7/17/2017

Los periodistas pal café. . . .



Las evidencias de alta corrupción en cuanto al Paso Exprés, tan mal construido en Cuernavaca, han desencadenado una serie de denuncias respecto a obras en todo el país que fueron construidas y puestas en funcionamiento de manera similar.
El modelo criminal que se ha ido descubriendo en el caso específico del libramiento morelense, donde dos personas perdieron la vida, está presente en toda obra importante que se haya realizado durante el sexenio en curso, con el secretario de Comunicaciones y Transportes (SCT), Gerardo Ruiz Esparza, como doctoral ejecutor de maniobras dañinas al interés público, y personajes de su entorno igualmente implicados, como su subsecretario de Infraestructura, Óscar Callejo, quien antes fue director de carreteras en la propia SCT y delegado de esta secretaría en el estado de México.
La urdimbre corrupta muestra sus efectos casi en toda obra y servicios públicos, y en todos los niveles: federal, estatales y municipales, y en todos los poderes: Ejecutivo, Legislativo, Judicial y organismos autónomos. Es un ciclo perverso: funcionarios que exigen moches sobre los contratos que asignan, empresarios que reducen drásticamente los niveles de calidad para ajustarse a las exigencias porcentuales de corrupción, obras y servicios que se inauguran para la fotografía oficial y que en un abrir y cerrar de ojos mostrarán deficiencias graves, y una población que sufre consecuencias negativas, inmediatas y permanentes.
Y, sin embargo, se mantiene intocado el pacto de la corrupción impune. Enrique Peña Nieto ha evitado ir al fondo del problema. Ni siquiera ha hecho alguna declaración medianamente aceptable sobre el Paso Exprés y las demás denuncias ciudadanas que se van multiplicando. La vista de Los Pinos pretende posarse en otros asuntos, como si el expediente morelense fuera una excepción. El secretario Ruiz Esparza sigue aferrado a la versión de las lluvias y la basura e incluso ha sido poco cuidadoso con su jefe, Peña Nieto, al sostener algo que es una verdad jurídica, que es éste quien debe juzgar si está bien o mal lo hecho en la SCT, pero que, en las circunstancias actuales, significa políticamente encajarle al ocupante de Los Pinos una corresponsabilidad explícita en lo que ha sucedido.
Por cierto, el ingeniero civil Óscar Arzaluz Murguía, egresado de la Universidad Autónoma del estado de México en 1987, quien trabajó para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), comenta: lo que pude ver, a través de las imágenes y los videos, fue que el concreto hidráulico con el que está hecha esta vialidad no estaba armado; esto es, que contenga acero estructural en su parte interna, como son las varillas que se pueden ver, por ejemplo, en una loza de cualquier construcción. El acero estructural, o varillas, son por especificación recomendables para utilizarse dentro del concreto hidráulico, porque evitan que existan cuarteaduras por los cambios de temperatura, separaciones, escalonamientos, deformaciones y, lo más importante, como lo que acabamos de ver, en caso de que exista una falla total. Si este concreto hidráulico (no asfáltico) hubiese estado armado, lo que habría pasado es que la parte que falló se habría quedado colgando de las varillas, pero no habría colapsado. Habría que checar las especificaciones y contratos de obra, porque suena extraño que una obra de esa envergadura no cuente con altas especificaciones, y, si las tenía, entonces el problema grave está en su parte constructiva. Por otra parte, mencionar que, independientemente del tema de una falla estructural en el concreto hidráulico (llamado así por sus componentes: cemento, agregado fino o arena, agregado grueso o grava, agua y acero estructural), no debemos dejar de mencionar la otra falla, ocasionada por la falta de atención en la parte de infraestructura hidráulica, que toda obra de vías terrestres debe tener, como el ya mencionado caso de la creciente de agua y la alcantarilla. ¡Es inadmisible!
Siempre dispuesto a morir (políticamente) por su propia boca, el pez de granja derechista (de propiedad estadunidense), Vicente Fox Quesada, emitió ayer en Venezuela un temprano certificado de pesimismo a la marcadamente difundida movilización contra Nicolás Maduro, expresada en una votación informal, llamada plebiscito, a la que asistió el ex presidente mexicano como observador.
Desmemoriado a conveniencia, el ex gobernador de Guanajuato emparejó lo vivido ayer en aquel país sudamericano con el entusiasmo cívico desbordante que en 2000 se produjo al poner fin a la prolongada estancia del PRI en Los Pinos. El esposo de la señora Marta no ayudó a la causa de los antichavistas, pues, como es sabido, las expectativas de cambio profundo en México fueron radicalmente desaprovechadas por un personaje que traicionó la esperanza popular, convirtió la corrupción en ejercicio personal y familiar y terminó participando en el fraude electoral correspondiente a su sucesión, en 2006, y en un servil apoyo en 2012 al mismo PRI, convertido ya, el citado Fox, en redituable pieza de permanente apoyo al sistema y al partido que decía combatir.
Si tales son (adaptadas a la circunstancia venezolana) las perspectivas que el ex panista ve ahora respecto a la movilización contra Maduro, flaco favor le hace. Fox, por cierto, al igual que Felipe Calderón, han mostrado un excepcional activismo en contra del régimen de Maduro, en consonancia con el interés intervencionista de Estados Unidos, notablemente secundado en México por el canciller Luis Videgaray y Enrique Peña Nieto. Otro ex presidente asomó ayer: Luis Echeverría Álvarez, quien recibió en su casa de Ciudad de México la visita del embajador de China, a 45 años de que México reanudó relaciones diplomáticas con la nación oriental.
Y, mientras llega hoy a México Javier Duarte, para ser sujeto a procesos judiciales por presuntos delitos específicos, pero sólo por esos, los consignados en la solicitud de extradición hecha por el gobierno mexicano y no por ningún otro que se le pretendiera agregar, ¡hasta mañana!
Twitter: @julioastillero, Facebook: Julio Astillero, Fax: 5605-2099 • juliohdz@jornada.com.mx



