7/10/2012

Los periodistas pal café.....




Andrés Manuel López Obrador está relativa y circunstancialmente atado de manos. No puede convocar en estos momentos a movilizaciones ni protestas por el evidente fraude electoral en su contra porque fue confinado por presiones de empresarios y televisoras a un espacio de indefensión tramposamente derivado del famoso pacto de civilidad que le arraiga en los procesos jurídicos y le amenaza con guerra propagandística si incumple esos términos y pasa al activismo abierto.
Ese camino de la impugnación institucional llevará tiempo, y en ese proceso podrá suceder que la fuerza de los hechos consolide la instalación ya muy avanzada de Peña Nieto, por encima de lo que sea, o que día a día vayan surgiendo nuevos indicios y pruebas del mencionado fraude y con ello se potencie la protesta social ajena o sin intervención directa del tabasqueño, con desenlaces imprevisibles.
Este jueves deberán completarse los expedientes que llegarán al tribunal federal electoral en espera (poco probable) de que los comicios sean anulados o invalidados. Habrá dos vías de litigio, por si una de ellas falla o es desechada por el tribunal electoral. Una la presentará el equipo de trabajo directamente relacionado con AMLO. Otra la planteará un grupo de abogadas que ha trabajado en el tema de feminicidios juarenses, sobre todo en el caso conocido como Campo Algodonero (por el nombre del paraje donde fueron asesinadas ocho mujeres jóvenes en 2001, http://bit.ly/ceAgme ), lo que les ha dado experiencia en la tramitación de expedientes ante la comisión y la corte interamericanas de derechos humanos.
La sujeción a la maquinaria judicial fue una especie de daño colateral que AMLO debió aceptar, al igual que la conformación de una falsa imagen de unidad con grupos y personajes de la izquierda que ahora han comenzado a tomar distancia de él. A nadie deben sorprender tales reposicionamientos y mucho menos al propio López Obrador. El candado de civilidad le fue impuesto, pero no así la preferencia por la clase política tradicional del PRD, el PT y el Movimiento Ciudadano.
A diferencia de lo que hizo Enrique Alfaro en Jalisco, donde quedó a cuatro puntos de la maquinaria PRI-PRD-UdeG, peleando solamente bajo el membrete del MC, el líder de Morena se apegó a la nomenclatura de Chuchos y Camachos y les dio victorias que para éstos son definitivas y trascendentes, mientras el presunto beneficiado mayor corre el riesgo cierto de quedarse en el camino, junto con sus seguidores personales que en términos generales no alcanzaron ninguna posición de poder: no habrá bancadas legislativas ni siquiera ínfimas de Morena, ni gubernaturas, ni presidencias municipales: todo quedó en las cuentas de los verdaderos triunfadores, los variopintos miembros del camachismo chuchista que sólo espera la conclusión del episodio judicial de AMLO para emprender una labor de remozamiento que podría llevar a la creación de un nuevo partido, tal vez llamado con ironía Movimiento Progresista, cuyo líder real (habrá de verse si también el formal) será Marcelo Ebrard, quien se ha quedado con el dominio casi feudal del Distrito Federal, a través del comisionado Mancera.
Graco Ramírez hizo ayer una demostración tajante de la visión que mantiene ese segmento perredista provisionalmente asociado con AMLO para la contienda presidencial. El virtual gobernador de Morelos no ha sido incongruente ni sorpresivo: siempre ha sostenido una crítica abierta a las maneras políticas de López Obrador, sobre todo en cuanto a la reticencia de éste para aceptar las reglas institucionales y, en especial, para buscar y sostener acuerdos incluso con autoridades emanadas de procesos fraudulentos, como en el caso de Calderón.
Tales acuerdos, sostiene esa izquierda que abrevó en las formas de mercantilización política desarrolladas por Rafael Aguilar Talamantes al frente del Partido Socialista de los Trabajadores, son inteligentemente imprescindibles para darle viabilidad a la fuerza acumulada y evitar que los terceros lugares (el PRI en 2006; el PAN en 2012) ocupen el lugar de los segundos (el PRD en 2006 y, si se confirman los datos oficiales actuales, también en 2012) y hagan alianzas políticas con los ganadores (aunque sean espurios) y así acaben cogobernando.
Esa posición de pragmatismo abierto es compartida por muchos de quienes aparecieron cuando menos en algunos de los templetes de campaña junto a AMLO y ahora no dicen ni una sola palabra sobre lo que está pasando (como los Cárdenas y como el propio Ebrard, afanosamente concentrado en actos y obras de gobierno). Otros, como el mencionado Ramírez Garrido Abreu y el presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, se- ñalan sin ambages que el límite del acompañamiento a la lucha del candidato presidencial de las izquierdas es- tá en los tiempos y las resoluciones judiciales respec- to a las impugnaciones por presentar. Dándose la resolución adversa a AMLO y olvidando cualquier pretensión de lucha alterna. Respeto riguroso al sendero jurídico: hasta allí, no más (y a felicitar a EPN y ponerse a las órdenes).
