Ana María Aragonés
La visita del presidente
Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a su par estadunidense, Donald Trump,
ha generado diversas reacciones en México, la mayoría negativas. Por un
lado se señala el posible beneficio para la relección de Trump derivado
de la visita y, por el otro, se habla de reacciones furibundas contra
México por los demócratas, de repercusiones insospechadas. Por su parte,
los argumentos esgrimidos por AMLO es que su visita se relaciona con la
puesta en marcha del T-MEC, además de ir a dar las gracias a Trump por
ciertos comportamientos.
Ir a Washington para dar la bienvenida al T-MEC difícilmente se
sostiene, porque, esté o no AMLO en Washington el acuerdo va. No se
puede cambiar ni una coma, por ahora, a pesar de que hay muchas
cuestiones en las que México no salió para nada beneficiado, entre ellas
porque nos mantenemos como país maquilador. Pero, estrictamente, no
requiere su presencia. Por otro lado, no hay que olvidar que la amenaza
de los aranceles obligó al gobierno mexicano a cambiar una política
migratoria que por primera vez ponía realmente los derechos humanos de
los migrantes por delante, cambiaba los centros de detención por
albergues y otorgaba visas humanitarias a todos, por supuesto con orden,
pero sin policías ni cuerpos de seguridad.
Lamentablemente México es ahora considerado como la patrulla
fronteriza en ambas fronteras, custodiadas por 25 mil miembros de la
Guardia Nacional. Finalmente, hay que recordar que los ventiladores se
pagaron y los barriles de petróleo también los saldaremos, aunque no
sabemos el
costo. Es decir, dar las gracias tampoco se sostiene.
Sin embargo, el presidente López Obrador es un político agudo y
avezado, y es seguro que ha sopesado y puesto en la balanza todo este
tipo de consideraciones y sus posibles consecuencias. Por eso hay que
destacar que, como se ha mencionado, se trata de una visita de trabajo,
lo que implica tener una amplia agenda.
En este sentido, el encuentro, más allá de un acto exclusivamente
protocolario, seguro que será aprovechado para abordar cuestiones de
altísima trascendencia para México. Una son los migrantes, sobre todo en
el contexto de enorme inseguridad por la pandemia de Covid-19. Estos
trabajadores mexicanos se han visto gravemente afectados, no sólo por no
recibir los beneficios económicos que el gobierno del país vecino está
otorgando a la población, por el desempleo y porque no pueden acceder a
los servicios de salud, en parte por la falta de documentos de muchos de
ellos. López Obrador, como presidente de México, es lógico manifestar
su oposición a que los connacionales sean atacados y vilipendiados, y
preocuparse por la enorme desprotección que están enfrentando. Por
supuesto que Donald Trump no va a cambiar un ápice el eje de su campaña
electoral que gira exactamente contra los migrantes y seguirá reforzando
cada vez que pueda la idea del
hermoso muroque está construyendo porque se supone que le reporta beneficios electorales. Pero un viaje de tal trascendencia hace obligatoria y necesaria la voz digna del Presidente en defensa de los migrantes.
Por otro lado y en el marco de una
reunión de trabajo, no sólo no se impide sino que resulta lógico que AMLO se entreviste con los demócratas, y hasta con el ex vicepresidente Joe Biden. Son una parte fundamental en el Congreso, por lo que debe manifestarles las mismas preocupaciones acerca de los migrantes mexicanos, y lo importante de buscar que se concrete una reforma migratoria integral. No estaría de más recordarles que la última reforma migratoria, la llamada Simpson-Rodino fue aprobada en 1986 por el republicano Ronald Reagan, ley que regularizó a más de 2 millones de indocumentados. Por otro lado, no está de más enfatizar la situación de los migrantes mexicanos, que han pasado muchos años trabajando en ese país, pagando impuestos, formando familias, cuyos hijos son esos famosos dreamers, pero a pesar de todo ello, siguen estando injustamente en el limbo jurídico sin poder regularizar su estancia. No hay duda de que con los demócratas la propuesta de Barack Obama en relación con DACA y DAPA tendría muchas más posibilidades de hacerse realidad. En este marco también caben entrevistas con migrantes y sus organizaciones para no sólo conocer sino apoyar el inmenso trabajo que realizan en favor de estos trabajadores.
Las condiciones están dadas para que AMLO aproveche esta oportunidad
inmejorable y ponga en la mesa la necesidad de realizar cambios en favor
de aquellos que él mismo ha considerado como
héroesporque, recordemos, a pesar sus terribles condiciones, siguen enviando dinero a México.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario