El proyecto de
reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del sector privado
con empleo formal registrados en el IMSS no tiene el sello de la 4T. Es
una reforma de corte neoliberal que concederá en el futuro algunas
mejorías importantes a los trabajadores, pero ha dejado intacta en manos
del sector financiero –las Afores–, la administración de 4 billones 300
mil millones de pesos (más lo que se vaya acumulando). Es la mayor
acumulación de capital de la historia del país y podrán seguir
invirtiendo el dinero hasta con mayor libertad de la que tienen ahora.
Inclusive, queda pendiente bajar las comisiones, no obstante que las que
cobran en México son de las más altas del mercado internacional. Se
habla de bajarlas a 0.7 por ciento, “el promedio internacional, lo cual
es erróneo, ya que el promedio es 0.5 por ciento. Tan fue del agrado del
sector empresarial el proyecto, que el presidente de Coparmex, Gustavo
de Hoyos, declaró:
Esta es la más importante iniciativa que se ha presentado en este sexenio. Para que atestiguara la firma del proyecto, resucitaron a uno de los líderes del sindicalismo charro cetemista: Carlos Aceves del Olmo. El encargado de saludar la iniciativa fue el senador Ricardo Monreal. Los dirigentes de los organismos empresariales tienen un aliado en el Congreso.
Ventajas
Algunas de las ventajas que, según el proyecto, la
reforma derivará a los trabajadores son estas, no en el presente, sino
en un futuro que todavía no tiene fecha precisa: – Elevar la pensión en
40% de los trabajadores en promedio. Para los que percibían hasta un
salario mínimo, el beneficio sería de 103%, y de 54% para los que ganan
hasta cinco salarios mínimos – Reducción a 750 en las semanas de
cotización para el derecho de una pensión garantizada (con un
crecimiento gradual y posterior para alcanzar las mil semanas). – La
aportación patronal se elevará de 5.15% a 13.87%. (Los dirigentes de los
organismos cúpula no consultaron a los pequeños y medianos empresarios;
habrá muchos que se resistan a pagar). – La aportación de los
trabajadores no tendrá un incremento. – La aportación del Estado
modificará su composición para beneficiar a los trabajadores de menores
ingresos, pero sin incrementar su monto total.
Hace falta conocer más detalles. Por lo pronto, en estos días de
pandemia, los trabajadores seguirán sin poder hacer retiros sustanciales
de sus ahorros.
Starbucks, Domino’s Pizzas
El corporativo Alsea, operador de las franquicias
Starbucks y Domino’s Pizzas, informó que durante el segundo trimestre
del año registró pérdidas por 2 mil 578 millones de pesos en su utilidad
neta a causa del impacto de la pandemia. Sus ventas cayeron 64 por
ciento. Hizo reducción de gastos de operación por 3 mil 211 millones en
el periodo, que afectó los ingresos de los trabajadores. De abril a
junio operaron 4 mil 256 tiendas, 218 menos en comparación con el mismo
periodo de un año antes.
INE: gradualismo y continuidad
Negociación de consejeros
Delgado: cortesías futuristas
Regresa el avión presidencial
A fin de cuentas terminaron
fortalecidos el modelo de organización y gestión del Instituto Nacional
Electoral (INE) en su versión tradicional; la Confederación Patronal de
la República Mexicana (Coparmex) y los partidos y agrupaciones que
impulsaron la campaña de
defensade ese INE y, en especial, el antiobradorismo partidista que en la Cámara de Diputados avanzó (con pretensiones de pedagogía nacional y con calendario intermedio 2021 y revocatorio 2022) en la demostración de que la arrolladora mayoría de Morena-AMLO y sus aliados, en 2018 y a la fecha, puede ser convertida en una fuerza ineficaz respecto a sí misma, necesitada de negociar y ceder para tratar de seguir avanzando.
Desde el diseño del Comité Técnico de Evaluación, sus integrantes y
sus formulaciones para examinar a los aspirantes, hasta el cierre del
ciclo que se realizó ayer en la Cámara de Diputados con una especie de
fotografía de unidad entre partidos e intercambio de elogios entre éstos
por sus presuntos logros democráticos, el proceso de designación de los
cuatro consejeros, conducido por el ebrardista Mario Delgado, fue
regido por un criterio que privilegió las capacidades burocráticas, de
conocimientos jurídicos y experiencia de campo y de entendimiento de los
entretelones del funcionamiento del INE y de sus versiones estatales,
los Organismos Públicos Locales Electorales.