En el revoltijo político, hasta a Felipe Calderón le ha apetecido mostrarse democrático e incluso impugnador. Es probable que hayan surgido obstáculos en el proceso de entendimiento con Peña Nieto, que viene de meses atrás, o que el panista encopetado desee encarecer tales arreglos, así que desde su origen 0.56 se ha considerado con valía para criticar la compra de votos y pedir indagación y castigo, si a éste hubiera lugar.
Y, mientras algunos jó- venes mexicanos pretenden solicitar asilo político simbólico en embajadas, argumentando el temor que les causa la posibilidad de un gobierno presidido por Enrique Peña Nieto, y escuchando por allí que el PRI y el Verde están trabajando en la posibilidad de crear un Partido de los Migrantes, como nueva vertiente de simulación que desemboque en manos mexiquenses... ¡hasta mañana, con la reanudación de la normalidad criminal en Sinaloa, Morelos, Guerrero, Michoacán y Coahuila!
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Por una extraña coincidencia, las ventas de Soriana llegaron a niveles extraordinarios el pasado mes de junio. ¿Les dice algo eso? Crecieron 6.5%, dejando atrás a su competidor Chedraui, que registró una alza de 4.5% y de Wal-Mart, con sólo 4%, de acuerdo con analistas de Credit Suisse. De hecho se espera que las ventas del segundo trimestre del año –abril a junio– superen con mucho las del primero. En el primer trimestre tuvo ventas por 24 mil 140 millones de pesos, y una ganancia neta de 932 millones. Han sido los de este año meses muy buenos para Soriana, inclusive superó al líder Wal-Mart. ¿Habrá alguna relación con la elección presidencial? Soriana ha sido relacionada con la emision de monederos electrónicos para canjear por mercancías en sus tiendas, supuestamente pagados por el PRI para favorecer la campaña de Peña Nieto. Directivos de la empresa lo han rechazado tajantemente, pero el equipo del Movimiento Progresista, que postuló a Andrés Manuel López Obrador, está reuniendo pruebas para demostrarlo. Podrían constituir uno de los elementos por los que se exija la anulación de las elecciones. Soriana es una empresa que tiene a la venta una parte de sus acciones en la Bolsa Mexicana de Valores.
Lavado de dinero
El Banco de América tiene una larga historia en México, inició sus operaciones con una oficina de representación en 1954. Hasta fecha reciente poseía una cuarta parte de las acciones de Santander, pero la revendió al propio Santander. Está autorizado para operar en México como grupo financiero, banco y casa de bolsa. De acuerdo con una información publicada por The Wall Street Journal, una banda de traficantes ha venido usando cuentas del Banco de América para lavar dinero procedente del tráfico de drogas, usando como fachada un negocio de caballos de carreras, de acuerdo con una investigación de la Oficina Federal de Investigación (FBI). Es el segundo banco más grande de Estados Unidos. Sus vínculos con el cártel fueron revelados por un agente de la FBI ante una corte federal de Texas el mes pasado. De acuerdo con el agente, el negocio hípico tenía cuentas en sucursales del banco en Charlotte, Nueva Carolina. No existe en el expediente ninguna acusación contra la sucursal del banco en México. Según la declaración del agente de la FBI, el negocio de caballos de carreras era operado por José Treviño Morales, pero la agencia sospecha que sólo es un encubridor, un prestanombres. Treviño Morales es un ciudadano estadunidense que es hermano de uno de los capos de Los Zetas y supuestamente ha venido lavando dinero en cuentas del Banco de América y una cuenta personal separada. El agente de la FBI describe en su declaración jurada que cuando menos una docena de transacciones por más de un millón y medio de dólares fueron depositadas o retiradas de dos cuentas bancarias del Banco de América desde 2009. Ya se está haciendo costumbre que los mexicanos nos enteremos de estos sucesos porque los descubren las autoridades de Estados Unidos o de otro país. Aquí por alguna razón las ocultan con celo.
El PAN no impugnará
El PAN no acompañará a los partidos del Movimiento Progresista en su recurso para impugnar la elección presidencial. Reconoce que no fue lícita, pero es legal. En otras palabras, se siente cómodo en el papel que siempre tuvo antes de sus 12 años de gobierno. ¿Cómo dicen que se llama a esa función?

