Un problema candente
FRAGUA
Como organización hemos
apoyado incondicionalmente al movimiento magisterial-popular en la
medida de nuestras capacidades. No hemos cuestionado sus decisiones
tomadas hasta hoy; sin embargo, tenemos una opinión acerca de lo que se
presenta en este momento como un problema candente: luchar hasta la
abrogación de la mal llamada Reforma educativa o no.
Nos importa
este asunto por la trascendencia para todo el movimiento social, por sus
consecuencias para los maestros, pero también para los padres de
familia y organizaciones populares, y por las posiciones políticas que
nos descubre y el debate de fondo que prevalece.
Dicho lo anterior, entremos en materia.
Para la clase burguesa y su Estado es de suma importancia:
1. Impedir el paso de la lucha económica a la lucha política.
Evitar se transite de la lucha por la abrogación de la Reforma
educativa a la exigencia de la abrogación de todas las reformas
neoliberales. De ahí a pedir la abrogación del capitalismo, sólo hay un
paso.
2. Impedir que se desarrollen formas de lucha que afecten los intereses económicos de la burguesía.
Por ello proponen liberar a los presos, condicionar la discusión
abriendo vías como foros y espacios en el poder legislativo, a cambio de
parar los bloqueos a los puertos o a las vías férreas y el cierre de
centros comerciales.
Para la clase burguesa es de vital
importancia que, en caso de llegarse a dar cambios y/o adecuaciones a la
mal llamada Reforma educativa, como describió Lenin en su obra Dos tácticas de la socialdemocracia en la revolución democrática, dichos
cambios “…desarrollen lo menos posible la acción independiente, la
iniciativa y la energía revolucionarias del pueblo sencillo, es decir,
de los campesinos y particularmente de los obreros…”. Por esta razón la
lucha no es entre los inflexibles y los flexibles al interior del
movimiento magisterial-popular, sino entre quienes desean avanzar de la
lucha económica a la lucha política y respetan la solidaridad y
apoyo popular y quienes sólo la utilizan para lograr sus fines más
inmediatos dentro del movimiento magisterial.
La lucha
contra la mal llamada Reforma educativa se puede convertir tan sólo en
una victoria verbal si se acepta que las modificaciones a la misma por
mínimas que sean se consigan como resultado de las concesiones de la
clase burguesa y no por la presión de la lucha magisterial-popular.
En la actualidad, la presión combativa de las acciones
populares-magisteriales contra la Reforma educativa enfrenta la presión
de la burguesía y su Estado para impedir la abrogación de la misma.
Estos últimos plantean los foros de discusión, la liberación de los
presos y otras medidas de “distención” para:
1.- Ahondar las diferencias al interior del magisterio con el fin de romper su unidad interna y la unidad con el movimiento popular.
2.- Presentar los foros de discusión y la liberación paulatina de los
presos, entre otras cosas, como concesiones resultado del “diálogo” con
el movimiento magisterial y no como un fruto de la presión de las
acciones del movimiento magisterial-popular. Mientras tanto,
continúan con las amenazas al magisterio y con el uso de paramilitares
para golpear al movimiento magisterial-popular, como lo demuestra el
desalojo del plantón de la autopista San Cristóbal de las Casas-Tuxtla
Gutiérrez en el estado de Chiapas en el que participaron paramilitares
indígenas.
Frente a lo anterior, nosotros nos proponemos y proponemos al conjunto del movimiento las siguientes tareas:
1.- Desenmascarar que el fin principal del Estado es impedir que el
movimiento magisterial-popular avance en su lucha por la vía de las
acciones combativas para que, llegado el caso, una modificación de
la Reforma educativa sea hecho pasar como resultado de las supuestas
concesiones del Estado al movimiento magisterial-popular.
2.- Ampliar y fortalecer la relación entre el magisterio y las organizaciones populares
para clarificar y avanzar en el vínculo necesario entre la lucha por la
abrogación de la mal llamada Reforma educativa y la lucha por abrogar
todas las reformas neoliberales, es decir, contra la Reforma educativa y
contra el neoliberalismo y el capitalismo.
3.- Insistir en
la idea de la necesidad de pasar de la lucha por las demandas inmediatas
a la lucha contra el capitalismo y el neoliberalismo. La supresión
del capitalismo en México pasa por la supresión del neoliberalismo y la
construcción del socialismo como solución real a los problemas que
enfrentamos.
Todas las victorias del movimiento
magisterial-popular han sido hasta hoy producto de la movilización del
mismo, producto de su combatividad y creatividad, de su persistencia en
la organización y de su capacidad de construir vínculos de solidaridad
con organizaciones y pueblo en general. Las victorias parciales
conseguidas hasta hoy no han sido, como pretenden algunos, producto de
quienes median los conflictos y buscan que ambas partes cedan para
resolver las cosas ya que, aunque ambas partes cedan, no ceden lo
mismo ni es proporcional. Porque la solución del conflicto, que “va de
salida” según el Secretario de Gobernación, se pretende fincar sobre la
falta de justicia para las víctimas y afectados en esta lucha y sobre el
aislamiento, persecución y desarticulación de las partes del movimiento
magisterial-popular que pretenden avanzar de la abrogación de la mal
llamada Reforma educativa a la abrogación de todas las reformas
neoliberales.
Mal precedente sería para la clase burguesa que
este movimiento nos enseñara que sí se puede abrogar una reforma
estructural y los medios para hacerlo.
¡Por la abrogación de la mal llamada Reforma educativa!
¡Por la abrogación de todas las reformas neoliberales!
Nota:
Este artículo fue publicado como parte de la sección ANÁLISIS del No. 20 de FRAGUA, órgano de prensa de la Organización de Lucha por la Emancipación Popular (OLEP), en circulación desde el 2 de septiembre 2016.
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