La
crisis del B2 petrolero desnudó al equipo gobernante y lo exhibió en su
dimensión política real. Atropellados, inseguros, ignorantes de la
materia y los protocolos, colocándose incluso en riesgos físicos
innecesarios, enviando gestual y escenográficamente mensajes distintos
de los deseados, los principales personajes del poder conífero
(derivado de árboles como los pinos) practicaron una suerte de
delamadridismo postsísmico inverso: es decir, los de ahora sí actuaron,
sí dieron la cara, sí estuvieron en el lugar de los hechos, a
diferencia del fantasmal presidente de la República que en 1985 quedó
paralizado ante la desgracia, pero a fin de cuentas el peñanietismo del
B2 de Pemex acabó instalando una similar percepción de abandono,
desamparo, insuficiencia.
Peña Nieto corrió a presentarse físicamente en el sitio de la
conflagración aun cuando, como luego se sabría, no estaba ni
remotamente conjurada la posibilidad de otro estallido. Luego, en una
escena de suspenso, la plana mayor de la seguridad nacional salió a
cuadro ante los medios de comunicación para dar cuenta, instalada sobre
un terreno volátil, con versiones de que aún había explosivos que no
habían sido encontrados, de que los mexicanos podrían sentirse seguros
y confiados. Allí, el secretario de Gobernación leyó un texto entre
equivocaciones sintomáticas, con imprecisión y aire angustioso, sin el
empaque necesario para tales momentos.
Los técnicos del asunto tampoco aportaron serenidad, experiencia y
contundencia. El director de Pemex, Emilio Lozoya Austin, quien no
sabía mayor cosa de asuntos energéticos antes de asumir el cargo,
especializado en economía y en temas internacionales pero no en
petróleo, andaba de visita en Singapur, dedicado a las preclaras tareas
del contratismo para maquinaria pesada, y en cuanto llegó a México
contravino la línea declarativa sostenida hasta entonces por EPN y por
MOCh (siglas de Miguel Osorio Chong) al filtrar como más viable la
hipótesis de un accidente, como si el salinismo hubiese decidido
remontar el batidillo de especulaciones que Peña y Osorio habían
abonado horas atrás con la muy republicana postura de no promover
especulaciones y esperar, por respeto a las víctimas, los resultados de
los peritajes correspondientes. Tampoco tuvo papel brillante otro alto
funcionario nombrado por razones políticas, sin conocimiento técnico
alguno de su cartera, Pedro Joaquín Coldwell, habilitado como
secretario de Energía para convalidar las instrucciones superiores que
en su momento se den en cuanto a privatizaciones y cesiones. Eso sí, ha
de reconocerse que en general hubo una rigurosa predisposición facial
dolida, una línea discursiva de solidaridad con los caídos y un claro
escamoteo de datos duros. ¿Qué fue? Esperemos los resultados de las
investigaciones (ERI). ¿Quién fue? ERI. ¿Qué documentos se perdieron?
ERI ¿Qué significa ERI? ERI.
El colmo de los enredos involuntarios se dio a la hora en que el
licenciado Peña decretó tres días de luto mientras en la riviera
nayarita, específicamente en un espectacular hotel de Punta Mita, eran
preparados tres días de lujo. Con una insensibilidad mayor a la de
aquel Miguel de la Madrid que simplemente fue omiso e inactivo (sin
recordar, por ejemplo, aquellas escenas famosas a escala mundial del
presidente chileno en espera de que saliera el último de unos mineros
atrapados), Peña Nieto permitió durante largas horas que en las redes
sociales se desarrollara una revuelta contra la información publicada
en el diario Reforma de que el viernes había llegado el
mexiquense con su familia a Punta Mita para pasar las vacaciones del
puente por el Día de la Constitución,
extraoficialmente, en el hotel St. Regis, uno de los más caros de la zona. Dicha información fue sostenida por Reforma en un párrafo final de una nota en interiores que publicó este domingo.
