Ririki Intervención Social pide invertir en menores de edad
En México, 55.2 por ciento de la población de niñas y niños menores de 6 años vive en condición de pobreza.
En el libro “Políticas Públicas de Atención a la Primera Infancia: El
caso de la Ciudad de México”, presentado ayer por la organización Ririki
Intervención Social, se destaca que son pobres más de la mitad de los
13 millones 249 mil 872 de la población infantil en la primera infancia,
etapa que de acuerdo al Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia
(Unicef) comprende de los cero a los 5 años de edad.
La coordinadora del libro y directora general de Ririki, Nashieli
Ramírez Hernández, señaló que es indispensable atender a este sector de
la población por encontrarse en una etapa fundamental para el
crecimiento porque en ella se forman las capacidades y condiciones
esenciales para la vida y la mayor parte de las conexiones cerebrales.
Durante la presentación del libro la coordinadora del Programa Infancia
de la Universidad Autónoma de México (UAM) Xochimilco, Norma del Río,
recalcó que al implementar políticas públicas para la primera infancia
se reconoce a esta población, desde su nacimiento, como sujeta de
derechos.
En ello coincidió la Oficial para el Desarrollo Infantil Temprano de la
Unicef México, Jimena Lozano, quien dijo que en el caso de la Ciudad de
México, generar políticas públicas para esta población “impacta
directamente y en menor tiempo la vida de las niñas y niños de la
ciudad, que se sabe son más de 738 mil, lo equivalente a la población
total de ciudades como Saltillo, San Luis Potosí, Culiacán o Querétaro”.
La representante de la Unicef en México mencionó que los aspectos que
más preocupan son la educación y la salud de la primera infancia.
Según la Secretaría de Educación Pública (SEP), la cobertura de
educación inicial (preescolar) es de apenas 12 por ciento. La oferta
pública de cuidado infantil en el país está a cargo de la Secretaría de
Desarrollo Social (Sedesol), el Instituto Mexicano del Seguro Social
(IMSS), el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los
Trabajadores del Estado (ISSSTE), el Sistema Nacional de Desarrollo
Integral de la Familia (DIF) y la SEP, además de la oferta privada, para
la que no existe un marco regulatorio.
En cuanto a la salud se estima que en 2016 la cifra de niñas y niños en
la primera infancia con desnutrición fue de 479 mil 339, de éstos, la
mayoría son indígenas en zonas rurales. En el otro extremo, de acuerdo a
datos de la “Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2012”, 8.2 por
ciento de la infancia del país tiene obesidad.
El coordinador de Vinculación, Dependencias y Órdenes de Gobierno del
Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes
(SIPINNA), Daniel Ponce Vázquez, hizo hincapié en la importancia de
aumentar la inversión en la primera infancia:
“La inversión debería ser, por lo menos del doble, para estar a la par
de los países miembros de la Organización para la Cooperación y
Desarrollos Económicos (OCDE)”, dijo.
Según el estudio “Los invisibles. Las niñas y los niños de 0 a 6 años:
Estado de la Educación en México 2014”, de la organización Mexicanos
Primero, en 2009 el gasto acumulado para menores de 6 años de edad fue
de 6 mil 589 dólares por niño en México; ese año Chile, Polonia y Corea
del Sur gastaron el doble.
Cambios en la Co-crianza
El libro se presentó en la “Jornada por la Primera Infancia en la Ciudad
de México”. En un conversatorio, el director general de Acciones
Educativas para el Desarrollo A.C, René Mauricio Sánchez, mencionó que
es importante incidir desde las prácticas de crianza, es decir en las
acciones que se hacen para el cuidado y atención de las y los niños y
precisó: “Son acciones políticas que hace una sociedad de acuerdo a cómo
quiere que sean sus futuras generaciones”.
En ese sentido el director general de Género y Desarrollo A.C. (GENDES),
Mauro Vargas Urías, opinó que para vencer el estereotipo de que la
crianza es algo exclusivo de las madres es necesario cambiar la
educación en casa: “Los hombres tenemos que involucrarnos en la
educación durante los primeros años para romper la cultura machista”,
afirmó.
La directora general de Ririki dijo que las relaciones estereotipadas
con las que crecen niñas y niños se forman desde la primera infancia por
lo que la participación equitativa de madres y padres en la co-crianza
es indispensable para desmontar los roles de género existentes.
Especial Por: Montserrat Antúnez Estrada
Cimacnoticias | Ciudad de México.-
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