Ayuda a mujeres en riesgo de exclusión social en Nepal
Me llamo Nasreen Sheikh. Tengo aproximadamente 25 años, ya que no sé
exactamente cuál es mi fecha de nacimiento. Crecí en un pueblo muy
conservador y corrupto en la frontera de India con Nepal. Es un lugar en
el que las mujeres no tienen absolutamente ningún derecho”. Así
comienza la protagonista de esta desgarradora historia a contar su
experiencia en su página web.
EDUCACIÓN Y TRABAJO INFANTIL
Tenía tan solo 8 o 9 años cuando empezó a darse cuenta de la brecha que
existía entre mujeres y hombres. Pocos años después, comenzó su
explotación como trabajadora infantil: “Trabajaba 15 horas al día por no
más de 5 dólares diarios: fue una experiencia realmente dura”, recuerda
Nasreen. Se dedicaba al sector textil y las prendas que elaboraba sin
descanso, se enviaban a países de Europa y a Estados Unidos.
En 2006 emprendió su primer intento por ir a la escuela: “Sentí que sin
educación no iba a ser capaz de entender el mundo real y la gente me iba
a utilizar a su favor”. Recuerda cuando su jefe no les pagó durante un
mes y cree que si hubiera recibido una educación, no habría caído en la
trampa de los que la oprimían.
Finalmente, comenzó sus estudios en Cachemira, India. Debido a las
tensiones políticas que han convertido esta región en un lugar inseguro y
repleto de soldados, se vio obligada a abandonar. Así lo cuenta ella:
“Un día cayó una bomba cerca de la casa en la que vivía: todo se veía
negro y polvoriento. Esa fue la primera vez que vi balas disparadas en
el cielo”.
A los 18 años se enfrentó a una de las situaciones más complicadas de su
vida: huyó de un matrimonio forzado. “El problema es que cuando las
mujeres cumplen 23 años se consideran demasiado viejas para casarse. Así
que mi familia decidió prometerme con un hombre al que no conocía y con
el que nunca había hablado, ¿cómo voy a querer casarme con él?”,
explica Nasreen.
LOCAL DE MUJERES
En 2010, fundó un Local de Mujeres en Kathmandú, Nepal. Se trata de un
negocio social, cuyo objetivo es proporcionar trabajo y educación a
mujeres en riesgo de exclusión social. Las mujeres que participan, lo
valoran muy positivamente, aunque también se han encontrado con
dificultades. Así lo cuenta Nasreen: “Mi trabajo produce vergüenza a la
mayoría de miembros de mi comunidad. Esto supone muchas dificultades
tanto para mí, como para mi familia y me duele pensarlo todos los días”.
En 2013, iniciaron un nuevo proyecto llamado “Centro de Aprendizaje para
Mujeres”. Sin embargo, la falta de recursos ha dificultado su
desarrollo. El edificio no está terminado y cuando llueve les es
imposible continuar con sus actividades.
Pero todas estas barreras no han conseguido parar este gran proyecto
lleno de ilusión y compromiso. Tienen en mente muchos proyectos más para
construir un mundo más equitativo y respetuoso.
EL SUEÑO DE NASREEN SHEIKH
Nasreen quiere retomar sus estudios. Sueña con estudiar astronomía y seguir viajando para contar su historia.
Se considera afortunada de tener todavía muchas metas por alcanzar.
Entre ellas: crear un cambio en la sociedad y mejorar la realidad de las
mujeres. Cree que una sola persona puede cambiar la sociedad, si cuenta
con el apoyo de otras. Poco a poco, con la ayuda de más gente, podrán
completar sus proyectos y continuar construyendo otros.
Otro de sus propósitos, es inspirar al resto de mujeres para que
encuentren sus metas y luchen por alcanzarlas. Todo esto viene a raíz de
lo que observó en las mujeres con las que trabaja: “Muchas veces les
pregunto cuáles son sus sueños. Ellas siempre dicen que no tienen
ninguno…”
*Este artículo fue retomado del portal Tribuna Feminista.
Imagen retomada del portal de Tribuna Feminista
Por: Carmen Blanco Grigelmo*
Cimacnoticias | Madrid, Esp .- “
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