Por su parte, La Jornada,
que también había dado cuenta del asunto en su sitio de Internet,
señaló en la cabeza principal de su primera plana, bajo la firma de
Israel Rodríguez:
Peña Nieto deja asueto...y, en el balazo correspondiente,
Vuela de Nayarit a la capital. En Tepic, donde la corresponsal es Myriam Navarro, el secretario general del gobierno priísta del estado, José Trinidad Espinoza Vargas, había respondido, a pregunta expresa de La Jornada sobre la estancia vacacional de Peña Nieto:
Sí. Está aquí y el presidente debe descansar. Horas antes, según la nota mencionada,
un empleado del exclusivo hotel St. Regishabía informado que
el presidente Peña está con toda su familia; aterrizó en Puerto Vallarta. Nos dijeron que se queda este puente largo.
Habiendo tomado posesión del cargo apenas dos meses atrás y al
frente de un país con graves problemas sin resolver y marcadamente
crecientes, lo menos que podría esperarse del ocupante de Los Pinos
sería una gran predisposición laboral, sin asuetos ni puentes. Pero el
cuadro turístico resultaba peor, chirriante, a la luz de la tragedia
sucedida en un edificio del conjunto central de Pemex, del número de
muertos y heridos y de la indefinición respecto a las causas de tan
desestabilizador episodio crítico. Y peor aún si se contemplaba que la
emisión del decreto de los tres días de luto no coincidía con los
ánimos playeros.
Los Pinos dejó correr largas horas y la noche del sábado, después de
las 22 horas, la imagen de Peña Nieto apareció en el sitio del
accidente o atentado, en una tan súbita como inexplicada necesidad de
mostrarse en el lugar, tomarse fotos con rescatistas, mover las manos
para dar densidad a sus palabras y tuitear que él,
personalmente, había estado allí (como si a la hora de tuitear el que lo hace hubiera de decir que lo está haciendo “personalmente). Otros de sus funcionarios repitieron en Twitter la palabra programada,
personalmente. Esa misma noche se anunció que EPN estaría el domingo, a las 11 horas, de nuevo en el B2, lo que luego se canceló, dejando así al ajetreado mexiquense en condiciones de descansar en Punta Mita, en Ixtapan de la Sal o en Los Pinos. ¡Hasta mañana!
Twitter: @julioastillero
Facebook: Julio Astillero
Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx
Pemex
tiene una historia deplorable en materia de vulnerabilidad. Contrató en
2011 a Inbursa el seguro de la Torre y otras instalaciones; su valor es
de 401.3 millones de dólares y la cobertura expirará el próximo junio.
Pertenece al grupo Slim. Cubre el daño físico directo a todo bien en
tierra y mar de su propiedad o que se encuentre bajo su
responsabilidad. El director de Pemex, Emilio Lozoya, tiene enfrente
una tarea complicada: demostrar fehacientemente que la explosión de la
tarde del jueves no tiene relación con un acto de sabotaje o
terrorismo. Posiblemente el seguro no lo cubriría.
Las cuotas
Otro desaparecido a raíz del infausto suceso es el líder
petrolero Carlos Romero Deschamps. No es que haya ido a trabajar ese
día y estuviera checando tarjeta a la hora que ocurrió la explosión. Al
parecer ya se había ido de puente y no reaparecerá hasta el 18 de
marzo, cuando inevitablemente tendrá que asistir a la celebración de la
expropiación. El bien amado líder petrolero –tiene una hijita que suele
pasear a su perro en avión– no es bien visto por sus huestes. No
faltará quien de su entorno esté calculando en cuánto venderán las
plazas de las infortunadas víctimas para seguir cobrando las sagradas
cuotas a los sustitutos. El reformón laboral conservó todos sus
privilegios.
El peso está subvaluado
En las semanas recientes hemos visto un resurgimiento de
la moneda: un dólar puede comprarse con 12.75 pesos en casas de cambio.
