Pedro Echeverría V.
1. Si, no me digas más porque me pones de mal humor. De todos mis
amigos, por todos lados escucho condenas y mentadas de madre contra el
gobierno y los empresarios mexicanos; está bien, pero te repito que lo
siento como un desahogo y hasta lloriqueos por impotencia. El colmo de
la ignorancia es pensar que la burguesía no va a defender su gobierno y
su poder usando todo lo que está en sus manos: al ejército, a la
policía, las cárceles, las mentiras de la televisión y los billones de
pesos que tiene a su servicio.
2. Mis amigos repiten a diario que los gobiernos usan funcionarios
corruptos en su gabinete; que éstos sólo llegan a los cargos para hacer
negocios y enriquecerse; que los papás alcanzan 40 años brincando de un
cargo a otro y ahora siguen los hijos; que no tienen “llenadera” para
que al salir de los cargos sean millonarios; que son represores, que
encarcelan y asesinan a la oposición real; que compran a todos los
partidos y a la llamada oposición; que hacen negocios con el gobierno de
los EEUU; en fin, que son funestos para el pueblo.
3. Pero lo importante no es estar repitiendo como disco rayado lo que
el pueblo sabe: que es una minoría de ricos que explota y oprime al
pueblo, es decir, una minoría de familias con inversiones en bancos,
industrias, comercios, que somete al 80 por ciento de la población. Lo
que realmente es importante es construir las ideas, las propuestas, la
organización que debemos darnos, para destruirlos como clase explotadora
y dominante, enterrarlos y taponearlos para que no resurjan más después
de 500 años que nos han aplastado.
4. ¿Cómo carajos vamos a concientizar, a convencer al pueblo de que
se agrupe a luchar para aniquilar a la clase gobernante y explotadora?
Ésta es sin duda la gran pregunta. A principios de la década de los
sesenta, a raíz de triunfo de la revolución en Cuba, mucha gente en
América, en México –sobre todo campesina- pedía armas para irse a la
guerrilla para responder a la miseria y hambre permanente que sufría. Se
armaron cientos de grupos guerrilleros en el continente, pero todos
desaparecieron o fueron exterminados por la burguesía.
5. Obviamente quienes más intervinieron fueron los EEUU que crearon
escuelas antiguerrilla y organizaron en muchos países equipos
paramilitares bien armados para acabar con aquellos jóvenes rebeldes.
Hace apenas unos meses que en Colombia se firmó la desaparición de la
FARC que surgió en 1964. No aventuraría decir que la lucha guerrillera
envejeció, pero diría que por ahora no hay muchas condiciones para ello.
Sin embargo hay otras formas de lucha que están muy por encima de la
electorera que hasta ahora no ha funcionado para el pueblo.
6. La forma más efectiva parece ser el movimiento de masas que de
manera paralela debe crear, educar, madurar, el pensamiento de las masas
del campo y la ciudad. La lucha de masas trabajadores del campo y la
ciudad podrían ser determinantes para echar a los gobiernos de los
empresarios fuera del poder y hasta de su país con el único requisito de
que se unan y superen el poder de los ricos. Incluso algunos gobiernos
se cuidan a ser explotadores y represores cuando observan que los
movimientos de masas van en serio para imponerse por la fuerza.
7. La vía electoral puede llevar a cambios importantes, pero por lo
menos desde 1973 con el derrocamiento de Salvador Allende en Chile
observamos que era casi imposible. Desde entonces ningún gobierno
progresista ha podido construir ningún “socialismo”, ninguna política de
justicia e igualdad porque los gobiernos y burguesías locales con el
apoyo de los EEUU impiden cualquier avance por ese camino. Basta
contabilizar lo que pasó en Argentina, Brasil, Paraguay, Honduras;
sucede en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua. Hasta ahora nada de lo
electoral se ha mantenido bien.
8. No estaría de acuerdo con una gran organización de masas como
muchas en la historia que de combativas, honestas, radicales han
degenerado hasta aburguesarse y entregarse a la burguesía como esclavos.
Mejor crear muchas organizaciones de masas coordinadas con direcciones
horizontales y rotativas cuya fuerza obligue a cualquier gobierno a
obedecer. Por ello creo que hay que trabajar en ese sentido para obligar
a la burguesía a obedecer a los trabajadores y para dejar de llorar
porque la burguesía se vale de todo para jodernos. (18/I/17)
alterar26@gmail.com
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