SATIRICOSAS
– Manú Dornbierer –
Pero aquellos a los que una vez pasado el huracán nos toca el sol de nuevo, el mar otra vez tranquilo y tibio como en ninguna otra playa del mundo que yo conozca , los que nos percatamos que en dos o tres días de lluvia la vegetación reverdece y brilla, esos, quedamos otra vez deslumbrados . Y bueno, los cielos con nubes de todos colores, tampoco son para desdeñarse. Ni las lunas enormes .Una vez tras otra Acapulco prueba que puede seducir al más rejego.
LO MALO SON LOS HUMANOS.
La Naturaleza no nos falla aquí. Sería injusto quejarse. Los humanos son otra cosa. Hace muchos años salió una caricatura del conocido Abel Quezada que aún se recuerda . Dios estaba haciendo al mundo y poniendo en lo que sería algún día México las cosas más bellas, 10 mil kilómetros de litorales tropicales, minas, bellísimas montañas retacadas de oro, plata, piedras preciosas, lagos divinos, variedades de maíz , frutas y verduras en tierras fértiles, un clima delicioso en la mayor parte del territorio . En fin … Y su ayudante le dice : Dios, ¿No le estás dando demasiado a un solo país? Espérate , le contesta Dios , ya verás , faltan los habitantes. Abel dibujó en su caricatura alusiva la mano de Dios sosteniendo con la punta de los dedos a un charrito. La historieta es insultante y no creo que los mexicanos seamos ningún horror, pero de que los hay , los hay.
En Acapulco serían los constructores unos de esos siniestros charritos . Y los construtores ricos . En Acapulco en las montañas siempre hubo muchos manantiales maravillosos . Eran decenas de “ojos de agua” semiescondidos entre la maleza y las soberbias rocas. Esa era el agua que alimentaba al puerto. Y los niños sabían donde estaban y se refrescaban en ellos. Y los visitantes que veníamos no fuera más que de la ciudad de México cuyos enormes lagos habían sido secados siglos antes y cuyos ríos se mandaban todos por un tubo, nos encantábamos con las “cuevitas” en las que brotaba agua natural, cristalina , exquisita .
Lo malo fue que los manantiales desaparecieron bajo edificios de lujo, hoteles , o restaurantes. Hay uno de unos queridos amigos , por cierto, que se engulló tres. Y no quiero decir cómo . Me enojé muchísimo y no soy capaz de frecuentar ese lugar aunque es muy bonito . Hay que llevar el amor de la naturaleza en el corazón . Y los buenos pa´nada legisladores debieron proteger ese collar de diamantes que eran los ojos de agua de Acapulco. Debieron conservarse para el público, para el uso y deleite de todos , y protegerse. Ahora son las pipas las que llevan el agua a las montañas.
Esto viene a colación por una historia actual más triste e indignante. La escacez de agua que padecen en Acapulco las colonias pobres es inaceptable. La gente no tiene agua, así de simple. Y las pipas que manda el Ayuntamiento no alcanzan . ¿Qué han hecho los gobernantes del puerto con ese tal CAPAMA?
Conozco una familia que vive en la colonia de La Laja y que sufrió de la penuria de agua . Es un joven matrimonio con dos bebés. No les alcanza nada para comprar pañales. No compren pañales industriales, les dije. Mis hijos crecieron con pañales de manta de cielo y franela que se lavaban y ya . Pero nosotros no tenemos agua, contestaron y no podemos ir al pozo , en las alturas de La Laja a lavar porque se apoderó de él La Maña y cobran ellos por el agua y nadie se atreve a ir por las amenazas ¿Qué amenazas? Entran a las casas y exigen “piso” también.
Una vez , cuando el almirante Sergio Lara era aún comandante de la Base Naval de Icacos , durante el siniestro calderonismo le pregunté que por qué los marinos no hacían más para proteger a la gente y me contestó: La gente se aguanta y no denuncia . Hoy Sergio Lara, retirado de la Marina, está a cargo de la seguridad de Guerrero y lo antes escrito es una denuncia. Ojalá haga la investigación pertinente y mande a las colonias de las orillas una vigilancia seria ,constante y decidida a rescatar los manantiales de manos infames .
LA UAG Y LA MEDICINA.
Otra. Escuché por radio que la Universidad Autónoma de Guerrero va a abrir más inscripciones a los estudiantes que quieran ser médicos. Es una buena noticia porque la universidad parecía estar cerrada para los guerrerenses que querían estudiar medicina . A personas sin recursos le pedía la UAG 100 mil pesos por delante para aceptar a estudiantes brillantes . Se tuvieron que ir a estudiar medicina a otros estados.
“Guerrero cumple”, es el slogan que inventó Zeferino . Pero ¿El cumplió? ¿Manuel cumplió? Y a los nuevos gobernantes no les dejaron con qué cumplir.
Pero no sólo son los altos funcionarios los que deben cumplir. Todos debemos cumplir si queremos que Acapulco siga no sólo de pie sino caminando hacia el futuro .
http://satiricosas.es.tl @manouscrita
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