Según el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, es una
muestra de que la economía está supervitaminada. Sin embargo, el índice
Big Mac 2013 de la revista The Economist revela que está muy
depreciada frente al dólar. Un 33.5% para decirlo con exactitud. La
idea es que el precio de una hamburguesa debería ser igual en dos
países determinados. No es así, por supuesto. Las diferencias indican
si una moneda está subvaluada o sobrevaluada. Esta es la regla: si una
Big Mac en cualquier otro país cuesta más que en Estados Unidos es que
su moneda está sobrevaluada; si cuesta menos, está subvaluada. En
Estados Unidos vale en promedio 4.37 dólares, en México el equivalente
a 2.90 (37 pesos). No es por casualidad, la política oficial es
sostener la moneda así para favorecer a las empresas exportadoras,
ademas de mantener muy bajo el costo de la mano de obra.
Nuevo contrato en radio y tv
Antes de que comenzara el puente, la Cámara Nacional de
la Industria de la Radio y la Televisión firmó el nuevo contrato de
trabajo con los trabajadores de las empresas que integran el sector. El
presidente de la cámara, Tristán Canales, dijo que el acuerdo
incorpora las demandas de los trabajadores y, a su vez, reconoce la compleja situación por la que atraviesa la Industria. El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, atestiguó el acto.
Bimbo y el IVA
Es muy extraño que una compañía respalde la idea de
subir sus productos porque el gobierno los gravará con un impuesto.
Generalmente se oponen, incluso recurren al amparo. Sin embargo, esa es
la posición de Daniel Servitje, director general de Grupo Bimbo. Está
de acuerdo en que se aplique un IVA de 2 a 4 por ciento a los
alimentos. El misterio se aclara si tomamos en cuenta, en primer lugar,
que se trata de una empresa que monopoliza su mercado. Además, las
compañías compensan el IVA a favor con el IVA en contra. Es decir,
eventualmente Bimbo no entregaría al SAT el IVA que le pagaríamos en la
compra de sus productos, sino que lo usaría para compensar el IVA que
cubrió a sus proveedores. Y es perfectamente legal, son las facilidades
que los gobiernos han dado a las compañias, más no a los ciudadanos de
a pie. Se imaginan ustedes que al final del año el SAT les dijera: “te
regreso el impuesto que pagaste en la gasolina, la ropa, los tenis…”
Soñar no cuesta nada, pero, al momento, ese privilegio sólo lo tienen
empresas como Bimbo.
¡Nadie te da gusto!, me dice
con acrimonia mi vecina: te incomoda el perfeccionismo y acuciosidad
del secretario García Luna que, cuando consideró que
la primera tomade la azarosa captura de los Zodiaco adolecía de realismo, suspenso y emotividad, ordenó de inmediato una segunda, para perfeccionar lo filmado. Ahora presionas y presionas a las autoridades porque no descubren y presentan a los culpables del pequeño desaguisado de diciembre, como si eso fuera tan sencillo. ¿Pretendes que, nomás por tus urgencias, sospechosamente malsanas, inculpen a inocentes? (¿Otra vez? Me pregunto para mis adentros, porque si lo hago para mis afueras no me la acabo). Tienes razón, le digo: ya nada más relato cuáles fueron las reacciones y los efectos originados por la trama de la película virtual planteada en las dos columnetas anteriores y, con ésta, me despido del asunto.
Ya no es noticia que la
comunidad de origen latino jugó un importante papel en la relección del
presidente Obama; tampoco es noticia que los millones de indocumentados
son necesarios para la economía estadunidense, por no decir
indispensables. Por ello se esperaba que entre las prioridades del
presidente estuviera la de reformar el sistema migratorio. En un
discurso de la semana pasada, conminó al Congreso a establecer las
bases con ese fin. Lo inesperado es la premura con la que un grupo de
senadores republicanos manifestó su adhesión al llamado del presidente.