Que haiga sido como haiga sido (segunda parte), el tribunal electoral no modificará el resultado de los pasados comicios, y que, háganle como quieran, el candidato copetón despachará en la residencia oficial a partir del próximo primero de diciembre. No importa la compra masiva de votos, el uso de recursos públicos para tal fin, la ilegal participación de los dadivosos gobernadores priístas en este operativo –más los empresarios afines que se mantienen en el anonimato–, la vergonzosa inducción del voto promovida por las casas encuestadoras, ni la penosa actitud de consejeros y lerdas fiscalías especializadas. La decisión se mantiene incólume: el libreto de la fábrica de sueños no admite modificación alguna.
El inquilino de Los Pinos está feliz porque, ante el derrumbe de su gobierno y de su partido, prefirió regresarle los trastes a los tricolores que al Peje candidato, por mucho que de dientes para afuera diga que “es inaceptable que se dé la compra del voto… no es dable aceptar qué tanto es tantito”. Lo mismo sucede con su partido, el PAN que no se come ni da para comer: “a Enrique Peña Nieto no le alcanza la legitimidad para ser el próximo presidente de México, por la ilegal introducción de dinero para la compra y coacción del voto… En caso de que gane, le daría legalidad (pero) la legitimidad no le alcanza todavía con este resultado, por los cuestionamientos que surgen en torno a esta elección, que son muchos”, según las sabias palabras de Gustavo Madero, autodenominado presidente del negocio blanquiazul.
Entonces, de dientes para afuera todos son demócratas y defensores de la legalidad, pero a la hora de los pambazos el único que le ha entrado a la denuncia documentada del nuevo atraco electoral y le ha puesto números es Andrés Manuel López Obrador (rodeado –una vez más– de muchos demócratas de discurso, quienes ya no saben cómo salirse de la jugada para gozar del renovado hueso otorgado por tribus y bandas afines). Y en este contexto, el Peje candidato denuncia que en la elección del primero de julio hubo compra al menos de 5 millones de votos, que no sólo son muchos, sino que su adquisición implica el multimillonario uso de recursos públicos, aportados, entre muchos otros, por los mismos que al tricolor vendieron su sufragio.
Esos 5 millones de votos equivalen, en números cerrados, a 10 por ciento de los sufragios totales emitidos el día de los comicios. Si se prefiere, son representativos de casi 27 por ciento de los oficialmente registrados a favor de Enrique Peña Nieto, o el total de los que recibió en Jalisco (1.33 millones), Veracruz (1.2) y, desde luego, estado de México (2.92), los de mejores resultados para el candidato copetón (en el Distrito Federal obtuvo, oficialmente 1.24 millones). Así, descontada la compra masiva de votos, el susodicho hubiera ocupado la segunda posición en los comicios pasados, al descender de 18.73 millones de votos a 13.73 millones, es decir, alrededor de 2 millones de sufragios por abajo del Peje candidato.
Entonces, una catarata de votos de la mano de un río de dinero. Tomando como ejemplo el caso Soriana (las famosas tarjetas prepagadas) se han documentado pagos de 100, 300, 500, 700, mil y hasta 3 mil pesos, lo que daría un promedio de 933.33 pesos por voto adquirido y un total ponderado de mil 680 millones de pesos sólo por este concepto. El tope impuesto por el IFE para gastos de la campaña presidencial fue de 336 millones de pesos. Pero todo esto no alcanza para anular la elección, o cuando menos reconsiderar el triunfo del candidato copetón, algo que, por lo demás, no está previsto en el libreto original.
¿De dónde salió tanto dinero para el shoping electoral? La única fuente posible para obtener tanto dinero y tan rápido se encuentra en los estados de la República, y en la mayoría de ellos los gobernadores son, casualmente, tricolores. Lo anterior, desde luego, sin olvidar las desinteresadas aportaciones –bajo el agua– de los empresarios de siempre, quienes no apuestan a tal o cual candidato, sino invierten en ellos, porque de cualquier suerte alguno de los participantes resultará oficialmente vencedor en los comicios, y entonces tendrán a quién pasarle la factura, con creces.
Al final de cuentas, nada que sorprenda, nada novedoso, pues Enrique Peña Nieto y su nuevo PRI tienen maestros y escuela en eso de pasar la charola, reunir centavitos extras, utilizarlos donde más convenga y manejarlos por abajo del agua. En este sentido, cómo olvidar aquella Comisión de Financiamiento y Consolidación Patrimonial creada en noviembre de 1987 (un mes después de su destape) por el entonces candidato presidencial Carlos Salinas de Gortari, en el que hizo un coctel de políticos tricolores y empresarios afines para promover el voto y obtener muchos recursos para la campaña electoral, toda vez que el primer aspirante chaparro y pelón (el segundo usa lentes) debió enfrentar a dos sólidos adversarios en los comicios de 1988 (Cuauhtémoc Cárdenas y Manuel Clouthier, Maquío). El resultado es conocido por todos.
En esa comisión, presidida por el empresario Angel Borja Navarrete, el maestro de Peña Nieto reunió, entre otros, a Pablo Alvarez Treviño, Antonio Ariza Cañadilla (Casa Domecq México), Pablo Brener (comprador de Aeroméxico), José Carral Escalante (representante del Bank of America), José González Bailo (presidente de la Canaco), Ricardo González Cornejo (Grupo Industrial Casa, autobuses y autopartes), Antonio Gutiérrez Prieto (Gutsa, la constructora de la Estela de Luz), Eduardo Legorreta Chauvet (Operadora de Bolsa), Antonio Madero Bracho (Grupo San Luis), Enrique Molina Sobrino (uno de los ganones en el salinato), Anuar Name Yapur (textilero), Carlos Peralta Quintero (Grupo IUSA), Isaac Saba Rafoul (Casa Saba, ya fallecido), Fernando Senderos Mestre (Grupo Desc) y Carlos Slim Helú (sin Telmex, todavía).
Seis años después (23 de febrero de 1993), en casa de Antonio Ortiz Mena, el mismo Carlos Salinas organizó su pase de charola entre una treintena de magnates: 25 millones de dólares por cabeza para la campaña de Luis Donaldo Colosio (que terminó beneficiando a Ernesto Zedillo), en medio del encendido discurso de Emilio El Tigre Azcárraga (hemos ganado tanto dinero en los últimos seis años que tenemos una deuda de honor con este gobierno). Pero nada de eso sirvió para cancelar los comicios de 1988 y 1994, como tampoco los de 2006, ni alcanza para los de 2012.

