Antonio Gershenson
Los gobernantes anteriores
al actual tuvieron en sus manos caídas más que sensibles de la
producción del petróleo casi continuas. El descenso ya durante el
presente sexenio se prolongó hasta principios de marzo y siguió durante
unos días más hasta un millón 660 mil barriles diarios, para luego
lograr una ligera alza.
Desde 2004 cuando se llegó a una producción máxima, los gobiernos
reaccionarios llevaron la extracción del petróleo casi a la mitad.
Durante las últimas semanas se ha buscado la intervención de empresas
transnacionales para construir una séptima refinería en el Puerto de
Dos Bocas en el municipio de Paraíso, Tabasco.
Las seleccionadas fueron Bechtel-Techint y Worley Parsons-Jacobs, así como las firmas denominadas Technip y KBR.
Los nombres de las empresas antes mencionadas, fueron publicados en
algunos medios de comunicación, donde se evidenció que la unión de las
MW Kellog y Brown & Root, habían pertenecido, previamente, al
consorcio Halliburton.
En 2013, primer año completo del gobierno de Enrique Peña Nieto, se
adjudicó a Technip un contrato para modernizar una de las unidades de
conversión de la refinería en Cadereyta, Nuevo León.
No queda claro si las invitaciones a este grupo de compañías se basan
en la supuesta honestidad y experiencia en cuanto a todo tipo de
gestiones para la construcción. El plazo que éstas proponen sería de
tres años.
Sin embargo, lo que sí está claro son las sospechas que éstas han
levantado por sus antecedentes de corrupción. El consorcio Worley
Parsons-Jacobs, y las empresas Technip y KBR, están vinculadas a una
larga lista de hechos que las relacionan a licitaciones fraudulentas.
Otra empresa involucrada en estos manejos poco claros es la Techint, por
ser aliada de la firma Odebrecht.
Un caso más: en 2013 la empresa Worley Parsons-Jacobs ganó una
demanda en contra de Petróleos Mexicanos (Pemex) por incumplimiento de
contratos. Sin embargo, cinco años después, se vuelve a invitar al
consorcio estadunidense para que participe en la construcción de uno de
los proyectos más importantes para nuestra nación.
Por otra parte, las empresas que ya han sido contratadas previamente
para la construcción de otras refinerías, fueron muy lentas en sus
procesos, tardaron en construir hasta 10 años. Sería importante que las
compañías ganadoras de las licitaciones hayan comprobado su capacidad de
hacer el trabajo en un lapso de tres años como lo afirman. Que
demuestren con obras hechas anteriormente que sí son capaces de cumplir
en tiempo y forma.
Pemex seleccionó a las mejores empresas del mundo en construcción de refinerías, aquellas que demostraron tener una amplia experiencia en la ejecución de este tipo de obra, capacidad técnica y solvencia economía, calidad, con antecedentes y prácticas de operación transparentes, y además con códigos de ética y responsabilidad comprobados.
La aseveración anterior tendrá que ser respaldada por los resultados que las empresas licitadas entreguen.
Para celebrar la recuperación de la paraestatal petrolera, tal vez
debiera entregarse la nueva refinería, en la fecha emblemática del 18 de
marzo, dentro de tres años.
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