Se trata de una adivinanza sencilla, más que elemental, pero los voluntariosos cuan alegres
modernizadoresno se animan a responderla en público: si los barones se niegan a pagar los impuestos que les corresponden y el gobierno peñanietista está más que dispuesto a entregar la renta petrolera al gran capital, nacional y foráneo, entonces ¿quién tapará los enormes agujeros fiscales? (el primero abierto muchos años atrás y el segundo a partir de que el oro negro se privatice
sin privatizar).
¡Sorpresa! Lo harán los de siempre y como siempre, porque en la
perspectiva los barones permanecerán intactos (al igual que la
consolidación fiscal y demás regímenes especiales), los asfixiados
clasemedieros cargarán con el bulto y a todos les clavarán el IVA en
alimentos y medicinas, es decir, la clásica
solucióndel régimen a la hora de fraguar una
reforma impositiva de gran calado, que de reformar no reforma nada.
Los barones –como siempre– ya pintaron su raya. A la advertencia,
por llamarle así, de Luis Videgaray, secretario de Hacienda, en el
sentido de que pagarán más impuestos quienes obtengan más ingresos,
Claudio X. González Laporte, vocero de las famiglias del gran capital
agrupado en el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, rápidamente
respondió que si el gobierno federal sabe contar, pues que no cuenten
con ellas:
es una de las áreas en que no estamos de acuerdo, y
pugnaremos por que no se cumpla. Así de sencillo, así de solidario, no sin antes informar que su ejército de cabilderos ya está en acción.
Como bien recuerda La Jornada (Susana González) en su más
reciente edición dominical, en 2009 el Servicio de Administración
Tributaria (SAT) informó al Poder Legislativo que
un año antes los 400 grandes grupos empresariales que operan en el país acumularon ingresos por 4 billones 960 mil millones de pesos, pero gracias al régimen de consolidación fiscal sólo tributaron 1.7 por ciento en promedio por concepto de ISR. En este contexto, González Laporte se pronunció totalmente en contra de borrar del mapa la consolidación fiscal, por ser ésta, según dijo,
un mecanismo de modernidad, de productividad, de inversión y de creación de empleos muy importante que tienen los países más avanzados del mundo. En los hechos, sin embargo, sólo ha generado menor productividad, caída de inversión y eliminación de empleos formales. Pero eso sí, ha fomentado fortunas de ensueño a costillas del erario.
Entonces, el profundo agujero fiscal por la consolidación fiscal
autorizada a los grandes corporativos, así como los demás regímenes
especiales, habrá que taparlo con otro tipo de ingresos, tarea que
quiéralo o no viene haciendo Petróleos Mexicanos desde hace muchos
años. El rosario de impuestos y derechos que anualmente entera la
paraestatal –hasta dejarla financieramente seca– mal que bien ha
cubierto el cráter abierto por la negativa de los barones, y la
anuencia de los legisladores, a pagar lo que les toca. Así, el oro
negro cumple con su responsabilidad como empresa del Estado, pero
también le cargan la ausencia tributaria, por llamarle así, del gran
capital.
Y el problema se agudiza ahora que el gobierno entrante pretende privatizar,
sin privatizar, la industria del Estado mexicano que ha contribuido a tapar la mayoría de los agujeros fiscales existentes, producto de la enorme permisividad hacia el gran capital por parte del gobierno federal y legisladores que lo acompañan. Y eso que desde el inicio de los años 90 oficialmente se
despetrolizaronlas finanzas públicas, de acuerdo con el alegre anuncio que en tal sentido hizo público el entonces inquilino de Los Pinos Carlos Salinas de Gortari.
El empresario Claudio X. González, presidente del CMHN. Imagen de archivoFoto José Carlo González
En
los hechos, las finanzas públicas están más petrolizadas que nunca.
