Zona de Reflexión
Este sábado 21 el mundo se unió por la defensa de las libertades, del
diálogo, la democracia y la paz. El mundo entero se sumó a la
convocatoria de las ciudadanas estadounidenses. La llamada nación de las
libertades salió del sueño americano para enfrentarse a su realidad: la
xenofobia, el antisemitismo, el sexismo y el odio que creció, como la
humedad, en los rincones del sueño americano.
Ni más ni menos que millones de mujeres de distintas partes del mundo,
acompañadas por hombres solidarios, salieron a apoyar a las de la unión
americana, para mostrar que el mundo está atento, alerta, del rumbo que
el presidente Trump quiere llevar.
Salieron para detener el autoritarismo, el sexismo, el odio y la
misoginia. Llenaron las calles de prácticamente todas las ciudades del
territorio Americano y de otras ciudades, en por lo menos 37 naciones.
Las mujeres lo tienen muy claro, la democracia les garantiza avanzar,
ampliar libertades, contar con espacios de diálogo para defender sus
Derechos Humanos, y de todas las personas, caminar a la igualdad.
Saben bien que el autoritarismo les garantiza retrocesos en todos los
derechos, amenaza su independencia, se vuelve contra ellas y contra
todas las personas diferentes a la hegemonía en el poder. Por ello las
personas de la diversidad sexual, las personas migrantes, la población
musulmana, todas aquellas que han recibido el odio del actual presidente
de Estados Unidos salieron para defender lo que hasta ahora han ganado y
se encuentra en peligro.
No es casual entonces que ellas hayan convocado a la marcha y que otras
mujeres del mundo salieran a defender la democracia de la unión
americana, cuando la derecha acecha en todas partes del planeta. Nadie
quiere una guerra más.
Ni bien se acaba de asimilar la solidaridad mundial, cuando el
presidente Trump da un aviso como respuesta a las mujeres de dentro y
fuera de los Estados Unidos, revivir la controvertida “regla global de
la Mordaza”, creada por el ex presidente Reagan.
Con esta ley, el impacto directo va para la vida de las mujeres más
pobres de todo el mundo, pues los apoyos que provengan de fundaciones
estadounidenses no podrán usarse para promover la anticoncepción y con
ello protegerse del Vih/Sida, evitar embarazos no deseados y la
realización de abortos en condiciones de inseguridad.
Esta política es una orden ejecutiva que va y viene dependiendo del
partido en la Casa Blanca: Ronald Reagan la escribió en 1984; Bill
Clinton la revirtió cuando asumió el cargo; George W. Bush la puso de
nuevo 8 años después; Barack Obama la anuló y Trump la revive
nuevamente, más como venganza a la movilización multitudinaria de las
mujeres de todo el mundo.
Las regresiones, hoy hechas realidad, fue lo que movilizó a las mujeres
de Estados Unidos y del mundo. Parece que Trump, gobernará a golpe de
retrocesos de Derechos Humanos, aunque ello signifique la muerte para
muchas personas.
La era Trump está aquí y más vale que tomemos medidas para proteger nuestra autonomía, nuestras libertades y la democracia.
*Periodista y feminista, Directora General de CIMAC
Twitter: @lagunes28
Imagen retomada del portal Tribuna Feminista.
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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