Es decir, se instauró un criterio de continuidad de lo que ha habido y
hay, no de cambios profundos y mucho menos revulsión. No se buscaron,
sino que se rechazaron, los perfiles fuertes para impulsar
transformaciones a la medida de los tiempos que corren; quedan
conocedores de lo interno (en lo federal y lo estatal) para que el INE
siga corriendo sobre rieles mejor cuidados y atendidos.
Por ello es que los nombres de los cuatro nuevos consejeros, y sus
historiales, son importantes, pero no definitorios. Véase: Carla
Humphrey, con un historial vinculado al panismo, aunque ahora ha
colaborado con Santiago Nieto Castillo, el titular de la Unidad de
Inteligencia Financiera. Norma Irene de la Cruz Magaña, con experiencia
como observadora electoral internacional y ex asesora del entonces
senador Rutilio Escandón, ahora gobernador morenista de Chiapas. Uuc-Kib
Espadas Ancona, con experiencia en el Partido de la Revolución
Democrática, a cuyo nombre fue diputado federal y responsable electoral.
Y Martín Faz Mora, consejero electoral en San Luis Potosí sin filiación
partidista o grupal y reconocido por su integridad.
¿Cuál es el problema, entonces, para el morenismo y sus aliados, si
tres de los nuevos consejeros tienen o han tenido relación con grupos o
personalidades de la izquierda electoral y uno más, Faz Mora, es de
corte progresista? El punto fino estriba en que la construcción de una
alternativa eficaz de cambio en el INE ha quedado entrampada en los
rejuegos partidistas y grupales, sin una visión de mayor aliento para
esas transformaciones. El
consensode partidos, tan celebrado ayer, es una confesión de que los intereses de esas agrupaciones se sienten a salvo e incluso, como se pudo escuchar ayer, los partidos más repudiados en 2018 están retomando el discurso de
civilidad,
democraciay
unidad por México.
De tiempo atrás, el presidente López Obrador anunció que presentaría una reforma
integralal sistema de pensiones, con el fin de atender la miserable situación de millones de jubilados y el perfil de quienes, en un futuro, estarían en tal situación, sin olvidar que a estas alturas sólo tres de cada 10 mexicanos en edad y condición de laborar tienen acceso a ese derecho.
Suficiente resultó el planteamiento del tabasqueño (durante su
campaña electoral, si no falla mi memoria) para que los barones de las
administradoras de fondos para el retiro (Afore) sudaran frío y se
pusieran a temblar, porque
intuíanque la meta era estatizar el sistema nacional de pensiones; es decir, cancelar el lucrativo negocio (con el sello pinochetista) que 23 años atrás les armó Ernesto Zedillo durante su inquilinaje en Los Pinos (
la gran solución social al México moderno de hoy, un sistema moderno, ágil, transparente y, sobre todo, justo, cacareaba este cínico personaje).
Pero AMLO no dio ese paso. Se limitó a intentar
mejorarel perfil de las jubilaciones, por lo que de inmediato se escucharon las fanfarrias de la Asociación Mexicana de Administradoras de Fondos para el Retiro, la Confederación Patronal de la República Mexicana, el Consejo Coordinador Empresarial y la Asociación de Bancos de (en) México, quienes, tras largos meses de sudoroso sufrimiento, ayer celebraron que
sujugoso negocio –cada vez más concentrado– con dinero ajeno será intocado.
Sin duda, el modelo pensionario mexicano es una bomba de tiempo y el
nuevo proyecto de reforma no la desactiva. En el mejor de los casos,
retrasa el estallido. Por ejemplo, entre las mejoras que se proponen
está la de incrementar la tasa de ahorro obligatorio, un aumento gradual
para alcanzar la meta en un plazo no mayor a ocho años, y sería asumido
por la parte privada, sin costo fiscal para el Estado, aunque de todos
es conocido y padecido que una de las especialidades de la patronal es,
precisamente, evadir esa responsabilidad legal (y muchas más, desde
luego).
Pero bueno, de acuerdo con la información gubernamental, “las
acciones (…) resultarán en un incremento promedio de 42 por ciento de la
pensión que alcancen los trabajadores; esta reforma se construyó con el
consenso de los tres sectores (trabajadores, patrones y Estado) a favor
de un aumento significativo al monto económico que tendrán acceso los
trabajadores. Las tres acciones principales son: el aumento en las
aportaciones para el retiro; la disminución del requisito de número de
semanas de cotización para alcanzar el derecho, y el incremento en el
valor de la pensión mínima garantizada”.
