VIOLENCIA
Confunde ese delito con prostitución, dice Lydia Cacho
Por: la Redacción
Cimacnoticias | México, DF.- La periodista Lydia Cacho aseguró que las autoridades del Distrito Federal incurren en una doble moral porque, por un lado, saben que en la ciudad existen establecimientos donde se da la trata de personas, la venta de alcohol y de drogas, y por otro, realizan redadas para detener a mujeres que “trabajan en la industria de la prostitución”.
En entrevista con el periodista Javier Solórzano, la autora de libros como “Los demonios del edén” y “Esclavas del poder” dijo que de forma errónea en México los policías, agentes del Ministerio Público (MP) y fiscales siguen confundiendo la trata de personas en su modalidad de explotación sexual comercial con la prostitución.
Así lo explicó a propósito de la denuncia de un grupo de mujeres del bar “Cadillac”, quienes aseguraron que fueron detenidas sin justificación hace unas semanas, en un operativo de la Fiscalía de Trata de Personas de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), en la delegación Miguel Hidalgo.
La periodista afirmó que aunque el MP diga que tiene evidencia (condones y rastros de semen) para señalar que en el “Cadillac” había trata de personas, en realidad estos indicios revelan que en el lugar se ejercía la prostitución, que, aclaró, no es igual a trata de personas, ni es un delito penalizado a nivel federal.
Lydia Cacho apuntó que este tema ha abierto un debate en todo el mundo, e incluso en la ONU. Sostuvo que a las mujeres adultas no se les rescata ni se les puede considerar víctimas de trata de personas, “a quien se debe rescatar de la explotación sexual comercial es a las niñas menores de 18 años”.
Explicó que en el caso del bar “Cadillac” se dio muestra de que la prostitución y la trata de personas se considera un tema “moralino” y no un fenómeno socio-político, porque en vez de que la autoridad hiciera una investigación real y mandara agentes infiltrados para que conocieran el contexto de estas mujeres lo más fácil fue hacer una redada y detenerlas.
Agregó que la prostitución y la explotación sexual son producto de la violencia de género y enfatizó que nada justifica que se violente a aquellas mujeres que viven de “la industria del sexo comercial”.
Explicó que la gran mayoría de mujeres que están en este contexto son tratadas como objeto porque en México vivimos en una sociedad que avala que haya mujeres-objeto, es decir, mujeres que ejerzan la prostitución para satisfacer la necesidad de los hombres, lo que no debe ser un argumento para violar sus derechos.
La periodista que ha recopilado información sobre este tema en varios países, recordó que en México la prostitución y el ser cliente no es un delito mientras que en países como Suecia se penaliza al cliente y se protege a las mujeres, porque se les ofrece opciones de empleo y vivienda para que no tengan que trabajar en esas condiciones.
Criticó que en el DF haya organizaciones civiles que impulsan a la autoridad a hacer este tipo de arrestos y que la PGJDF no se pregunte cuál es la motivación para cerrar estos establecimientos, si ellos mismos otorgan los permisos para los bares, los moteles y hasta para que se venda alcohol en ciertos lugares.
Advirtió que al final las únicas que pierden son ellas porque están en manos de tratantes que las explotan o en manos de organizaciones que las persiguen, para que declaren que son víctimas.
“Venimos de una cultura que desde centurias se ha dedicado a separar a las mujeres en guetos, entonces tenemos una cultura del erotismo y la sexualidad donde unas son las mujeres pasa casarse, para ser novias: las decentes; y otras para que los hombres vayan a tener sexo con ellas”, lamentó la autora de la columna “Plan B”.
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