VIOLENCIA
Aunque ha disminuido, la práctica persiste: ONU
Especial | retomada del sitio kaosenlared.net
Por: Vivian Collazo
Cimacnoticias/PL | Ginebra.- Al menos 120 millones de niñas y mujeres sufrieron mutilación genital, una práctica que según datos del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ha disminuido en los últimos años.
Sin embargo, estimaciones de la agencia internacional indican que aun cuando el progreso es importante, 30 millones de menores de 15 años de edad todavía pueden estar en peligro.
Los avances alcanzados demuestran que es posible poner fin a la mutilación genital femenina, declaró Anthony Lake, director ejecutivo de UNICEF, quien consideró necesario acabar con esa práctica para ayudar a millones de mujeres a llevar una vida más saludable.
En 2008 el Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA) y UNICEF iniciaron un programa para evitar la mutilación genital en actuales y futuras generaciones, lo que permitió que unas 10 mil comunidades de 15 naciones renunciaran a ella.
También en 2012 más de mil 700 comunidades africanas declararon públicamente su compromiso de erradicarla.
La capacitación de las mujeres y las niñas es clave para romper el ciclo de discriminación y violencia, así como para la promoción y protección de los Derechos Humanos (DH), incluida la salud sexual y reproductiva y los derechos reproductivos, aseveró Babatunde Osotimehin, director ejecutivo de UNFPA.
Trabajando con los gobiernos y la sociedad civil, UNFPA y UNICEF han podido lanzar con éxito un enfoque basado en los DH, respetuoso con las culturas, para poner fin al problema, agregó el experto con motivo del Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina.
La ablación genital incluye una variedad de procedimientos; en el 80 por ciento de los casos consiste en la escisión del clítoris y los labios menores; su forma extrema, la infibulación, implica la extirpación de casi todos los genitales externos.
Dado su carácter privado, es imposible calcular cuántas son las víctimas mortales, pero se sabe que muchas jóvenes mueren desangradas o a causa de una infección en las semanas posteriores al hecho, señalan especialistas.
Las que sobreviven –resaltan– sufren en adelante dolorosas menstruaciones, enfermedades inflamatorias pélvicas, formación de abscesos y quistes, infecciones urinarias y una pérdida casi total de sensibilidad. Algunas mujeres pueden quedar infértiles.
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