Ya sin identidad, AN recrea engaño
El tiempo ha logrado disipar
dudas. El triunfo del PAN al inicio del siglo en las elecciones
presidenciales fue producto de la desesperación patológica de una
sociedad lesionada por una forma de gobierno que supuso que bastaba con
el cambio de partido para dar un vuelco al sistema que lo oprimía.
El error, como ahora se ve, lo sigue pagando el país con miseria, con
muerte y corrupción, por citar algunos de los males que crecieron y se
desarrollaron con el panismo, que ahora trata de significarse como la
opción frente al estilo de gobierno que significa la Cuarta
Transformación.
Pero esa opción era un engaño, el PAN y el PRI atendían, y atienden, a
una sola forma de pensar, esa en la que el mercado gana y todos
perdemos, así que por ningún motivo podrían haberse anunciado como la
alternativa, pero lo hicieron porque lo suyo, lo de ellos, en verdad, es
la patraña.
Y pese al fracaso que aún duele, y mucho, ahora atacan a la jefa de
Gobierno, Claudia Sheinbaun, con la cantaleta de la oposición que
destruye, que falsea, que no propone, y cuando lo hace, traiciona, como
ha sido la forma de hacer política de los azules cada vez más conocida,
cada vez menos útil, pero siempre peligrosa para una sociedad a la que
el ungüento de las redes sociales, antes que sanar, enferma.
El PAN ahora ha perdido, además, su identidad política; nadie podría
decir que es un partido de derecha a secas, más bien los azules se han
convertido en una organización apta para la transa y la impunidad, por
eso, a fin de cuentas, olvida hasta su afán conservador si de ello
depende un buen negocio.
En la Ciudad de México, que muchos tildan de ser una urbe más bien
alejada de las ideas de izquierda, el PAN no logra triunfos porque sus
habitantes tienen bien claro quiénes son y qué significan los azules.
Fox y Calderón les impartieron una muy dura lección, que no han
desperdiciado.
Los azules perdieron uno de sus bastiones en la elección pasada: la
alcaldía de Miguel Hidalgo, y en los comicios que vienen podrían perder
también Benito Juárez, y tan lo saben que han lanzado campañas contra la
jefa de Gobierno desde las redes sociales, campañas pagadas,
mentirosas, muy a su estilo.
Parecería que en términos reales los panistas ya no significan nada
como posibilidad de ganar algo más de lo que tienen, pero la idea, la de
ellos, que saben cuál es su realidad, no es otra que destruir lo que
para la comunidad se ha logrado en este gobierno y recrear otra elección
enferma, donde ellos se constituyan otra vez en el engaño que suponga
alivio, mientras el mal avanza.
Esa película ya la vimos... y la vivimos.
Editorial
El presidente Andrés Manuel
López Obrador presentó ayer la propuesta de reforma al sistema de
pensiones, cuyo texto es resultado del consenso entre el gobierno
federal, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación de
Trabajadores de México (CTM). En presencia de los dirigentes de estos
organismos, del secretario de Hacienda y los presidentes de las juntas
de Coordinación Política del Congreso, el mandatario resaltó que con el
nuevo esquema aumentaría en 70 por ciento el monto percibido por quienes
reciben la pensión mínima, al mismo tiempo que la masa de los
pensionados pasaría de 34 a 82 por ciento de los trabajadores que llegan
a la edad de retiro. Como reconoció el propio López Obrador, incluso
con estas mejoras la cuantía de las pensiones que alcanzará la mayor
parte de los trabajadores dista de ser la idónea, pero representa una
solución inmediata en el terreno de lo posible.
Y los trabajadores ya pensionados, ¿cuándo?
El anuncio del presidente
Andrés Manuel López Obrador sobre la reforma a la ley de pensiones hecho
ayer no es un asunto menor. Es una excelente noticia para los
trabajadores en activo, ya que tendrá repercusiones positivas en la
jubilación de millones de personas que podrán disfrutar de un retiro
honroso. Con esta medida, el régimen de la 4T derrumba otro mito
neoliberal, según el cual hay que marginar a los trabajadores que dejan
de estar activos y asumen su calidad de pensionados.
Hace poco más de 14 años
ocurrió la tragedia de la mina de carbón en Pasta de Conchos, municipio
de San Juan de Sabinas, Coahuila, donde 65 mineros perdieron la vida.
