26 de agosto, 2016. Revolución TRESPUNTOCERO).- “Hay esperanza, se pueden cambiar las cosas, se puede soñar con un México diferente; nosotros tuvimos un país en el que; por ejemplo, al campesino cocalero lo asesinaban, le pegaban un balazo los agentes de la DEA y nadie hacía nada, hubo miles de ‘anónimos’ muertos sin que nadie dijera nada”, declaró Adriana Salvatierra, senadora del Congreso de Bolivia por el Movimiento al Socialismo (MAS), tras participar en un foro internacional sobre violencia de género, realizado en la Cámara de Diputados.
La joven
parlamentaria, de apenas 27 años, agregó que es indispensable
visibilizar que hay esperanzas de cambiar el presente y futuro de una
nación como la nuestra, a través de una revolución; no cediendo frente
al sistema neoliberal que actualmente domina en la mayoría de los
países, mismo que promueve la libertad de empresa, que promueve que el
Estado no se meta en la economía, que prioriza los derechos individuales
sin tomar en cuenta a las comunidades y que vuelve violenta a su
población.
“Creemos
que una revolución puede cambiar, de origen, todos nuestros males.
Tenemos la certeza y la alegría de que lo estamos viviendo en Bolivia y
la queremos cuidar; queremos que se concrete el llegar a cifra cero en
pobreza extrema, apuntamos a un 2025 en el que no haya ninguna persona
viviendo con sólo un dólar al día. Para el 2025, contamos con cambiar a
un país que dependía de la cooperación internacional, a hacerlo el que
se convierta en centro energético de América Latina. Éramos un país
chiquito, pero hemos crecido y necesitamos darle continuidad a esta
gestión”, declaró la senadora, en entrevista con Revolución TRESPUNTOCERO.
Recordó
que hace sólo unos años, Bolivia era considerada -junto con Haití- como
una de las dos naciones con mayor nivel de pobreza. Entre 1999 y 2002,
la población en esta situación aumentó dos puntos porcentuales,
alcanzando así al 64% del total, mientras que la población en pobreza
extrema también creció para ubicarse en 36%.
Por si fuera poco, también se le consideraba la nación más corrupta de América Latina.
Por si fuera poco, también se le consideraba la nación más corrupta de América Latina.
“En el año
2000, la misma Organización de las Naciones Unidas nos advirtió que de
continuar este modelo económico basado en el neoliberalismo, en el
capitalismo, en el 2010, probablemente el 80% de la población iba a ser
pobre y de ese total, 60% iba a ser extremadamente pobre, pero con este
proceso revolucionario del presidente Evo Morales, con el acompañamiento
de los movimientos sociales, logramos revertir esa cifra; cambiamos el
modelo económico y refundamos el país con una nueva Constitución”,
detalló la legisladora.
A
diferencia de las modificaciones recientemente hechas a la Carta Magna
de nuestro país -luego de los cambios aprobados en 2013 en el marco de
la reforma energética impulsada por Peña Nieto- el artículo 51 de la
constitución bolivariana, todavía establece que recursos naturales como
hidrocarburos, minería, entre otros, son estratégicos y por ello, le
pertenecen al pueblo boliviano.
El Estado
administra dichos bienes, pero no pueden ser privatizados; la única
participación “privada” que admite, son concesiones para la explotación
minera, siempre y cuando sean otorgadas a cooperativas, no a empresarios
individuales.
Además,
para el gobierno bolivariano, el acceso a los servicios básicos es un
derecho humano, no un bien con el que se pueda comercializar, por lo que
el Estado está obligado a garantizar las condiciones para
proporcionarlos.
En los
últimos años, Bolivia ha encabezado la lista de países sudamericanos que
más crecimiento anual ha tenido: el año pasado, el Producto Interno
Bruto (PIB) del país gobernado desde hace 10 años por Evo Morales,
creció 4.8%; en 2014, aumentó 5.4%; mientras que en 2013, el incremento
se situó en 6.5%; es decir, en promedio, 5.5% en los últimos tres años.
En
contraste, en lo que va de la administración de Peña Nieto, el
crecimiento de México en el mismo sector ha sido, en promedio, de apenas
2 puntos porcentuales.
“La
diferencia es que nosotros priorizamos la redistribución de la riqueza,
más allá del crecimiento económico; nos preocupamos porque este
incremento, le llegue a la gente, que sea más equitativo y que
contribuya a sacar la de la pobreza”, explicó Salvatierra.
En
noviembre de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS), reconoció a
Bolivia por la implementación de iniciativas como lactancia materna
exclusiva, desayuno escolar, acceso al agua potable, por la dotación de
alimentos fortificados, entre otras estrategias, que ayudaron a reducir
la desnutrición en el país.
Además, el
pasado 28 de junio, Carissa Etienne, directora de la Organización
Panamericana de la Salud de la Oficina Regional para las Américas de la
misma OMS, felicitó al gobierno de Morales, por las políticas de
atención primaria en salud -como acceso a prestaciones de promoción,
prevención, diagnóstico precoz y tratamientos- instrumentadas desde 2013
a través del programa ‘Mi Salud’
“Es muy
dignificante recordar cómo estábamos hace 10 años y cómo estamos ahora,
cómo hemos avanzado. Evidentemente, vamos en contrasentido a las
políticas económicas predominantes de las que durante mucho tiempo nos
dijeron que entre menos participación hubiera del Estado en la economía
se garantizaba una cancha libre para que todos pudieran crecer
económicamente pero fue mentira. El neoliberalismo es un sistema que
impulsó el crecimiento de las desigualdades; llevó más pobres a la
pobreza extrema, impulsó un estado de ánimo de despolitización de la
sociedad y ese no es el camino”, argumentó la joven parlamentaria.
Salvatierra
sostuvo que la decisión de cambiar el modelo económico en la forma de
gobernar su país, no es un asunto de moda política; sino una forma de
ejercer soberanía respecto a sus recursos, su nuestra vida política y,
en general, respecto a nuestro destino; sin embargo, explicó que esta
soberanía no es nacionalista, sino que se basa en la certeza de que se
puede construir un futuro para todos.
“Fue con
organización colectiva como nosotros logramos superar todas esas
carencias. Por los 43, por los maestros asesinados, reprimidos; por los
miles de indígenas muertos, hay esperanza. Ojalá podamos ser el nuevo
mal ejemplo de América Latina, para ser la venganza moral de los
oprimidos”, concluyó.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario