El Golfo de California es
el acuario del mundo por su diversidad de especies y el medio ecológico
en que viven. Sin embargo, ese tesoro marino es muy peligroso para la
totoaba y la vaquita, que solamente viven allí y están por desaparecer.
El investigador Horacio de la Cueva define en pocas líneas el
problema. Por un lado, la abundancia de la totoaba alimentó y fue
sustento durante décadas de las familias de pescadores del golfo. Pero
su sobrepesca obligó a que se declarara ilegal su captura a fin de
conservarla. Y el origen de esa sobrepesca se debe a que su vejiga
natatoria (llamada comercialmente buche) posee propiedades afrodisiacas,
según los consumidores de China. Esto la convirtió en un artículo de
muy alto valor comercial que ilegalmente hace parte de una cadena de
corrupción que se origina en México, pasa por Estados Unidos y concluye
en China. La pesca ilegal de totoaba impide estimar el tamaño de sus
poblaciones, mientras los esfuerzos para reproducirla en cautiverio
están lejos de ser una actividad comercial atractiva que evite su
depredación.
En cuanto a la vaquita, De la Cueva recuerda que apenas la
descubrieron los científicos en 1958 y obtuvo relevancia por ser el
mamífero marino más pequeño del planeta. Quedan apenas unos cuantos
ejemplares, pues muere al quedar atrapada en las redes utilizadas por
los pescadores, especialmente de los que capturan la totoaba. En que
ello ocurra destaca la falta de coordinación de las instancias oficiales
para resolver este problema, algo que llevan prometiendo desde hace 30
años. El mercado ilegal de totoaba es ya un asunto político, como
informó nuestra reportera Angélica Enciso el miércoles pasado.
También en un desafió a las autoridades pues quienes la pescan
ilegalmente presumen en un video utilizar redes que forman una bolsa
semejante a las que sirvieron para capturar el atún. Al cerrarse,
quedaban también atrapados los delfines. Ese sistema causó en los años
90 del siglo pasado el boicot al atún mexicano en el mercado de Estados
Unidos. Los pescadores ilegales no dicen si en esas redes había
vaquitas. Cabe agregar que se ha buscado que otra especie, la curvina,
la capturen en exclusiva los indígenas cucapá. Pero en realidad sirve de
pantalla para el tráfico de buche de totoaba.
La pesca ilegal de ésta última (que propicia la muerte de vaquitas),
así como la economía de las poblaciones pesqueras del Alto Golfo de
California, es ahora un problema internacional que involucra corrupción,
contrabando, tráfico de armas, personas y drogas. Y porque el
estadunidense Consejo de Defensa de los Recursos Naturales (NRDC, por
sus siglas en inglés) amenaza con un boicot al camarón mexicano, si no
se pone fin a la captura ilegal de totoaba y se garantiza la existencia
de la vaquita.
También Enciso mencionó otro caso emblemático en que las
negociaciones son ya políticas: la presa El Zapotillo, planteada hace 25
años y cuyos trabajos se iniciaron en el sexenio de Vicente Fox y
llevan un avance de 90 por ciento. El año pasado el presidente López
Obrador ofreció solucionar el problema pero aclaró que
no se puede destruir lo que se hizo porque hubo una inversión y que no se usará la fuerza para imponer nada. Contra dicha obra luchan los pobladores de Temacapulín, Acasico y Palamarejo, pues desaparecerían si se eleva más de lo actual la cortina de la presa. A esto se suman los desacuerdos entre los gobiernos de Guanajuato y Jalisco.
Cuando Víctor M. Toledo, titular de la Secretaría del Medio Ambiente y
Recursos Naturales, visitó la zona sostuvo que era viable cancelar la
elevación de la cortina de la presa, incluso su desmantelamiento. Al
convivir con los lugareños señaló que le
bastaron 15 minutos para percatarse que inundar esos pueblos sería el acto más irracional. Durante esa visita se afirmó que el agua de El Zapotillo no es para las comunidades, ni para Guadalajara y León, sino para el sector industrial que se llevará esa agua fuera del país en forma de mercancías.
Si la política es el arte de resolver los problemas que se presentan
en la sociedad de un país, problemas añejos como los dos anteriores,
ponen a prueba el buen desempeño de la actual administración pública.
Para don Fernando Canales Lozano, mecenas de las artes y la ciencia, en su centenario.
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