Ciudad de México. La incorporación de la paridad de
género en los tres poderes de gobierno y el reconocimiento de la
violencia política contra las mujeres en las leyes de los estados,
sientan las bases para que las mexicanas participen en la vida política
en condiciones de igualdad.
De acuerdo con la evaluación de las expertas en derecho electoral,
legisladoras y promotoras de los derechos políticos de las mexicanas,
estos cambios normativos también construyen el camino para que las
mujeres compartan el poder con los hombres.
Las políticas que
participaron en el “Cuarto encuentro de Observatorios Locales de
Participación Política de las Mujeres”, que se realizó el 13 y 14 de
julio, destacaron que los congresos estatales están reformando sus leyes
locales para que los cambios legales entren en vigor en los procesos
electorales de 2021.
Las modificaciones que podrían abrir más
espacios a las mujeres son la reforma constitucional sobre paridad en
los tres poderes de gobierno y en los organismos autónomos (publicada el
6 de junio de 2019) y las reformas a ocho leyes generales para definir y
sancionar penal y administrativamente los actos de violencia política
por razones de género (publicada el pasado 13 de abril).
Avances políticos para las mujeres
Con estas reformas en México, que hoy ya ocupa el cuarto lugar en la
lista de los países con mayor porcentaje de mujeres en política, se
sientan las bases de la igualdad en la participación política, algo que
se ha construido desde 1990 con la introducción de las cuotas de género
en la legislación electoral.
Luego de que en 2014 se reconoció la paridad como principio
constitucional, actualmente la Cámara de Diputados está conformada por
48.2 por ciento de legisladoras, y el Senado por 49.2 de senadoras y en
promedio, en las legislaturas locales las mujeres ocupan 49.7 de las
curules.
La diputada integrante de la Comisión de igualdad de
Género de la Cámara de Diputados, la morenista Rocío Villarauz Martínez,
explicó que las reformas son un parteaguas en la manera de entender el
poder político y una forma de distribuir de forma igualitaria el poder
entre mujeres y hombres.
Por su parte el presidente del Instituto
Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova Vianello, aseguró que la
presencia de las mujeres en los parlamentos sirve también para romper
mitos culturales, por ejemplo, que las mujeres en los órganos de
decisión no permiten un trabajo igualmente eficaz que cuando hay
hombres.
Sin embargo, la participación de las mujeres en las presidencias municipales representa 27.2 por ciento.
En
el encuentro de los organismos que dan seguimiento al avance político
de las mujeres, el consejero presidente dijo que la actual vorágine de
reformas electorales en los estados es para garantizar la armonización
legislativa en torno a las reglas para prevenir la violencia política
contra las mujeres por razón de género en el ámbito local.
Sin
embargo, acotó que la modificación de inicios de fechas de los procesos
electorales, que en algunos estados es en septiembre, otros en octubre y
unos más en noviembre, parecen no tener el propósito de garantizar
igualdad de condiciones para las mujeres, debido a que los actores
políticos han tenido la tradición de mover las reglas del juego “al
cuarto para las doce”.
En este encuentro, la consejera del INE,
Dania Paola Ravel Cuevas, expuso que reconocer la violencia política
contra las mujeres ha producido condiciones políticas inéditas para las
próximas elecciones.
La también presidenta de la Comisión de
Igualdad de Género y No Discriminación de este organismo, dijo que el
reto es materializar de manera efectiva los cambios normativos, por
ejemplo, para interpretar las reformas y que no terminen por ser usadas
en contra de las mujeres.
Señaló que las modificaciones legales
de junio de 2019, conocidas como “Paridad en Todo”, también defienden la
incursión femenina en el espacio político. Aunque aún hay dificultad
para alcanzar la paridad en la postulación a los cargos unipersonales,
como las gubernaturas.
“La casi nula presencia histórica de
mujeres para poder ser elegidas gobernadoras, nos invita a repensar las
condiciones que se deberán crear para su participación”, señaló.
Otro reto que expuso Ravel será la participación de las mujeres
afromexicanas, indígenas y personas que no asuman un género, a partir de
la norma binaria sexual en las próximas elecciones de 2021.
La exmagistrada electoral, María del Carmen Alanís Figueroa, señaló
que a pesar de los avances para reconocer la violencia política, en
Chiapas, Michoacán y Baja California Sur, los partidos políticos
impugnaron las reformas por medio de acciones de inconstitucionalidad
ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En otro
encuentro, organizado por el Instituto Estatal Electoral de Baja
California, la senadora por Movimiento Ciudadano, Patricia Mercado,
señaló que desde hace más de una década quedó claro que las mujeres
quieren el poder, y aunque se vea mal porque se cree que son
protagónicas o buscan fuerza; la paridad asentó que mujeres y hombres,
en 50 por ciento, deben tomar las decisiones sobre el rumbo político del
país.
La legisladora señaló que las aspirantes a cargos públicos también
quieren decidir sobre las políticas públicas, los presupuestos y las
reformas legislativas. También señaló que aunque hay quien teme que las
mujeres usen el concepto de “violencia política” para denostar a los
hombres, en realidad se trata de tener reglas claras del juego, es
decir, de reglas que garanticen que ellas pueden participar en política
sin violencia.
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