No te hagas, Ortiz: ¿si desde la semana pasada conocías los nombres de los acaudalados arrendatarios de Trump (¿o compradores?, intervengo yo), qué necesidad de hacerla tan cansada. Otro: En casa estamos ansiosos, ya conseguiste expectación y lectores cautivos. No vayas a salir con que son de Juan Pérez Jolote o Pedro Páramo, prestanombres. Y un amigo optimista: ¿Si son tus mansion-ma tes y no quieres balconearlos, te entiendo. A ellos y otros más reclamantes que me enviaron correos, los decepciono. La relación de los propietarios que tanto interés ha despertado no son un descubrimiento personal. Éstos han sido mencionados en diferentes medios de la prensa oral y escrita, y ahora los republicito a la manera de aquellos viejos carteles que en el Medio Oeste llenaban las calles, los aparadores y por supuesto hoteles y bares con las caras de los facinerosos más temibles del momento. Sobre el pecho del malhechor cruzaba con grandes letras diagonales la palabra: wanted! Luego venían sus generales, delitos cometidos, grado de peligrosidad y cantidad de la recompensa ofrecida por su captura: vivo o muerto, para hacerla más facilita. Los interfectos (segunda opción del diccionario) ya no están en esos afiches, sino en las publicaciones costosísimas en las que se auto homenajea nuestra chabacana burguesía. Pagan y pagan las páginas dentro de las cuales no tienen escrúpulo y recato para cantarle su indecorosa forma de vivir: Vacíos, insensibles e inevitablemente zafios, exhiben, con ufanía y orgullo lo que en una sociedad cristiana (credo que presumen profesar la mayoría de los llamados interfectos), sería vergüenza, pecado con escándalo y, por supuesto, en el caso de que en realidad fueran creyentes, estupidez supina porque: ¿Quién, en su sano juicio, cambia 100 años de satisfactores menores: soberbia, avaricia, vanidad, arrogancia, fatuidad, altanería y presunción por una eternidad a la vera del señor? Sentirse inferiores les provoca a estas personas, el llamado por don Sigmund, complejo de inferioridad, que surge de una profunda necesidad de reconocimiento. Estas carencias de seguridad y autoestima desencadenan mecanismos compensatorios para satisfacer, por medio de los objetos materiales, sus más profundas carencias anímicas



