Hace 4 años como
parte de las actividades del 25 de noviembre, Día Internacional para la
Eliminación de la Violencia contra las mujeres, la empresaria Malena León
organizó un tianguis con productoras y artesanas locales. En ese evento también
hubo pláticas sobre feminismos y emprendimiento. Así comenzó “Hechiceras”.
“En ese entonces
hubo una efervescencia de tianguis en la ciudad, que ayudó mucho porque las
personas iban a comprar y logramos mucha presencia y estar en varios eventos
como grupo de mujeres de Hechiceras” comenta Nidia Chávez Méndez, una de las
integrantes de la colectiva social.
La conformación de
la tienda fue un asunto orgánico que se fue dando de manera natural, ir en
grupo de un lugar a otro llegó el momento en que ya no era tan redituable y
resultaba desgastante para la mayoría por eso cuando se presentó la oportunidad
de instalar la tienda en el Museo de la Ciudad de Tuxtla no lo pensaron dos
veces.
La mayoría de
productoras y artesanas eran de la ciudad, pero con el tiempo se fueron uniendo
de otros municipios. En la colectiva social hay mujeres que representan
alrededor de 25 proyectos productivos y artesanales de ellos 11 son de mujeres
indígenas. En la tienda hay 36 productos diferentes de estos 25 proyectos.
Dentro de la
colectiva se busca trabajar bajo los principios de horizontalidad, sororidad y
comercio justo. Para sostener los gastos que significa tener un establecimiento,
las productoras y artesanas pueden dar una cuota de recuperación, o bien,
trueque de trabajo dando horas de su tiempo para atender el negocio.
“Las personas que
vienen a la tienda pueden tener la certeza que se está tratando con las
productoras, que nos regimos bajo un concepto de comercio justo y que
intentamos también el empoderamiento de las mujeres por este medio” comentó
Nidia.
Para muchas de las
mujeres de la colectiva el poder tener la tienda les permite complementar sus
ingresos, de otras es su única fuente de financiamiento. Hay mujeres que han
logrado despegar y dar a conocer su proyecto gracias a “Hechiceras” y cuentan
ya con su propio espacio de comercialización.
Además de la
tienda, la colectiva promueve entre sus integrantes talleres de creación,
mercadotecnia y feminismo. También ofrecen apoyo a otros grupos de mujeres que
buscan comercializar sus productos, como las artesanas desplazadas de Chenalhó
con quienes colaboran para que puedan vender sus textiles tanto en la tienda
física como en línea.
Estas mujeres tienen muy claro que en colectivo se trabaja mejor, que
la labor de una al unirse con el de otras se magnifica, que trabajar en
contra de la violencia hacia las mujeres pasa también por un asunto de
empoderamiento económico y será siempre un asunto transversal.
Tuxtla Gutiérrez, Chis.
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