1/16/2017

“No se trata de llamar a las antorchas, sino de sacudir nuestras propias conciencias”: Aristegui en ‘La Jornada’


Se reproduce un fragmento de la entrevista que la periodista Carmen Aristegui concedió a La Jornadaa propósito de su nuevo noticiero en vivo por este sitio:

¿Creyeron que los iban a callar o que, más bien, sacándolos de medios grandes los harían marginales y dejarían de importar?
–Las dos cosas. Se tiene la idea de que si sales de los grandes grupos de comunicación, por censura, como fue el caso, o por cualquier razón, y te vas a los medios cada vez más inapropiadamente llamados alternativos, estás ya en una condición marginal.
‘‘Pero el tiempo que nos toca vivir está marcando pautas totalmente distintas. Hay un gran vigor en el mundo de la comunicación digital, tan es así que los grandes emporios, Televisa y Azteca, están tratando de migrar hacia la zona digital.’’
–Aunque a veces pareciera que lo único que están haciendo es llevar la radio o la televisión a una nueva plataforma.
–Absolutamente. Cuando hablo de renovación hablo de la escenografía, de que ahora están tratando de atrapar la atención de quienes se fueron o nunca estuvieron.
Del golpe a la apuesta
En la luminosa estancia de su casa, Aristegui repasa con cierto detalle su salida de la radio comercial y los pasos que tuvo que dar para volver a tener un programa en vivo, ahora por Internet.
Recuerda el golpe de censura que vivió, que describe como una maquinación vengativa que pretendió exterminar a un grupo de periodistas por la investigación sobre la Casa Blanca de Enrique Peña Nieto.
–Un capítulo no cerrado, porque siguió lo que has denominado acoso judicial.
–El acoso judicial permanece…
–Y luego estas incursiones a tus oficinas.
–Ciertamente, todo ese panorama sigue presente. El sexenio de Peña Nieto se ha distinguido, por lo menos en lo que a nosotros corresponde, como un sexenio muy agresivo, un gobierno muy agresivo que con intermediarios o con maneras no directas, como suele suceder con la censura, nos echó de la radio mediante una maquinación grotesca.
A la vuelta del tiempo, a Carmen Aristegui le queda cada vez más claro que la sacaron de la radio comercial por presiones del gobierno: “Sería muy estúpido que un grupo empresarial matara a su programa estelar de noticias porque usaron la marca para adherirse a Méxicoleaks; ridículo y absurdo, un pretexto para crear la escalada que finalmente nos sacó”.
Dice: “No hubo ‘conflicto entre particulares’, como dijo el secretario de Gobernación. Si hubiera sido un asunto de esa naturaleza, claramente hubiéramos tenido la puerta abierta en otros espacios similares, pero el silencio de la industria frente a un grupo de periodistas probado, experimentado, con buenos números, es un indicador…”
–¿De que sólo pudo venir de presiones del poder?
–Te pregunto de qué otra manera se explica un fenómeno así en el mundo de la radio comercial.
La Casa Blanca y el dedo en el renglón
En el recuento de la periodista, que desde su salida de la radio comercial ha viajado por el mundo recibiendo reconocimientos aquí y allá, merecen capítulo aparte la sentencia del juez Odilón Centeno, quien la condenó por hacer uso excesivo de la libertad de expresión y el empecinamiento de su antiguo patrón en recibir un resarcimiento económico por el presunto daño moral que le causó el prólogo del libro que sobre la Casa Blanca escribieron los periodistas de investigación de su equipo.
–Con todo, en términos de opinión pública, el tema de la Casa Blanca fue una derrota para el gobierno.
Desde luego. Hoy por hoy nadie cree la explicación oficial que le hicieron decir a La Gaviota. Todo esto, que vivimos como una suerte de control de daños, lo único que hizo fue ahondar la indignación de la sociedad que conoció de una mansión de más de siete millones de dólares.
Como se sabe, Aristegui no quitó el dedo del renglón y su equipo, como parte de la red de periodistas que trabajó los célebres Papeles de Panamá, dio a conocer que en esa lista figuraba Juan Hinojosa Cantú, el formal dueño de la casa de Las Lomas y, según los comunicados del despacho panameño Mossack Fonseca, un cliente muy importante, porque los podría conectar con otros personajes importantes en México.
Los magnates y las audiencias
Agradecida con los miles de ciudadanos que presentaron recursos de amparo para defender sus derechos como audiencia, y con los abogados que la han apoyado desinteresadamente, Aristegui lo está sobre todo con la gente que hace de su portal en Internet uno de los sitios de noticias más visitados del país. Es justo eso, afirma, lo que le ha permitido lanzar el programa que comienza hoy.
–Con Internet, esa trituradora de segundo a segundo, ¿cómo mantener la capacidad de reflexión, la profundidad del análisis?
–Ese es el desafío más grande de todos; nadie se salva. También es cierto que no hay que dejarnos de eso, porque muchos dicen que si no hacemos mensajes muy chiquitos todo mundo se va a otro lado.
“Confío en que tendremos un gran músculo por la manera en que el público ha respondido a la campaña que lanzamos. La gente ha sido muy generosa en su respuesta.
Si lo hacemos en vivo, logramos mantener esa fuerza, ese vigor, esa capacidad de reacción, incluso si está ocurriendo algo en ese preciso momento, pues nada como estar en vivo y en directo.
Cuando se le pregunta, Aristegui ríe con la idea de que grandes magnates apoyen su relanzamiento. Y responde:
“He sido cautelosa respecto de lo que significa convocar a inversionistas. No es fácil tenerlos, sobre todo si son de brazo fuerte, que patrocinen un proyecto de periodismo independiente sin tener intenciones de injerencia editorial. He tenido acercamientos importantes con gente cuyos nombres no diré, interesada en participar en nuestro proyecto. He preferido que la existencia y tamaño de nuestro sitio esté relacionada directamente con el volumen de nuestro tráfico, que ha ido creciendo, y lo que produce básicamente las pautas publicitarias de Google, YouTube, etcétera.
No son para sostener un gran emporio, pero con esa fuerza de los números con los que contamos hemos logrado un ingreso que nos permite tener el tamaño que tenemos. Alcanzamos un punto de equilibrio. Si somos más grandes o más pequeños, dependerá justamente de lo que ahí vaya sucediendo.
–Más de una vez te han candidateado. ¿Nunca te ha tentado la idea?
–Cuando me lo han planteado no me lo tomo personal. Es un indicador de que la sociedad mexicana busca quién podría encabezar un movimiento, una propuesta, algo que dé contenido a la indignación nacional. En este momento de mi biografía lo que está en lo inmediato es la tarea periodística, y desde ahí queremos, como grupo de trabajo, contribuir a sacudir a la sociedad mexicana. No se trata de llamar a las antorchas, sino de sacudir nuestras propias conciencias, para que cada quien tome su papel en esta historia. El nuestro es contribuir con información, debate, crítica, elementos que la sociedad necesita para tomar su propia postura.

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