Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Con el voto de cinco de los nueve consejeros, el Instituto Federal Electoral decidió devolver a la Unidad de Fiscalización los dictámenes de los informes de gastos de campañas presidenciales para que se empalmen con la revisión de gastos de las contiendas para diputados y senadores. También para esclarecer los criterios aplicables de prorrateo y de campañas beneficiadas cuando se distribuyan recursos centralizados ejercidos por los partidos. La instancia fiscalizadora debe presentar un nuevo documento a más tardar el 3 de julio.
De la anterior manera, la UF tendrá casi cinco meses para revisar un dictamen que no soportó, como aquí fue previsto, la prueba de la percepción generalizada sobre qué partidos o coaliciones gastaron más en las jornadas por la Presidencia de la República y por miles de cargos de elección federales y locales.
Muy expertos en contabilidad, finanzas y derecho, pero los fiscalizadores no fueron capaces de ver lo que buena parte de las audiencias observaron: un candidato presidencial desplazándose durante meses en aviones y helicópteros privados, buena parte de los edificios del país saturados de espectaculares con su rostro, cual concurso de belleza, para sólo mencionar dos grandes erogaciones.
Los fiscalizadores del IFE se atuvieron a facturas y estados contables preparados con singular profesionalismo por los expertos del tricolor que les dieron tres y las malas a sus contrapartes del Movimiento Progresista que, ahora redescubren críticos de oficio y beneficio, “son desordenados y no saben gastar”. Y como el Partido Revolucionario es una chucha cuerera en la materia, pues la UF procedió conforme a derecho, dicen. Es tanto como justificar la elusión fiscal porque las empresas de los dueños de México tienen los mejores despachos fiscales y Hacienda pierde los juicios. La verdad jurídica la tendrán los primeros, pero divorciada de las otras verdades, las de las obligaciones ciudadanas y la ética.
El hecho es que los fiscalizadores que postularon: “El exceso de gastos de campaña de (Andrés Manuel) López Obrador –que rebasó lo permitido en 18 por ciento– trastocó los principios de equidad y transparencia en la rendición de cuentas, lo que implica una inequidad en la contienda y el consecuente debilitamiento del sistema de partidos”, tienen aún tanto trabajo para convencer a la opinión pública y publicada que los intelectuales que laboran para Televisa y Televisión Azteca ni siquiera intentaron defenderlos.
Veremos si la UF mantiene la conclusión que atropella el más común de los sentidos, esto es que el candidato del Movimiento Progresista, Obrador, fue “el único que rebasó el tope en los pasados comicios”, pues “ejerció 398 millones 878 mil 726 pesos, es decir, 62 millones 766 mil 642 pesos por arriba de lo estipulado en la ley”. Con lo cual es acreedor a una multa de 129 millones 829 mil pesos, la más elevada desde los casos Amigos de Fox y Pemexgate.
Como bien dice Javier Corral, de Acción Nacional, es comprensible que el Institucional defienda la imagen de Enrique Peña. Pero ésa no es la tarea del IFE. No lo entiende Leonardo Valdés, pues se aferró a defender el dictamen sin ceder un ápice. Mientras que Sergio García dio un tercer bandazo al excusarse de participar en una votación que de antemano sabía perdida, porque días antes presentó su renuncia al Consejo General.
En tanto, dirigentes de los partidos beneficiados temporalmente con la decisión, como Cuauhtémoc Cárdenas, López Obrador y Ricardo Monreal realizan desatinados fraseos para comprometer la suma de fuerzas y esfuerzos en torno a una propuesta legislativa sobre Petróleos Mexicanos frente a la embestida trasnacional.
Acuse de recibo
A Explosión difusa, lenta, horizontal y definida (6-II-13) agrega Gustavo Cortés Campa: “Creo que el término ‘evento’ se puede equiparar, para su utilización, con ‘accidente’: Es lo que acontece de manera imprevista, muchas veces sorpresiva. Desde hace muchos años que locutores y publicistas, y en consecuencia los políticos, hacen uso indebido de la palabreja. Los cronistas deportivos hablan de ‘eventos futbolísticos’ o ‘eventos de atletismo’, pero sucede que están programados (…) y por lo tanto, no pueden ser eventos. Siempre me divierto privadamente cuando alguna guapa señora me entrega una tarjeta (…) que dice: ‘Directora de programación de eventos’ y le pregunto: ‘¿Pues cómo lo hace?’ y con aire resignado comienza a sintetizar una exposición general, y luego trata de disimular su molestia cuando repregunto: ‘¿Pero se pueden programar los eventos?’. Algo similar sucede con el PRI, donde tienen una coordinación del Movimiento Territorial. ¿Acaso coordinan terremotos?”… La misma Utopía es “muy interesante” para Ernesto Gonzalo González… Luis Carlos Ugalde reapareció en Canal 13 en el programa que conduce la dramaturga Sabina Berman, y expuso con brillantez –plagada de “Yo creo”– sobre legalidad y corrupción, sin inmutarse por su actuación en julio de 2006, y además defendió la guerra de Felipe Calderón.
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