Editorial La Jornada
En su segundo día de gira
de trabajo por los estados con mayores índices de violencia, el
presidente Andrés Manuel López Obrador sostuvo que las autoridades están
obligadas a hacer a un lado sus banderas partidistas, y afirmó que su
administración labora de manera coordinada con el gobierno de Jalisco
para enfrentar al crimen organizado. Por su parte, el gobernador Enrique
Alfaro planteó
corregir el rumbo para iniciar una nueva etapa de diálogo y cooperación por el bien de México, y asumió,
con entereza y humildad, la responsabilidad de enmendar sus equívocos en el trato con la Federación.
Más tarde, altos funcionarios del gobierno federal, encabezados por
la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, sostuvieron una
reunión virtual con los mandatarios estatales para analizar el semáforo
sanitario que entrará en vigor el próximo lunes. Durante el encuentro,
la encargada de la política interior llamó a fortalecer la cooperación,
colaboración y entendimiento con la finalidad de afrontar la emergencia
de salud que atraviesa el país, y resaltó la importancia de avanzar
hacia la recuperación económica ante los estragos causados por la
pandemia del Covid-19. En este ámbito, Sánchez Cordero instó a
aprovechar las oportunidades abiertas por el Tratado México, Estados
Unidos y Canadá (T-MEC), recién puesto en marcha.
Aunque la funcionaria no hizo referencia a ello, es pertinente
recordar que el programa federal en curso para el desarrollo y la
recuperación económica parte de la voluntad ciudadana expresada en las
urnas, y que en esta medida los gobernadores deben acatar las
directrices emanadas del mandato popular, en la inteligencia de que
proceder en este sentido no significa una renuncia a la soberanía
constitucional con que cuentan las entidades federativas, sino la
necesaria armonización entre las atribuciones de cada nivel de gobierno.
Resulta significativo que la titular de la SG calificara el diálogo sostenido ayer como la confirmación de
un puente comunicativo del Ejecutivo federal y de las diversas secretarías de Estado con los ejecutivos locales. La actitud de la federación, expresada a través de quienes ocupan los dos cargos más importantes del gabinete, contrasta con la estrechez de miras y la mezquindad desplegada por los mandatarios locales a lo largo de la crisis sanitaria. Lejos de construir acuerdos en beneficio de sus gobernados, un número significativo de los ejecutivos locales de oposición ha venido haciendo de la pandemia y sus consecuencias económicas un diferendo con la Federación que no tiene razón de ser.
Una primera señal de que este clima de animosidad podría amainar, se
presentó con la manifestación de voluntad por parte del Presidente para
revisar el pacto fiscal, y el consecuente saludo de los gobernadores de
Acción Nacional al ofrecimiento del mandatario. Cabe esperar que a
partir de esta coincidencia, se construya una colaboración plena entre
los ámbitos federal y estatal, y que los gobernantes estatales tomen la
mano tendida por la secretaria Sánchez Cordero para encarar los
múltiples desafíos que aguardan al país.
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