La relación con el maíz entre los peruanos de ciertas regiones de ese país es tan estrecha como la nuestra. Es por ello que han sabido aprovechar todas las posibilidades de este grano. Diversas investigaciones señalan que en Perú hay cerca de 48 razas de maíz; es el número que más se acerca al de México, donde tenemos 52.
Entre las razas figura la del maíz llamado chuncho, de granos pequeños; también hay diversos maíces morados.
Sergio Zapata Acha en su Diccionario de gastronomía peruana tradicional menciona que actualmente se conocen los maíces morados canteño y de Caraz, ambos derivados de la raza kulli, que es una de las más antiguas de maíz peruano. Los mochica la conocen como soisoi.



Piden ser aceptados en la Normal Superior
En la Escuela Normal Superior de México (ENSM) acaban de publicarse los resultados del proceso de selección para el ingreso al próximo ciclo escolar.

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Al momento de escribir estas líneas, miles de ciudadanos han denunciado y documentado las siguientes prácticas de defraudación de nuestra Constitución Política, la ley electoral (Cofipe) y de la soberanía popular expresada en el voto ciudadano y que ocurrieron antes, durante y después de la jornada electoral.
En los meses y semanas previos al 2 de julio, vimos gastos multimillonarios por fuera de la ley electoral, rebasando los topes de campaña y con dinero de procedencia ilícita, en la compra de tiempo en televisión (entrevistas y comentarios pagados), y de encuestas hechas como propaganda (incluso diarias) y difundidas por televisión, radio y periódicos de todo el país, influyendo ilegalmente en la percepción de los ciudadanos e induciendo sin pudor el voto a favor de Enrique Peña Nieto y rematando con ilegales promocionales de televisión en el canal 5 de Televisa, sin firma, en contra de Andrés Manuel López Obrador y sin olvidar el despliegue multimillonario de espectaculares al arranque de las campañas… Todo ello ante la pasividad cómplice del Instituto Federal Electoral (IFE) y del Tribunal Electoral del Pode Judicial de la Federación (TEPJF).