Con sensibilidad de buldócer, el secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, celebra que por el mal rato que pasaron ya se indemnizó a los deudos de las más recientes víctimas del Paso Exprés de Cuernavaca. Así es: a las corruptelas, contratos amañados, presupuestos inflados, obras incompletas y/o fallidas, descarada protección a los amigos del régimen y a las consecuencias de tan nefastas prácticas, ahora el gobierno las tipifica como mal rato.
Lo cierto es que desde hace muchos años el mal rato se extiende por la geografía nacional y se prolonga, entre tantas otras cosas, por prácticas como las citadas y en empresas de negro historial, entre ellas las asociadas a un oscuro empresario de nombre Juan Diego Gutiérrez Cortina –cliente VIP rescatado por el Fobaproa– y a las tropelías de su familia, que no son pocas. Este personaje se cuenta entre los accionistas de Banamex que no pagaron un centavo de impuestos (cortesía de Vicente Fox y Francisco Gil Díaz) por la venta de la institución financiera a Citibank, en 2001.
En el cuento de nunca acabar: empresas inhabilitadas por la Secretaría de la Función Pública (como la constructora Gutsa, de Gutiérrez Cortina, ahora conocida como Epccor, a cargo de sus retoños), que simplemente cambian de razón social para seguir pegadas a la ubre presupuestal, sin que se registren consecuencias legales por la pésima calidad de las obra realizadas, el interminable retraso en la entrega de las mismas, los contratos amañados (corrupción galopante) y la descarada práctica de inflar precios luego de ganar licitaciones gubernamentales (el caso del Paseo Exprés no es excepción, sino regla; recuérdese, por ejemplo, la fraudulenta Estela de Luz y/o la rehabilitación de la carretera México-Acapulco, conocida como Autopista del Sol).
Desde luego que esa buena estrella no es casual, ya que el fundador de la dinastía, Antonio Gutiérrez Prieto, fue muy cercano a la familia política –la priísta, en primer lugar, sin olvidar a la panista– y, por ejemplo, perteneció a la Comisión de Financiamiento y Consolidación Patrimonial del PRI para financiar la campaña presidencial de Carlos Salinas de Gortari (participaron otros 15 empresarios, todos favorecidos con la venta de firmas paraestatales, como Telmex, reprivatización de la banca, aerolíneas e ingenios azucareros, y la apertura económica). Seis años después, también formó parte del pase de charola organizado por el propio CSG en casa de Antonio Ortiz Mena (25 millones de dólares por cabeza) para financiar la campaña de Luis Donaldo Colosio (al final el beneficiado fue Ernesto Zedillo), contribución que generó mayor fortuna, mediante más contratos y prebendas públicas.
El circuito perfecto de la política y los negocios. Lo anterior llevó al gobierno de Zedillo a rescatar (vía erario nacional) a muchos empresarios amigos, como los Gutiérrez Prieto-Cortina. Entre otras muchas cosas, por medio del Fobaproa (Banamex, con créditos relacionados –ilegales– y el entonces denominado Bital, hoy HSBC; Aeroméxico, que junto con otros empresarios adquirió durante el salinato, al igual que Multibanco Comermex, después Inverlat y más tarde comprado por Scotiabank) y más adelante del negocio carretero (también concesionado por Salinas). La familia salió ilesa, pero no el erario. Y así, sexenio tras sexenio, este tipo de personajes amarran negocios tras negocios con la garantía de impunidad y continuidad que les otorga el financiamiento de campañas políticas, especialmente las presidenciales.
Por ello, a estas alturas resultan incalculables (por número de casos, víctimas fatales y presupuesto involucrado, en todos los sectores) los malos ratos (Ruiz Esparza dixit) que a lo largo de los sexenios han pasado, y pasan, los mexicanos y la ausencia total –salvo en casos altamente mediáticos, como el de Paso Exprés– de indemnizaciones para el sufrido pueblo nacional al que, sin más, le pasan el cúmulo de facturas del cochinero público-privado.
Una muestra de ellos es el rescate carretero (con la creación a modo del Fideicomiso de Apoyo para el Rescate de Autopistas Concesionadas, el Farac, constituido en Banobras, también por cortesía de Ernesto Zedillo), un barril sin fondo que este año cumple dos décadas a lo largo de las cuales los mexicanos han pagado una cantidad multimillonaria –y la seguirán pagando cuando menos hasta 2033–, cuyo saldo lejos de disminuir se ve incrementado sexenio tras sexenio.