Como bien documenta el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas
(CEFP) de la Cámara de Diputados,
ante la incapacidad de elevar los niveles de recaudación tributaria mediante las reformas planteadas por el gobierno, los ingresos petroleros han sido un sustento para las finanzas públicas que, tarde o temprano, deberán ser sustituidos por mecanismos de recaudación que hagan más eficiente la obtención de recursos y acaben con las prácticas de elusión y evasión fiscal.
Las
reformasen materia energética cuyo objetivo común ha sido disminuir la carga fiscal a la que está sujeto Petróleos Mexicanos, han sido poco efectivas, por decirlo suave. De 1995 a 2012 (sexenios de Ernesto Zedillo, Vicente Fox y Felipe Calderón) los ingresos petroleros se situaron entre 5.2 y 8.7 por ciento del producto interno bruto, con un mayor grado de volatilidad derivado de los altibajos registrados en los precios del crudo mexicano de exportación, que en ese periodo pasó de su nivel más bajo de 7.01 dólares por barril (10 de diciembre de 1998), a su máximo histórico de 132.71 dólares (14 de julio de 2008).
En tiempos de Ernesto Zedillo, los ingresos petroleros tuvieron un
crecimiento moderado, pues se incrementaron a una tasa media anual de
4.1 por ciento. Este módico crecimiento, pero sobre todo los marcados
altibajos registrados en este periodo, fueron consecuencia de los bajos
precios del petróleo. Con Vicente Fox en Los Pinos, la situación en
materia energética tomó un rumbo diferente, pues el incremento en los
precios generó que los ingresos petroleros registraran una tasa media
de crecimiento anual de 10.3 por ciento, crecimiento superior al
registrado en los ingresos tributarios de 3.7 por ciento como promedio
anual.
No obstante que el precio promedio del petróleo alcanzó un promedio de 31.93 dólares por barril, la dependencia del petróleo se incrementó considerablemente, alcanzando un promedio de 34.1 por ciento de los ingresos presupuestarios. La mayor dependencia de los ingresos petroleros se registró durante 2006, cuando estos significaron 38 por ciento de los ingresos públicos.
Es importante resaltar que este año fue el primero en aplicarse el cambio en el régimen fiscal de Pemex cuya finalidad era disminuir la dependencia de los ingresos petroleros, detalla el CEFP.
Ya con Calderón en Los Pinos, y a pesar de que en el sexenio se
registró el mayor número de reformas tanto en materia tributaria como
al régimen fiscal de Pemex, no se incrementó el nivel de ingresos no
petroleros y la dependencia de los recursos petroleros prácticamente se
mantuvo en los niveles promedio registrados en el sexenio previo.
Las rebanadas del pastel
Entonces, si los barones se mantendrán sin pagar impuestos, en aras de
la productividad, el crecimiento y el empleo, según dicen, y el gobierno federal y los legisladores entregarán la renta petrolera,
sin privatizar, ¿quién queda a la hora de responderle al fisco?
En forma similar, tras siete años de revaluación ante el dólar, el
yuan chino se mantuvo estable en 2012. Su fortalecimiento (revaluación)
entre 2004 y 2012 fue de 24% (Gráfico 4).
Respecto al DEG (Derecho Especial de Giro, la unidad de cuenta de
referencia del Fondo Monetario Internacional), las paridades de las
cuatro divisas que integran su
canastase presentan (Gráfico 5) en cifras y tendencias para la última década y quinquenio.
Amor y Dios tal vez sean las
palabras más utilizadas por el ser humano, a las que recurre con mayor
facilidad en su conmovedora lucha por la sobrevivencia, más que por una
consciente resistencia, no se diga por un deliberado y libre desafío a
conocerse y reconocerse. Y este manoseo verbal que tantas crueldades ha
provocado y provoca en sus respectivos nombres culmina con la
combinación de ambas, para justificar o reclamar antes que para
invocar: ¡por amor de Dios!
