Pedro Salmerón Sanginés
La semana pasada el senador Ricardo
Monreal Ávila acudió a una entrevista con un comunicador que el día
anterior había iniciado una campaña de desinformación (la enésima a su
cuenta, no en vano se le llama Lord Montajes) contra la doctora
Irma Eréndira Sandoval Ballesteros, secretaria de la Función Pública, y
su marido, el doctor John Ackerman, académico de la UNAM y periodista.
En dicha entrevista, en que no hizo alusión a ese montaje (sí, montaje,
como lo explicó claramente el senador Martí Batres https://bit.ly/2VvfLmc), el senador Monreal pareció suscribir, sumarse alegremente a las reiteradas tergiversaciones de Lord Montajes sobre el doctor Hugo López-Gatell y el ingeniero Cuitláhuac García Jiménez, entre otros funcionarios.
La razón que me impulsó a escribir este artículo es la respuesta que
dieron al justo reclamo que le hizo el doctor Ackerman al senador
Monreal, en las redes sociales, 25 senadores de Morena. La cifra de 25
la obtengo del propio senador Monreal (https://bit.ly/2Vw99E7).
La cifra también revela que 39 senadores de Morena no se sumaron a ese
apoyo innecesario y hasta increíble a quien es formalmente su
coordinador. Transcribo con paráfrasis una de las respuestas, semejante a
las otras 24:
El liderazgo de Monreal ha sido clave para el avance de la #4aTransformación. No es tiempo de divisiones, es tiempo de cerrar filas con el Presidente, de cordura y respeto a los puntos de vista.
Más allá de lo paradójico de ese llamado justo en respuesta a actos
francamente opuestos a la unidad (sumarse a o avalar las críticas
infundadas contra personajes claves de la #4T, como los mencionados
Sandoval Ballesteros, López-Gatell y García Jiménez), llama la atención
el llamado a la cordura. Otros senadores hablaron de principios y
disciplina. Hablemos pues de eso.
No recordaré las muchas denuncias sobre las propiedades de Monreal ni
su pasado en Zacatecas: mientras no se comprueben, son acusaciones a
medias o sin fundamento. Tampoco hablaré de la construcción del partido
en 2012-17. Empezaré el 10 de septiembre de 2017.
Ese día, Monreal aseguró
mi ciclo en Morena está terminado, porque la militancia le dio la espalda y lo envió al tercer lugar en la encuesta para la candidatura de Morena a jefe de Gobierno. Poco después demostró que a él lo que le interesan son los cargos, al recoger sus palabras y aceptar una candidatura a senador con la oferta de coordinar la bancada. Oferta que el partido cumplió. Como historiador sé que solemos tener memoria corta, pero esta es cortísima: el
monrealazoocurrió hace menos de tres años.
A Monreal se le ha aplaudido gestionar los acuerdos necesarios para
lograr la aprobación de algunas propuestas del gobierno. Nomás faltaba:
es el líder de una amplia mayoría. Pero también lo hemos visto dar
marcha atrás en proyectos que para muchos de nosotros resultan
centrales, como su sistemática obstaculización de la prohibición del outsourcing. En materia de legislación laboral, Monreal actúa como senador del Partido Acción Nacional (PAN).
Tampoco olvidamos su actuación en el caso de la eliminación de la inmunidad presidencial y los fueros, la eliminación de la partida secreta,
las leyes contra la facturación falsa, así como la marcha atrás en el
tema de las comisiones bancarias y el retraso en la aprobación de la ley
de amnistía, entre otras de sus acciones como legislador.
En diciembre de 2019, Monreal se opuso frontalmente a las decisiones
de los órganos internos de Morena, al defender a rajatabla a la senadora
Lilly Téllez. Sus ataques al partido en el que dice militar alcanzaron
cotas de virulencia propias del PAN… o que recordaron las que ya había
protagonizado él mismo en septiembre de 2017 (o las de su suplente,
nunca desautorizado por él). Muchos esperaron, en vano, una disculpa de
Monreal por el caso Téllez.
Recordemos también sus ataques contra Martí Batres en agosto pasado;
recordemos que se sumó a la campaña contra Paco Ignacio Taibo II en
abril de 2018; tengamos presente el apoyo que está dando a la creación
de otro partido... Regreso a la entrevista de la semana pasada: los
medios y los opinólogos que por costumbre atacan y tergiversan al
Presidente y al gobierno, festejaron unánimemente las declaraciones del
senador. ¿Casualidad? No: Irma Eréndira Sandoval es una de las personas a
quien más temen los corruptos del antiguo régimen.
Pude, una vez más, quedarme callado (suelo reservar las críticas para
hacerlas dentro). Creo que en este caso ya no es sano. ¿Unidad,
disciplina, principios cuando hablamos de Monreal? No me hagan reír.
Pd: Como a nadie gustó mi desmedido elogio de Eugenio Garza
Sada, he decidido presentar versiones más fundamentadas y equilibradas.
Empiezo mostrando sus nexos con la ultraderecha nazi: https://bit.ly/3gmKGcz
Twitter: @HistoriaPedro
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