Al mediar el año, las expectativas de los centros de análisis económico del sector privado sobre el comportamiento de varios indicadores básicos han mejorado ligeramente respecto a los primeros meses del año, pasando de deprimentes a menos deprimentes.
Crecimiento económico
La expectativa de crecimiento del PIB en 2017 promedió en la encuesta mensual del Banco de México 1.49% en los tres primeros meses del año, subió a 1.66 en abril, a 1.97 en mayo, y a 1.98% en junio. A la fecha, esta expectativa de un crecimiento en torno al 2.0% la adoptan también el gobierno federal (Secretaría de Hacienda) y el Banco de México (Gráfico 1), pero no los organismos internacionales que hasta hoy mantienen pronósticos todavía más bajos: el FMI 1.70, el Banco Mundial 1.80%, y la OCDE 1.90
En sus proyecciones de crecimiento para 2018, el sector privado reconsidera ligeramente al alza su pronóstico de 2.09% en febrero al 2.23% actual. El Banco de México comparte este 2.2 al igual que el Banco Mundial, mientras que Hacienda se mantiene en 2.5%, y el FMI (y OCDE) en 2.0



Dicen que la estadunidense es el ejemplo planetario de la democracia. Pero si esto fuera democracia, sería todo lo contrario de lo que es ahora. De hecho, tal vez el mensaje implícito en casi todas los sondeos y análisis de la llamada opinión pública se podría resumir con acento argentino: ¡qué se vayan todos!
Tal vez lo más notable en este país –es que el pueblo– tan manipulado con las muy sofisticadas ciencias políticas del manejo exquisito del temor (entre los países avanzados, no hay duda que el superpoder es el más miedoso), la retórica simplista pero efectiva de la libertad y el bien, y el discurso materialista vestido de religión –a fin de cuentas no se la cree. De hecho, cada vez menos. Esto es, a la vez, alarmante y esperanzador.
Por un lado, la creciente enajenación entre el pueblo y las llamadas instituciones democráticas –incluyendo a los medios– permite que surjan personajes protofascistas, como Trump. Por otro, registra que el pueblo sí tiene un sentido común que no se traga la historia oficial de la democracia y que percibe a la cúpula como opuesta a sus intereses. Estas son afirmaciones muy generales y, por supuesto, es mucho más complicado, pero el hecho es que una y otra vez en las encuestas se registra no sólo la desaprobación a los supuestos representantes del pueblo, sino a casi todas sus propuestas políticas.