Han sido dos elecciones presidenciales, los periodos 2000-2006 y 2006-2012, en que el candidato proclamado vencedor no procedía de las filas del PRI. Otra cosa es que hubiese ganado legítimamente en las urnas. ¿Error político, cansancio, vacuidad programática, deterioro institucional, corrupción, nuevos actores políticos, pérdida de credibilidad, rupturas internas? Todo suma. En 2000, Vicente Fox, rompía la hegemonía del PRI. El voto útil, la presencia del EZLN, y un sinnúmero de frustraciones, llevaron al candidato del PAN, Vicente Fox, ex gerente de la Coca Cola, a Los Pinos. La candidatura del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas, levantada por el PRD y aliados, a todas luces, por esos años, representante de una izquierda política institucional fuerte, no sumó voluntades. No hizo falta que se cayese el sistema, como sí ocurrió en las elecciones de 1988. En 2000 primó el eslogan ¡¡que se vayan!! La losa del PRI, 70 años apoltronados en el sillón presidencial, decantó a los electores hacia la derecha como una opción de alternancia. Poco duró la alegría. Transcurrido un año, cundió la decepción y todo parecía seguir la misma ruta que los gobiernos del PRI. ¿Simple coincidencia? Las reformas neoliberales apuntaladas durante los tres últimos mandatos del Revolucionario Institucional –Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari y Ernesto Zedillo– continuaron, esta vez implementadas por el PAN. La traición de los partidos para incumplir los acuerdos de San Andrés con el EZLN, las políticas desreguladoras y privatizaciones, fueron más de lo mismo. Los deseos de democratización se esfumaron; a cambio hubo continuidad.

Debemos esperar a que se resuelvan todas las inconformidades presentadas por los posibles recursos fraudulentos, y lo que vaya apareciendo, en la campaña del PRI para conocer la decisión final que tome el Instituto Federal Electoral y en su caso el tribunal que va a calificar la elección. Aunque Felipe Calderón se adelantó y declaró que EPN será el próximo presidente, demostrando que eso de la legalidad y la democracia es lo menos importante para él, como ha sido a lo largo de todo el sexenio. Y ni qué decir de su candidata a la Presidencia, quien a pesar de que su asesor de campaña, Roberto Gil, señalaba reiteradamente que tenía pruebas del fraude del PRI, no tuvo ningún empacho en darse por vencida antes de tiempo.

Son cerca de las 12 de la noche. Es martes 3 de julio. En el entronque de Tlalpan y Periférico, en la sede del Instituto Federal Electoral, decenas de jóvenes enseñan a los automovilistas una pancarta en la que se lee: #YoSoy132. México votó. Peña no ganó.

Los ganadores lo saben, la percepción de la mayoría de los electores –los votantes de AMLO y los panistas– saben que se les ha escarnecido, se les ha agraviado y dejado en estado de contenida explosión. Porque lo que esperan es que los procesos legales pendientes se resolverán en favor de EPN. El asunto Monex fue denunciado por las izquierdas antes de los comicios, y el IFE ni se inmutó. Un indicio de lo que puede esperarse de los procedimientos legales.
Toda la materia visible, de la que están hechas las estrellas y nosotros mismos, está formada por átomos cuya estructura básica es un núcleo rodeado por una nube de electrones. Dependiendo de sus características, forman todos los elementos conocidos, como el hidrógeno, el oxígeno, el sodio, el cloro, etcétera, los cuales al unirse forman moléculas como el agua, la sal y estructuras tan complejas como los planetas y las galaxias o las células del cerebro humano. Así, en el nivel atómico se encuentran las claves para entender cómo está formado el universo, cómo se originó y, por decirlo de algún modo, cuál es su destino.

El Museo Nacional de San Carlos ha iniciado una restauración a fondo, que entre otros beneficios, como la disposición y utilización de los espacios, incrementa la posibilidad de admirar su arquitectura, principiando con la escalera, que para los entendidos puede parecer prodigiosa en su modalidad constructiva.




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