Carlos Bonfil
La Jornada
Los protagonistas del documental de Bobnet, a diferencia de otros
adolescentes marginales de la periferia parisina, visten con elegancia,
como muestra el fotograma
Una petulancia extramuros. El realizador francés Olivier Bobinet propone en Zwagger: gente con estilo,
un estupendo documental sobre las vivencias de 11 adolescentes en
Aulnay-sous-Bois, barrio de la periferia parisina. Se trata de un grupo
de alumnos del liceo Claude Debussy, pertenecientes todos a minorías
étnicas, aunque la mayoría de ellos nacidos en Francia. Durante cuatro
años el realizador los entrevista, vive al lado suyo, escucha y registra
sus confidencias sobre los temas del amor, la religión, la soledad y,
de modo especial, las dificultades para integrarse a una sociedad que
los discrimina o ignora. No los filma dentro del aula escolar (como la
cinta de Laurent Cantet, La clase/Entre les murs, 2008), sino
en sus lugares de recreación, ahí donde se expresan con mayor libertad y
desenfado, donde pueden alardear sobre su modo distintivo de caminar y
de vestirse, de ostentar un estilo cool elegante, o de fanfarronear o ser zwagger.
En ruptura total con la imagen típica del adolescente marginal de las
barriadas parisinas (tenis, sudadera, capucha) y su presunto
temperamento dado a la agresión, y su estridente música rapera a
cuestas, los jóvenes de Zwagger: gente con estilo parten plaza con atuendos impecables, muy atildados siempre, con sombrilla roja uno de ellos (Pau
l
David, de origen indio), o con corbata de moño el simpático aspirante a
estilista (Régis, de origen africano). El mundo de la marginalidad
étnica representa para ellos una irresistible pasarela de moda, un modo
desafiante de competir con una sociedad blanca –los franceses
de souche, de pretendida casta vieja– que apenas conocen y casi nunca frecuentan. El París de los blancos, un mundo aparte, intramuros. Tan distante como esa Torre Eiffel que de noche aparece siempre iluminada, a lo lejos, como un faro inaccesible.
El cineasta Olivier Bobinet recoge asimismo las expresiones de
nostalgia por el terruño original o por la lengua de sus antepasados
que estos adolescentes ignoran por completo. Vivir así y ahora, siempre
en las márgenes y con un gran estilo, es un poco navegar a
contracorriente del estigma impuesto, y saber desafiarlo con humor y
desparpajo. Es también interrogarse sobre la propia identidad al tiempo
que se inventa y se diseña otra muy peculiar y, en lo posible,
intransferible. En la Francia de hoy, irrevocablemente multirracial,
este reto juvenil es augurio de mejores tiempos. Zwagger: gente con estilo, un documental lleno de humor, siempre fascinante.
Se exhibe en la sala 2 de la Cineteca Nacional hoy a las 12:30 y 17:30 horas.
Twitter: @CarlosBonfil1
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