Víctor Hermosillo y Celada, senador por Baja California, realizó un donativo de 100 mil pesos al municipio de Mexicali para pavimentación y bacheo de avenidas y calles. El donativo corresponde a junio y julio, de acuerdo con un compromiso que adquirió en abril, cuando anunció que cada mes donaría 50 mil pesos para dicho propósito hasta el término de su gestión.
Al 10 de mayo ya había entregado 200 mil pesos correspondientes a febrero, marzo, abril y mayo. Dijo que esa cantidad era un ahorro que hacía renunciando a ciertas prerrogativas que tiene como senador, entre ellas pago de alimentos, vales de despensa, vales de gasolina, mantenimiento de su automóvil, gastos médicos y de capacitación.
Es notorio que al senador le sobra dinero, como a muchos políticos en Baja California. La empresa de la que es socio, Constructora Ramher, recibió del gobierno, también panista, un contrato por mil 500 millones de pesos para la construcción, operación y mantenimiento del periférico Aeropuerto-Zapata-Tijuana, y otro contrato por 6 mil 840 millones de pesos para un segundo piso hacia la zona de playas del municipio.



En democracias artificiosas como la nuestra el compromiso con la claridad de pensamiento cede su sitio a la palabrería hueca, a la verborrea de concurso de oratoria y a un discurso político alejado, por lo menos, de la realidad que dice inspirarlo. La palabra lúcida es secuestrada entonces por leyes no escritas, la mediocridad, los medios y la mercadotecnia, a la vez que sistemáticamente rehúye encarar los hechos con madurez.
Brotan ejemplos cotidianos junto con las funestas consecuencias de tamaños lastres, desde legiones de ciudadanos desaparecidos hasta socavones advertidos, pasando por la pésima señalización y estado de vialidades, segundos pisos y carreteras. Esta falta de respeto por la palabra limita el pensamiento, la personalidad y la acción en nuestra alegre clase política. Los optimistas se consuelan diciendo que lo mismo sucede en el resto del mundo, o sea: Mal globalizado, consuelo de tontos.




La deriva totalitaria. Un vuelco radical para las certidumbres de la corrección política ha significado constatar que una buena parte de la juventud occidental ha dejado de identificarse con los viejos ideales libertarios y las buenas tradiciones laicas, para abrazar de lleno el conservadurismo moral y los fundamentalismos religiosos. La emergencia de grupos juveniles de extrema derecha en Europa y la popularidad actual de bandas de rock neo-nazis en poblados de la antigua República Democrática Alemana, es sólo una de las múltiples manifestaciones del fenómeno.
En El discípulo, largometraje más reciente del ruso Kirill Serebrennikov (Traición, 2012), se describe la espiral de fanatismo cristiano en que se ve atrapado el alumno adolescente Veniamin (Petr Skvortsov) cuando emprende, a título personal, una violenta cruzada moralizadora en su escuela.





La visitadora de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) Norma Inés León señaló ayer, ante el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, perteneciente al Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que existe una brecha entre el marco jurídico y la realidad en lo que concierne a la protección de los pueblos indígenas en México.

En defensa de la geografía
Aurelio Nuño Mayer, secretario de Educación Pública:

El triángulo constituido por pobreza, clientelismo y elecciones se ha convertido en uno de los problemas serios de la democracia mexicana.

El documental Get Me Roger Stone, producido por Netflix y cuya trama está basada en una de las más controvertidas figuras del submundo de la política en Estados Unidos, es una ventana que permite encontrar algunas claves que explican la grave crisis ética y moral que atraviesan algunos sectores que forman el complejo entramado de la política en ese país. ¿Quién es este personaje que pudiera ser el protagonista de una novela de Mario Puzo o uno de los maquiavélicos y cínicos personajes de Shakespeare en Ricardo III?

Las empresas Epccor y Aldesa, constructores del Paso Exprés en Cuernavaca, Morelos, han declarado que el socavón que llevó a los señores Juan Mena López y Juan Mena Romero a su muerte la semana pasada fue ocasionado por la erosión de una alcantarilla afectada por el exceso de basura y una acumulación extraordinaria de agua provocada por las intensas lluvias. De la misma manera, Miguel Ángel Mancera ha querido recubrir su ineptitud echando la culpa por las históricas inundaciones en la Ciudad de México a la acumulación de basura en el sistema de drenaje de la capital.

