Bajo la lupa
Alfredo Jalife-Rahme
El jefe de la diplomacia estadunidense, Rex Tillerson, y su homólogo
saudí, Adel al-Jubeir, hablan con periodistas, ayer en RiadFoto Afp
En vísperas de la
relección de Hasann Rouhani en Irán y de la espectacular visita
militarizada del atribulado Trump a Arabia Saudita (AS), la batalla por
el control del estratégico punto fronterizo Al-Tanf de Siria con Irak
cobra relevancia significativa, sumada al lanzamiento de un misil por
los hutis de Yemen en las cercanías de Riad, un día antes de la llegada
de Trump a la capital saudita, que fue interceptado.
Dos días antes del arribo de Trump a Riad, el ejército de EU
bombardeó un convoy de milicianos chiítas de Irán y de Irak vinculados
al gobierno sirio en el poblado de Al-Tanf, cerca de la frontera con
Jordania e Irak, que cobró la vida de seis milicianos y 25 heridos (https://goo.gl/kDHaei).
El nuevo bombardeo no tuvo nada que ver con la propaganda del
Pentágono que alegó como motivo atacar a los yihadistas cuando en
realidad está en juego la captura de Al-Tanf, en el desierto occidental,
que conecta a Siria con Irak e Irán (https://goo.gl/BmYwAz) –el famoso
Creciente chiíta–, no muy lejos de la importante ciudad de Deir-ez-Zor, pletórica de petróleo.
Respecto al bombardeo contra el convoy militar de los aliados chiítas
de Bashar al Assad, el canciller ruso, Sergei Lavrov, lo calificó de
inaceptable,
ilegitimoe
ilegal, porque viola la soberanía siria (https://goo.gl/CSg7TR).
¿A quién le importa la
soberaníade Siria, al borde de la balcanización programada por Israel (https://goo.gl/4DtWDk)?
La relección de Rouhani (68 años), con una afluencia masiva de 70 por
ciento, comporta un doble significado doméstico y regional. Su triunfo
frente al poderoso contrincante Ebrahim Raisi –juez clerical de 56 años,
que puede ser el sucesor del ayatola Jamenei (77 años), a seleccionar
por la Asamblea Clerical de Sabios de 86 miembros–, marca el deseo de la
teocracia chiíta de proseguir su tortuosa apertura con
Occidente, en el marco del acuerdo nuclear del P5+1 vituperado por los superaliados Trump y Netanyahu.
Pese al levantamiento de sanciones por el P5+1,Trump optó por nuevas
sanciones unilaterales sin la participación de los otros cinco
cosignatarios, bajo el pretexto de las pruebas misilísticas de la
teocracia chiíta.
El declive de Turquía, miembro de la OTAN vapuleado financieramente por sus aliados
occidentales, propulsó a Irán al segundo lugar de la economía medio-oriental, detrás de Arabia Saudita.
Irán detenta el segundo lugar de mayores reservas de gas natural del
planeta y el cuarto lugar de reservas de petróleo. Su economía creció
casi 9 por ciento en el último trimestre de 2016 y 5 por ciento en el
primer trimestre, pero su maná no ha permeado a los jóvenes (mitad de la
población con un alto índice de desempleo).
Los
conservadores(en la lingúistica maniquea de
Occidente) han criticado al
reformistaRouhani de haber apostado demasiado a EU cuando soñó atraer 140 mil millones de dólares para la infraestructura de Irán, pero solamente consiguió un raquítico 10 por ciento debido a las presiones de Washington a sus socios europeos (https://goo.gl/5uYVPz).
Rouhani mantiene una postura muy optimista en su tambaleante relación
bilateral con Trump, quien ha denunciado –al unísono de su superaliado,
el premier israelí Netanyahu– el acuerdo nuclear lubricado por Obama
quien se había alejado notoriamente de Israel y Arabia Saudita.
Los cinco grandes poderes regionales de Medio Oriente (https://goo.gl/6tOQiH)
no han variado en su esencia (Arabia Saudita, Irán, Turquía, Egipto e
Israel; este último, el único que posee 400 bombas atómicas
clandestinas), pero no es lo mismo Obama que Trump, quien practica una
política diametralmente opuesta en la región.