Fue precisamente el 19 de febrero de 2006, a las 02:20 de la mañana,
cuando ocurrió una terrible explosión que dejó atrapados a los
trabajadores y sólo nueve, que estaban en la entrada, sobrevivieron,
aunque con severas heridas y cicatrices que jamás se podrán borrar.
Asólo unos meses de las
elecciones presidenciales en Estados Unidos, hay diversas opiniones
sobre cómo votará el importante electorado hispano. Una opinión
controversial surgió entre los críticos mexicanos de la reciente visita
de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) a Washington DC. Entre otras
cosas, alegaban que la visita del Presidente mexicano le generaría votos
hispanos a Donald Trump, el candidato republicano. Sin embargo, hay
varias razones por las cuales este argumento no resulta convincente.
Lejos de su principal oferta,
la iniciativa de reforma pensionaria anunciada por el presidente Andrés
Manuel López Obrador (AMLO) el pasado 22 de julio no pagará mejores
pensiones, pero sí conllevará mayores subsidios fiscales. No resuelve el
desafío estructural del Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), el
sistema de capitalización individual, ni tampoco atiende a los
trabajadores al servicio del Estado (apartado B), a los de las entidades
federativas, universidades y municipios. Como iniciativa, al igual que
la reforma neoliberal de Ernesto Zedillo al Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) de 1995/7, sólo proyecta nuevamente el problema
hacia el futuro: patea el bote.
Una crisis como ninguna otrafue la expresión que, en la actualización de verano de Perspectivas de la Economía Mundial, empleó el Fondo Monetario Internacional para caracterizar a la que a lo largo de la primera mitad de 2020 ha diezmado la actividad económica global a consecuencias de la pandemia de Covid-19 y de las acciones para combatirla. El esfuerzo multilateral más ambicioso para responder a esa contracción de la economía y contrarrestar sus consecuencias sociales ha sido el emprendido por la Unión Europea, que alcanzó una primera culminación en el fin de semana corrido del viernes 18 al martes 21, en
una cumbre como ninguna otra.
El domingo 19 de julio Cuba
reportó cero casos de Covid-19. Desde que se dieron a conocer las cifras
iniciales de contagiados, el 11 de marzo, es la primera vez que la
jornada cierra con un número tan grato, aunque la curva venía en caída
libre desde finales de abril. Las autoridades han pedido no bajar la
guardia y se mantienen la pesquisa activa, el cubrebocas obligatorio y
la distancia social en los espacios públicos, pero hay un ambiente
relajado en la calle, como de la luz al final del túnel.
En una interesante
intervención, el titular de la SHCP, Arturo Herrera, expuso la situación
fiscal de la hacienda pública mexicana en una reunión con Canacintra.
Su idea central es que el gobierno federal no tiene ningún margen de
maniobra. Para el gobierno, si se aprobaran estímulos fiscales, tendrían
que financiarse con deuda, lo que aumentaría el pago de intereses en
2021. Consecuentemente, ante ingresos fijos, habría que reducir
proyectos sociales por el monto en que se incrementó el pago de
intereses. El punto crucial es que no pueden aumentar los ingresos
tributarios.
La gran rebelión de masas
chilena se anotó una victoria muy importante ayer. Hacía días que se
esperaba lo que ya es un hecho: la aprobación en ambas cámaras del
Congreso del derecho de los 11 millones de afiliados de las
Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) a retirar por una sola vez
10 por ciento de lo cotizado, equivalente a unos 20 mil millones de
dólares. Algunos argumentan que no es la solución más idónea para el
drama social que viven esas personas, pero la mayoría lo ve como una
ayuda económica muy importante. Más por venir en un momento en que el
gobierno del presidente Sebastián Piñera ha hundido al país en una de
las peores situaciones a escala internacional debido a su desastrosa
gestión de la pandemia. También ha sido incapaz de adoptar planes
sociales que signifiquen un verdadero apoyo a grandes sectores populares
muy afectados económicamente por el encierro, pero que venían con
grandes carencias desde antes, pues el coronavirus ha servido para
agravar y mostrar en carne viva los daños ocasionados a las sociedades
por las políticas neoliberales. Frente a la pandemia, el gobierno de
Piñera únicamente buscaba salvar la cuota de ganancia de sus amigos en
los grandes grupos económicos, pero ni eso ha logrado, dado el daño tan
grande que la enfermedad está haciendo a la economía.
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