Pedro Echeverría V.
1. El presidente López Obrador recibe vientos por los cuatro costados; son tan grandes y poderosos que parecen convertirse en tormenta. Él cree capotearlos, pero el ejemplo del derrocamiento de Evo Morales –el presidente más honesto y ligado a su pueblo en América Latina, el más grande constructor de beneficios para el pueblo indio de Bolivia- puede ser el ensayo con mejores resultados para el gobierno yanqui y sus socios de aquel país. Me desespera, me entristece, que ya no se esté hablando del regreso victorioso de Evo Morales para recuperar su gobierno, sino que se ha publicado lo contrario: “que un comando militar de EEUU buscará secuestrar a Evo en su exilio mexicano para encarcelarlo en la gran cárcel anticomunista de Guantánamo en Cuba.
2. Ahora pienso en el gobierno de López Obrador, también con un fuerte apoyo electoral pero sin experiencia en manifestaciones y luchas en las calles. Pienso en lo fácil que fue el golpe de Estado a Evo, en las manifestaciones indígenas masivas que pidieron la renuncia de los golpistas, pero lo peor ha sido que parecen estar entrando los líderes indígenas en “arreglos pacíficos”, demostrando con ello que son fáciles de engañar. Puta madre, sin esto de Evo termina de esta manera, a pesar de contar con un 60 por ciento de apoyo de la gente, un golpe de Estado al gobierno de López Obrador sería muy necesario y urgente para los EEUU y los multimillonarios empresarios de México. Me recuerda 1973 en Chile cuando fue derrocado Salvador Allende por Pinochet y las decenas de miles de asesinados.
3. Allende fue asesinado en sus oficinas del palacio nacional por resistir; Evo entregó pacíficamente su gobierno y se refugió en México, siendo lo más correcto para evitar un baño de sangre. Pero lo condenable es haber confiado de enero de 2006 a noviembre de 2019 en una clase empresarial que no lo podía aceptar por “indio”, tampoco permitir que le frenen sus enormes negocios. ¿Cómo confiar en poderosos asesinos racistas que todos los días explotan y exprimen a otros seres humanos? Creo que igual y peor es la confianza de López Obrador que ni mínimamente piensa en un golpe de Estado. Conozco muy bien la técnica y la práctica del cultivo de los enemigos con el fin de que te enloquezcas con los halagos, bajes tus defensas y te den los golpes necesarios. Espero que López Obrador resista y se burle del “cultivo”.
4. Me han contado que Yucatán, México, es “la tierra del cultivo”; que algunas personas han llegado al borde de la locura y la muerte con ese “juego” en la que un grupo de personas se ponen de acuerdo en secreto para adular, cultivar, engañar a alguien, diciéndole que es “muy inteligente”, “muy sabio”, “muy querido”, “el más bondadoso”, que “lo adoran por las mujeres”, o que “pronto será escogido para un cargo”. Es “un juego” muy irresponsable porque las personas poco entendidas creen al grupo y se enloquecen. En política es muy fácil adular, sobre todo cuando tus enemigos te dicen que tu gobierno está muy bien y que debes continuar por el mismo camino e insisten en que no le hagas caso a las críticas y al pesimismo, aunque te las hagan compañeros de lucha. ¡Espero que la experiencia de Evo le sirva a AMLO para no confiar y prepararse! (28/11/19)
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