Por: Redacción Revolución
(26 de mayo, 2016).- “En la historia
de la guerra moderna es mucho más probable que un combatiente hiera a
un enemigo, en vez de matarlo. Pero en México es al revés”, se lee en
una publicación del New York Times, que lleva por título Body Count Points to a Mexican Military Out of Control.
Los periodistas Azam Amed y Eric
Schmitt, quienes firman el texto, dan a conocer que según las cifras del
gobierno mexicano, las fuerzas armadas “matan con eficiencia
abrumadora, mientras que apilan cuerpos a gran velocidad”.
Aunque las autoridades mexicanas
aseveran, a decir por los redactores, que los soldados están mejor
entrenados que los miembros de los carteles con los que se enfrentan,
los expertos en el análisis y estudio del narcotráfico y la seguridad
nacional, dicen que la tasa de muertos de las fuerzas armadas mexicanas
no tiene comparación y que revela algo mucho más oscuro.
A decir por Paul Chevigny, profesor
jubilado de la Universidad de Nueva York y pionero del estudio de la
letalidad en diferentes fuerzas armadas, dijo que en México “hay
ejecuciones sumarias”.
Un estudio sobre las guerras desde
finales de los años setenta del Comité Internacional de la Cruz Roja,
dio a conocer que en la mayoría de los escenarios de combate entre
grupos armados “por cada persona muerta hay una media de cuatro heridos.
A veces, incluso más”.
Sin embargo, en México la cuenta es a la
inversa: el Ejército mexicano mata a ocho enemigos por cada uno que
hiere. “Para su fuerza de élite, la Marina, la diferencia es mayormente
pronunciada, ya que según sus propios datos, mata a 30 combatientes por
cada uno que hiere”.
A su vez, la publicación resalta el
hecho que las estadísticas, fueron dejadas de publicar por el gobierno
desde 2014, pero en su momento, ofrecieron una imagen única sobre el
papel que han asumido las fuerzas armadas mexicanas en la guerra contra
el crimen organizado. “Durante la última década, a medida que marinos y
soldados mexicanos han sido enviados a la línea de combate, las
violaciones a los derechos humanos se han disparado”.
Sin embargo, se puede leer, “las fuerzas
armadas continúan siendo intocables, protegidas por un gobierno reacio a
imponerse sobre la única institución a la que puede enviar al combate.
Pocas han sido las medidas para investigar las miles de acusaciones de
tortura, desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales que se
han registrado desde que Felipe Calderón declaró la guerra contra las
drogas hace una década”.
Según los datos del NYT, de las 4 mil
denuncias por tortura revisadas por la Procuraduría General de la
República (PGR) desde 2006, solo 15 han terminado con una condena. Y
cita a Juan E. Méndez, relator especial sobre la tortura de Naciones
Unidas, haciendo énfasis en su célebre declaración “la tortura no solo
es generalizada, sino que está rodeada por la impunidad. Si el gobierno
sabe que es frecuente y no se presentan cargos o aquellos que llegan a
juicio no van a ningún sitio, la culpa es del Estado”.
Además los periodistas informan que las
fuerzas armadas de este país no respondieron a las solicitudes de
entrevista, en tanto hacen mención que Salvador Cienfuegos, secretario
de Defensa, ha exculpado a la institución al decir que es la única que
se enfrenta al crimen organizado y que, además, está ganando la batalla.
Haciendo un contraste entre su declaración a un medio de circulación
nacional, donde dijo: “estamos en las calles porque la sociedad nos los
pide” y el hecho que el Ejército ha matado a alrededor de 3 mil personas
entre 2007 y 2012, versa la publicación.
“En México, donde menos del dos por
ciento de los homicidios terminan en condena, las fuerzas armadas matan a
sus enemigos porque no se puede confiar en el sistema judicial”,
escriben los periodistas, quienes a su vez mencionan que el gobierno ha
recibido oleadas de presión por este tema. Y es que en marzo, la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó el
comportamiento de México en materia de derechos humanos, siendo enfática
en las ejecuciones extrajudiciales; recordando así que la CIDH se sumó
así al informe previo de Naciones Unidas que decía que la tortura se
practica de manera generalizada.
La publicación reitera que debido a que
desde hace dos años, las fuerzas armadas dejaron de publicar las cifras
de muertos, ha decir por expertos, resulta difícil conocer el nivel de
violencia real que ha alcanzado la guerra contra el crimen organizado en
México. “La impunidad existe pese al incremento de los vínculos con el
Ejército de Estados Unidos a través de ejercicios, entrenamiento y
ventas de material que tienen como objetivo incrementar la
profesionalidad y, por extensión, el respeto de las fuerzas armadas
mexicanas a los derechos humanos”, se describe.
Sobre la venta que Estados Unidos realizó a México, de varios helicópteros black hawka,
“no sólo les vendimos los helicópteros”, dijo Todd M. Rosenblum, alto
funcionario en políticas sobre México para el Pentágono. “Les vendimos
15 años de colaboración estrecha que no hubiéramos podido tener de otra
manera”. Sin embargo, las críticas no se dejan de escuchar, como la del
senador demócrata de Vermont Patrick J. Leahy, quien asegura que, “ni
todo el entrenamiento de mundo funcionará si no hay personas al mando
que crean en la importancia de la transparencia y la rendición de
cuentas”.
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