Para Francisco Toledo, en su cumpleaños
Hace 5 años, el Parlamento Europeo aprobó por abrumadora mayoría, eliminar en 2020 los vertederos de residuos e incinerar los materiales reciclables. Fue otro paso para lograr en la Unión Europea, UE, el uso eficiente de los recursos naturales, proteger el medio ambiente y la salud pública. Sostienen que la energía generada en incineradoras y vertederos no es limpia ni renovable y contamina la atmósfera. En varias ciudades europeas ya no se autoriza la incineración al reciclar muy buena parte de la basura. En la UE cerca de 80 por ciento de los residuos son susceptibles de tal procedimiento. Por eso eliminan apoyos financieros y legales a la incineración y priorizan el reducir-reutilizar-reciclar, pues crea empleos, mayor crecimiento económico y un medio ambiente más limpio.

Caracas. Este domingo 16 de julio dio inicio en Venezuela una nueva fase de la guerra no convencional de factura estadunidense, que la cúpula extremista y maximalista que se apoderó de la conducción de la Mesa de Unidad Democrática (MUD) ha denominado la Hora 0.

Es apenas natural que el señor Trump presuma de tener en su gabinete a varios multimillonarios y agregue que, obviamente, no querría ahí a ningún pobre. Lo que debe preocuparnos es que muchos pobres compartan ese juicio. Los ricos lo serían por una aptitud personal que les daría también capacidad de gobernar; lo contrario se aplicaría a los pobres, que lo serían por ineptos.

Las controversias en torno a la legislación de los servicios de atención a la salud han dominado gran parte del debate político en Estados Unidos desde que Barack Obama propuso su Affordable Care Act (Ley de Cuidado de Salud Asequible) mejor conocida como Obamacare.

Conocí a Rocío Márquez el 19 de julio de 2012, cuando supe que, valiente y con el compromiso a flor de piel, decidió ofrendar su presencia y su cante a los mineros del Pozo de Santa Cruz del Sil, en la provincia de León, en España, quienes llevaban 45 días de huelga, encerrados en su mina como protesta contra el cierre de las cuencas mineras de su región. Cuatro años antes, en 2008, Rocío había recibido el galardón de la Lámpara Minera, máximo premio que el Festival del Cante de Las Minas, conocida como la Catedral del Cante, otorga a lo mejor del cante flamenco.

Cuando hace un lustro supimos que una de las concesiones mineras que al mejor postor ofrecía la jubilosa Secretaría de Economía se llamaba Corazón de las Tinieblas, en la Montaña de Guerrero, quienes seguimos esas noticias compartimos el pasmo. Luis Hernández Navarro incluso escribió una columna al respecto (La Jornada, 6/5/17). ¿A quién se le ocurría, en el gobierno o en la empresa agraciada, Hochschild Minning, la idea de nombrar así un destructivo proyecto de minería a cielo abierto en las tierras me’phaa de Malinaltepec, como si la población importara menos que la plata esparcida en el subsuelo? Si fue ocurrencia de un publicista analfabeto es grave. Pero si los responsables conocían, así fuera de oídas, la breve novela de Joseph Conrad Heart of Darkness, entonces fueron unos cínicos. En algo más de 100 páginas, El corazón de las tinieblas, traducido con maravilla al castellano por Sergio Pitol, es un retrato aterrador del daño que causaron las empresas de extracción en las colonias. Situada en el Congo a finales del siglo XIX, prefigura la literatura moderna y, lo que es más, el mundo por venir, de manera equiparable a otros relatos geniales de mediana extensión como La metamorfosis, El extranjero o Pedro Páramo.

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