Aunque
los recursos destinados al desarrollo social sigue siendo insuficientes
para abatir la pobreza en el país, todavía con eso no se ejercen
completamente. De acuerdo a un análisis del Centro de Estudios de las
Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados indica que, “aunque el gasto
en salud, educación, desarrollo social y rural es definido como
prioritario en los proyectos presupuestales de cada año, a la hora del
ejercicio de los recursos, son relegados por otros rubros”.
En 2016,
detalla, el gasto del Gobierno federal superó 12.9 por ciento el
presupuesto aprobado por el Congreso. Sin embargo, “la mayor parte del
sobreejercicio correspondió a ramos como Energía, Presidencia y Función
Pública”, se ha dicho.
En cuanto a
Salud, Desarrollo Social y Agricultura, no se ejercieron 16 mil 272
millones de pesos. Entre los programas con más subejercicio están el
Seguro Popular, Prospera, Pensión para Adultos Mayores y Comedores
Comunitarios.
“De 2008 a
la fecha, el gasto destinado a funciones sociales concentra más del 50
por ciento del gasto programable de la Federación”, da cuenta el
análisis. Y alerta, “ese gasto no ha sido suficiente para reducir la
pobreza”. Por el contrario, apunta, “la OCDE ha señalado que el gasto
social en México es muy bajo para eliminar la pobreza y hacer que la
sociedad sea más incluyente”.
“Resulta
contradictorio que aun cuando el Congreso aprueba recursos para las
prioridades de gasto, e incluso ampliaciones sobre las propuestas
originales del Ejecutivo, éstos no se ejerzan en su totalidad.
Las
recurrentes brechas entre los recursos aprobados por la Cámara de
Diputados para las prioridades de gasto en materia de desarrollo social y
los montos finalmente ejercidos denotan la necesidad de lograr una
mayor congruencia entre ambos, con la finalidad de contribuir a
disminuir la desigualdad económica y social que prevalece en el país”,
señala.
“(En el
caso de) los sectores más vinculados a las prioridades de gasto, tales
como salud, desarrollo social y agricultura, a lo largo de los últimos
nueve años sus presupuestos ejercidos son inferiores a los que
originalmente les aprobó la Cámara de Diputados; mientras que en los
ramos vinculados a funciones de gobierno, el comportamiento observado es
inverso, esto es que ejercen, normalmente, por encima de lo aprobado”,
apunta.
También
informa que, “los estados y municipios del país no realizaron o dejaron
incompletas la mitad de las obras de infraestructura proyectadas en 2016
para combatir la pobreza.
El año
pasado, los gobiernos locales obtuvieron 61 mil 419 millones de pesos
del Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS),
perteneciente al Ramo 33”.
De acuerdo
a un análisis hecho por Reforma a los reportes estatales y municipales
entregados a la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), responsable
de coordinar el fondo, muestra que el 50 por ciento de las obras no
fueron concluidas y se dejaron sin ejercer al menos 23 mil 870 millones
de pesos.
Por su
parte, Leonardo Núñez, investigador de Mexicanos contra la Corrupción y
la Impunidad, explicó que “en ocasiones los recursos de fondos federales
no llegan a los gobiernos locales por razones políticas o porque las
autoridades deciden no utilizarlos.
Cuando un
recurso del fondo no se ejerce, sube al Ramo 23 (de Provisiones
Salariales y Económicas). Ese es el recurso que se mueve de manera
discrecional”, advirtió.
El autor
de “¿Y dónde quedó la bolita?” aseguró que “el FAIS es uno de los fondos
federales más opacos, ya que no todos los estados y municipios
transparentan el uso que hacen de los recursos”.
Un
análisis realizado al Fondo de Infraestructura Social para las Entidades
(FISE), que es parte del FAIS, arrojó que el Gobierno de Colima no
proporcionó información sobre presupuesto disponible ni el avance físico
o financiero de sus obras.
Por su
parte, el Gobierno de Nuevo León, con 5 millones de pesos en presupuesto
para obras a cargo del estado, “no reportó avances físico ni financiero
porque las obras estaban repetidas o porque forman parte de otro
proyecto”.
Núñez
también advirtió que “el FAIS ejerce de forma recurrente fondos en obra
innecesaria. Según la Sedesol, 23 por ciento de la inversión del año
pasado fue complementaria o especial, es decir, no tiene un incidencia
directa sobre las carencias sociales de los mexicanos en situación de
pobreza”.
Así, 8 mil
585 obras fueron etiquetadas como “Otros Proyectos”. Los gobiernos
usaron recursos para instalar paneles solares, construir bardas y
banquetas, y hasta para comprar equipo fotográfico.
Eduardo
Calderón, jefe de la Oficina del Secretario de Desarrollo Social, Luis
Enrique Miranda, reconoció que “34 de cada 100 pesos del FAIS no se
utilizan en intervenciones que incidan de manera directa en la pobreza”.
Esto a
pesar que, “desde 2014, la Sedesol hizo más estricto su catálogo de
obras de infraestructura permitidas”. Por instrucción de la Sedesol, los
gobiernos dieron prioridad en 2016 a los proyectos para construir
techos firmes y pisos de tierra en las viviendas, “pese a que es la
carencia social con menor incidencia en el país” se ha informado.
En 2016,
las entidades que reportaron la realización de 47 mil 577 obras de
infraestructura relacionadas con techos y pisos firmes, equivalente al
40 por ciento de las obras.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario