida hacia el exilio tenía siete años.

Cambios con el destierro

A las mujeres se les facilitó la participación política por el exilio. Los hombres tenían que ir a la guerra y las mujeres debían quedarse en los campamentos y fueron ellas las que formaron los consejos y fueron gobernadoras de campamento, directoras de colegio, lo hicieron todo. Así fue hasta 1991 cuando empezó el proceso de paz. La conclusión fue que las mujeres hicieron todo pero estaban solas. ¿Y cuando los hombres volvían a los campamentos se iban a ocupar de la parte política, pero no de la doméstica? Fue muy importante la reincorporación de los hombres sin poner en riesgo el lugar de las mujeres que ahora ocupan el 34 por ciento de la representación. Lo que hicimos no es nada excepcional: las mujeres en las crisis juegan un rol muy importante. Pero cuando se termina vuelven a su rol tradicional.
NOTA: Es un extracto del artículo de Luciana Peker, El Exilio Permanente, publicado en Página 12. Argentina, 20/4/2012.

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