Precisamente por una añeja y extendida falta de amor en la sociedad
mexicana, ignorante de su urgente necesidad de educación y cultura, es
que nuestro sometido sistema político-económico sigue apostando por la
importación indiscriminada de basura cinematográfica estadunidense,
mientras el buen cine hecho en el resto del mundo nos llega a
cuentagotas, en esa entusiasta pero suicida apuesta por la vulgaridad y
la enajenación a cargo de los que se sueñan dueños y conductores del
país.
Tras
el motín ocurrido el sábado pasado en el complejo penitenciario de
Islas Marías, protagonizado por unos 600 internos para protestar por el
empeoramiento de las condiciones de trabajo, alimentación y
esparcimiento, y en el que resultaron heridos entre cinco y ocho mandos
y custodios, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) inició
ayer una investigación sobre las circunstancias de la rebelión y pidió
al Órgano Desconcentrado de Prevención y Readaptación Social de la
Secretaría de Gobernación la aplicación de medidas cautelares, a fin de
garantizar el derecho a la vida, la integridad y la seguridad personal
de los presos y de sus familiares, y evitar actos de represalia contra
los amotinados. Asimismo, hizo un llamado a las autoridades para que
tomen medidas orientadas a mejorar en forma urgente
las condiciones de internamiento y estancia de los internos.
Resoluciones de la Corte derivan en
pérdida de credibilidad
Las tres resoluciones
recientes de la Suprema Corte de Justicia de la Nación han obedecido
más a intereses de orden político provenientes del Poder Ejecutivo que
a los contenidos esenciales de carácter jurídico de las normas y leyes
que nos rigen.
El
martes pasado el presidente Enrique Peña Nieto anunció en concurrida
ceremonia la instalación del Sistema Nacional de Cambio Climático, en
el que participarán representantes de los gobiernos municipal, estatal
y federal, los poderes Legislativo y Judicial, las organizaciones
sociales, el sector académico y la iniciativa privada.
Es
difícil concebir algo más insensato e irresponsable o de más serias
consecuencias que autorizar el cultivo comercial de maíz transgénico.
Hace
unos días el surfista Garrett McNamara cogió una enorme ola de 30
metros de atura en la costa portuguesa. Una proeza que fue motivo de
noticia internacional. El video que puede verse en Youtube es
impresionante. En una entrevista televisiva comentaba McNamara que ya
lanzado encima de la ola, lo que tenía enfrente era un verdadero
precipicio al que era empujado por la fuerza del agua. Miraba hacia
atrás y hacia adelante para así darse cuenta de lo que pasaba y le
parecía estar al borde de un precipicio y con muy poca capacidad para
enmendar el curso. No era para menos. Al final del recorrido, dijo, vio
que la siguiente ola lo lanzaba directamente contra una rocas que él no
había advertido y que fue su compañero el que lo ayudó a salir ileso.
De
tanto gritar ¡al lobo!, cada día es más difícil conseguir que la gente
voltee. Y no que antes volteara mucho. En una cosa tras otra, el
despojo y la destrucción territorial, patrimonial, soberana,
productiva, civilizatoria, son tan cotidianos que uno no sabe si reír,
llorar o ponerse a rezar: tres acciones fundamentalmente inútiles. Ni
el derecho, ni los escándalos sustitutos de la legalidad, ni las
movilizaciones ciudadanas, ni la argumentación racional, ni las razones
profundas, detienen el proceso aniquilador al que el país está
sometido. En veces con lenta erosión, en veces con súbita y demoledora
explosión. Pero ni modo que dejemos de gritar ¡al lobo!, ¡al coyote!,
¡al comején!, si nuestro gallinero es saqueado cada noche, si nuestro
granero lo tuercen y envenenan, si bajo nuestros pies el suelo se
desmorona y los lobos salen cada noche a cazarnos sin piedad.
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