Electores descontentos y movilizados

Utopía


Eduardo Ibarra Aguirre

Bajo el enunciado “Sí hay imposición, habrá revolución” y en rechazo de los resultados que brindó el Instituto Federal Electoral (“del fraude” le llamaron) sobre la jornada dominical en la disputa por la Presidencia de la República, cientos de miles de estudiantes, jóvenes de otras procedencias y sus familiares realizaron La Marcha contra la Imposición, del Ángel de la Independencia al Zócalo, misma que el sábado 7 se multiplicó en ciudades de 16 estados de México, y en otras de Estados Unidos y Europa.
La asistencia que en Guadalajara rebasó los 20 mil, y la simultaneidad de la movilizaciones pusieron de manifiesto la capacidad de convocatoria y de organización de los indignados con la compra y la coacción masiva del voto, cada día más documentada por electores con y sin partido, el Movimiento Progresista e incluso el Partido Acción Nacional por medio de Gustavo Madero, su presidente, acusó que el Revolucionario Institucional gana los comicios con base a “billetazos y engaños”, pero en notable inconsecuencia reconocerá al triunfador de la elección “sin regateos”.
Convocadas a través de las redes sociales “por supuestos estudiantes universitarios” –consignó El Universal en reiteración de que cierra filas con Enrique Peña y el PRI–, las marchas y mítines tuvieron participación destacada de #YoSoy132 en la mayor parte de la ciudades, pero en el Distrito Federal no quedó clara su intervención sólo en términos formales, ya que muchos manifestantes se identificaron como tales, mientras cientos de delegados sesionaban en Huexca, Morelos, en el Primer Encuentro Nacional Estudiantil que reflexionó sobre la posibilidad de “conformar una organización o federación que agrupe a todas las fuerzas universitarias del país”.
La horizontalidad de las movilizaciones, marcada por una gran riqueza para verbalizar y escribir las demandas y denuncias, resultó un dato necesario de ponderar, sobre todo cuando se divulga la interpretación de que todo es una “gran operación político-electoral” que se diseña desde el cuartel general del obradorismo en la colonia Roma, convirtiendo a los agentes sociales en meras correas de transmisión del Movimiento Progresista. La estrecha visión de los títeres y los titiriteros ni siquiera sirve para la propaganda.
La película que vimos en cadena nacional a partir de las 22:45 horas del domingo 1 en las pantallas del duopolio de la televisión, sobre una jornada comicial “impecable” (Roger Bartra dixit), una elección sueca pues, resultó tan brutalmente parcial que se mutó en aliciente para que el malestar de los que no sufragaron por Peña Nieto por las buenas y por las malas del hambre y la necesidad, tomara forma social en las redes y las calles.
Otro hecho que aún estimula el descontento fue la comprobación de que las encuestadoras y sus dueños se alinearon sin recato para impulsar la candidatura de Enrique Peña, sin prever que un triunfo de “carro completo”, como el 19 por ciento de diferencia entre éste y Andrés Manuel López Obrador, y que con tanto desparpajo defendió Ciro Gómez, terminaron por inhibir a no se sabe cuántos votantes potenciales del candidato presidencial del Partido Revolucionario.
La conducta somnolienta (Humberto Musacchio dixit) del Consejo General del lFE ante las denuncias presentadas en tiempo y forma por el excesivo gasto del señor que se desplazó por el país en aviones y helicópteros privados, la torpe declaración del presidente del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, contrapuesta a la petición de Felipe Calderón para que se “limpie la elección” (la del 2012 no la del 2006), desbrozan el camino para que el conflicto poselectoral se instale y escale.
Acuse de recibo
Para el exembajador Eduardo Jiménez González la Utopía (Evitar el conflicto poselectoral, 6-VII) estuvo “muy bien tocayo, felicidades, un fuerte abrazo”… En tanto que el editor Gustavo Cortés Campa apunta: “El conflicto ya está. Ni la tajante declaración del rector José Narro sobre la auditoría al PREP y al conteo rápido del IFE, elaborado por matemáticos y científicos de la UNAM, ni el recuento de votos, en parte ya hecho, ni nada en absoluto podrá modificar la postura del Peje, previa a las elecciones. Únicamente que se le declarara vencedor. Y quién sabe... Tal vez la UNAM se sumó a la conspiración de los poderes fácticos y el rector es otro vendido cuando señaló claramente a los argumentos de fraude como ‘mitos’”... Por el contrario, el XVIII Foro de Sao Paulo, reunido en Caracas, resolvió: “39. El Foro de Sao Paulo convoca también a la defensa de la democracia en México. Una vez más, la derecha mexicana recurrió a la manipulación mediática con encuestas amañadas, compra masiva de votos y otro tipo de fraudes que distorsionaron la elección presidencial celebrada el primero de julio. Todo ello para tratar de imponer un candidato opuesto a los mejores intereses del pueblo mexicano. El FSP se pronuncia porque se investiguen a fondo las denuncias presentadas por los partidos progresistas.”
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