El portal israelí Haaretz asienta que Trump hace
todo lo opuestode lo que hizo Obama en Medio Oriente (https://goo.gl/451v4K).
Con Trump los vientos no son favorables a Irán (90-95 por ciento de
chiítas), que sufre embates de EU e Israel desde Líbano pasando por
Siria hasta Yemen.
Trump, quien no oculta su iranofobia (como tampoco su
mexicanofobia), apretó también las tuercas de las sanciones financieras
contra la guerrilla libanesa chiíta Hezbolá, aliada de Irán.
Rouhani recibió felicitaciones de los principales mandatarios del
planeta, mientras era regañado por el secretario del Departamento de
Estado, Rex Tillerson, quien en una conferencia conjunta en Riad con su
homólogo saudita, Adel al-Jubeir, exhortó a
finiquitar todo el apoyo y financiamiento de Irána las
fuerzas desestabilizadoras(sic) que existen en la región(https://goo.gl/BD4cBR).
Trump –quien viene de sufrir las dos peores semanas de su breve
presidencia y ha sido puesto en jaque por los servicios de espionaje del
Deep State–, recibió un trato
realpor el rey saudita Salman, de 81 años, quien acudió a recibirlo al aeropuerto con toda la pompa y circunstancia, quizá para hacerle olvidar los estragos que padece en Washington.
El primer día de su visita a Arabia Saudita, Trump descolgó un
contrato multimillonario de venta de armas y otros utensilios
cibernéticos por 110 mil millones de dólares inmediato, que el NYT afirma fue operado por su polémico yerno, el
judío ultra-ortodoxoJared Kushner (https://goo.gl/koz6zG).
De acuerdo con Sarah Sanders, vicesecretaria de Prensa de la Casa
Blanca, la venta de armas podría alcanzar 350 mil millones de dólares en
los próximos 10 años (https://goo.gl/Bg6QAI).
Suena impresionante que Arabia Saudita sea el cuarto mayor comprador
de armas del mundo después de EU, China y Rusia, según SIPRI, lo cual
delata su enorme temor por el ascenso de Irán, que resultó triunfador en
Irak, Líbano y parte de Siria.
El israelí-estadunidense Gary Cohn, director del Consejo Nacional
Económico de la Casa Blanca, exultó feliz por todos los negocios
descolgados con los sauditas: “Mucho dinero. Muchos dólares (https://goo.gl/9w8ra6)”.
El comercio bilateral de EU y Arabia Saudita no es nada boyante; el
año pasado alcanzó 38 mil millones de dólares, pero la futura
privatización de la petrolera estatal Aramco –fomentada por el
vicepríncipe heredero Mohammed bin Salman, de 31 años, quien ya visitó a
Trump en la Casa Blanca– planea llevar el intercambio comercial a la
estratósfera.
Las delegaciones de EU y Arabia Sudita discutieron los temas del
petróleo, Irán (sic) y Siria, y para el segundo día de la visita de
Trump están programadas dos magnas cumbres, una con las seis
petromonarquías del Consejo de Cooperación del Golfo y, otra, la cumbre
arabo-islámico-estadunidense de 55 países (¡supersic!) provenientes de
Medio Oriente, África y Asia, lo cual resalta la enorme influencia de
Arabia Saudita, primera potencia económica regional y segunda productora
de petróleo detrás de Rusia. Ambas cumbres
confrontarán el común enemigo Irán.
Trump aprovechará la escenografía para pontificar a los asistentes sobre su visión tolerante (¡supersic!) del Islam.
Se perora mucho sobre la propuesta bélica de Trump de crear una
OTAN sunnita.
Del total de mil 570 millones de musulmanes en el mundo, 87-90 por
ciento es sunnita, mientras el restante 13-10 por ciento es chiíta (https://goo.gl/shn4px).
¿Programan Trump y Netanyahu una
guerra de 30 añosentre sunnitas y chiítas?
Quedan atrás las diatribas de Trump a Arabia Saudita, a quien llegó incluso de acusar estar detrás del 11/S (https://goo.gl/GDgLBE). ¡La magia del petróleo, el dinero y las armas!
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