Las mujeres periodistas se enfrentan a un poder político y económico que
las hace frágiles y agrede en impunidad, pues aunque se denuncia, las
fiscalías en los estados no avanzan para resolver las denuncias, señaló
la directora de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), Lucía
Lagunes Huerta.
Durante la presentación del tercer informe de agresiones a mujeres periodistas CIMAC "El poder del cacicazgo", la periodista informó que durante los últimos dos años, se han incrementaron en un 70 por ciento las agresiones a comunicadoras.
Para el caso Veracruz, desde el 2012 se han registrado 59 agresiones a mujeres periodistas, la mayoría son de intimidación, violencia psicológica, y hasta agresiones físicas y sexuales.
Lo más grave es que ninguna de estas denuncias tienen una respuesta: “La impunidad sigue siendo uno de los grandes retos a vencer, pues aunque hay más denuncias, no hay investigación, ni respuesta para resolver las amenazas”.
En su intervención, la coordinadora de redes de Cimac, Fabiola González, señaló que también se han registrado ataques en redes sociales, situación que a veces es minimizada por las autoridades, lo que va en detrimento de las mujeres.
EL INFORME
“El Poder del cacicazgo: Violencia contra Mujeres Periodistas 2014-2015”, fue elaborado por CIMAC, la primera organización en hacer un registro y documentación de agresiones contra mujeres periodistas. A la fecha, ha realizado tres informes de violencia exclusivamente contra mujeres periodistas, el primero fue el “Informe Diagnóstico Violencia contra mujeres periodistas”; el segundo “Impunidad Violencia Contra Mujeres Periodistas Análisis Legal” y ahora éste tercero.
En “El Poder del Cacicazgo” se contabilizan 147 atentados a la libertad de expresión de mujeres periodistas en 24 entidades del país. Al analizar la violencia contra la prensa, concluye que actualmente las periodistas enfrentan el poder de los caciques, es decir, de personas o colectivos que en la ilegalidad o con el apoyo de las autoridades emplean recursos económicos, políticos o culturales para dañar, desprestigiar, amenazar e impedir que realicen su trabajo.
En 89.6 por ciento de los 147 casos registrados se encontró que los agresores eran personas con cargos públicos, de poder, o eran miembros del crimen organizado lo que demuestra que quienes realizan investigación periodística para evidenciar corrupción o abuso de poder, se convierten en enemigas de ciertos grupos autoritarios.
En el periodo 2014-2015 Veracruz, la Ciudad de México, Guerrero, Oaxaca y Morelos se colocaron como las entidades más peligrosas para las periodistas. El panorama de la violencia no cambió mucho con respecto a 2012-2013 cuando CIMAC presentó su informe “Impunidad. Violencia contra Mujeres Periodistas. Análisis Legal”.
En esta actualización se encontró que Veracruz concentró el mayor índice de violencia con 19.7 por ciento de los casos; seguido por la Ciudad de México con 18.7 por ciento; Guerrero con 8.1 por ciento; y Oaxaca y Morelos ocuparon el cuarto lugar con 5.4 por ciento de los casos, cada una.
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