Las críticas se dan porque la gente ya no aguanta tanta ineptitud gubernamental.
lasillarota.com
Las críticas al presidente de la República se han convertido en
una constante. Parecen como ríos desbocados por todas partes. En las
redes sociales, en los medios de comunicación escritos, radiales e
incluso en la televisión aparecen sin fin de acusaciones contra Enrique
Peña Nieto.
La crítica se convierte en burlas constantes, en los llamados memes de las redes sociales, caricaturas y fotografías distorsionadas, la gente pasa del mal humor, a la rabia, a la burla socarrona.
El enojo es contra las reformas estructurales que han disparado los precios de la gasolina y la luz, al afectar directamente el bolsillo de las personas, a los de a pie y a los de automóvil (que cómo la sufren).
Llegar a una gasolinera cuando el tanque se va acabando, es ponerse serio, preocupado, molesto y muy incómodo a la hora de pagar. Lo mismo sucede con el recibo de la energía eléctrica cuando llega a casa, que ni cómo hacerle para evitarlo, porque cortan la luz. Es una molestia constante que alcanza a todo funcionario pero más al presidente de la República que hizo muchas promesas de abaratar esos artículos y que ahora son todo un engaño.
Es ese enojo que los funcionarios sienten por todas partes y que no saben cómo evitarlo.
Los descubrimientos a fuerza de investigación y que salieron a la luz pública, no como un deseo gubernamental sino como un empeño de constancia periodística, como la llamada Casa Blanca o el pago del predial del departamento en Miami de la primera dama por un vecino que hace favores, no es menos molesto. Causa un repudio generalizado que no se puede detener con un boletín de prensa o con una disculpa.
Ahora la revelación de un supuesto plagio de la tesis en licenciatura en derecho en la Universidad Panamericana es una indignación que se suma a todo lo anterior.
Los asesores del presidente, no saben qué hacer. Cualquier sugerencia que hacen para minimizar el hecho, cualquier respuesta que dan a la opinión pública, les resulta contraproducente y hacen crecer más la sospecha y el enojo de la población.
Algunos allegados de alto nivel están desesperados y no saben cómo parar ese torrente de críticas y ataques al presidente.
La famosa frase de estos días, de la secretaria general del PRI, Carolina Monroy del Mazo de que: “A partir de hoy los priístas no permitirán ni un solo agravio al presidente Enrique Peña Nieto…”.
Sonó como una amenaza para quien se atreva a cuestionar la figura presidencial, pero también de impotencia.
Con un discurso fácil no se puede exigir a la población el aplauso al presidente, o vivas cuando ande como ciudadano común y corriente (que seguro no se atreverá a hacerlo de ningún modo).
No se entiende que las críticas no son por un mero capricho ciudadano o generadas por el impulso o manejo tendencioso de algunos comunicadores o grupos políticos; las críticas se deben a errores de conducción en materia política, económica y social, a la ineficacia, a la imprudencia que no tiene límite.
¿Cómo parar las críticas? Si siguen entregando la soberanía a las empresas trasnacionales, privatizando todo lo que pueden, socavando la economía de la población que vive o sobrevive con un raquítico salario.
Las críticas al presidente se dan porque la gente ya no aguanta tanta ineptitud gubernamental.
@Manuel_FuentesM
@OpinionLSR
La crítica se convierte en burlas constantes, en los llamados memes de las redes sociales, caricaturas y fotografías distorsionadas, la gente pasa del mal humor, a la rabia, a la burla socarrona.
El enojo es contra las reformas estructurales que han disparado los precios de la gasolina y la luz, al afectar directamente el bolsillo de las personas, a los de a pie y a los de automóvil (que cómo la sufren).
Llegar a una gasolinera cuando el tanque se va acabando, es ponerse serio, preocupado, molesto y muy incómodo a la hora de pagar. Lo mismo sucede con el recibo de la energía eléctrica cuando llega a casa, que ni cómo hacerle para evitarlo, porque cortan la luz. Es una molestia constante que alcanza a todo funcionario pero más al presidente de la República que hizo muchas promesas de abaratar esos artículos y que ahora son todo un engaño.
Es ese enojo que los funcionarios sienten por todas partes y que no saben cómo evitarlo.
Los descubrimientos a fuerza de investigación y que salieron a la luz pública, no como un deseo gubernamental sino como un empeño de constancia periodística, como la llamada Casa Blanca o el pago del predial del departamento en Miami de la primera dama por un vecino que hace favores, no es menos molesto. Causa un repudio generalizado que no se puede detener con un boletín de prensa o con una disculpa.
Ahora la revelación de un supuesto plagio de la tesis en licenciatura en derecho en la Universidad Panamericana es una indignación que se suma a todo lo anterior.
Los asesores del presidente, no saben qué hacer. Cualquier sugerencia que hacen para minimizar el hecho, cualquier respuesta que dan a la opinión pública, les resulta contraproducente y hacen crecer más la sospecha y el enojo de la población.
Algunos allegados de alto nivel están desesperados y no saben cómo parar ese torrente de críticas y ataques al presidente.
La famosa frase de estos días, de la secretaria general del PRI, Carolina Monroy del Mazo de que: “A partir de hoy los priístas no permitirán ni un solo agravio al presidente Enrique Peña Nieto…”.
Sonó como una amenaza para quien se atreva a cuestionar la figura presidencial, pero también de impotencia.
Con un discurso fácil no se puede exigir a la población el aplauso al presidente, o vivas cuando ande como ciudadano común y corriente (que seguro no se atreverá a hacerlo de ningún modo).
No se entiende que las críticas no son por un mero capricho ciudadano o generadas por el impulso o manejo tendencioso de algunos comunicadores o grupos políticos; las críticas se deben a errores de conducción en materia política, económica y social, a la ineficacia, a la imprudencia que no tiene límite.
¿Cómo parar las críticas? Si siguen entregando la soberanía a las empresas trasnacionales, privatizando todo lo que pueden, socavando la economía de la población que vive o sobrevive con un raquítico salario.
Las críticas al presidente se dan porque la gente ya no aguanta tanta ineptitud gubernamental.
@Manuel_FuentesM
@OpinionLSR
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