La cobertura de la covid-19 en Cuba, aunque aún
reproduce estereotipos patriarcales, confirmaron una investigación y un
foro debate derivado de ella, en general, ha sido oportuna y creativa,
con “nombres, rostros y aterrizajes diversos a la cotidianidad de las
personas.
Madrid, 09 jul. 20. AmecoPress/Redacción.- El
estudio refleja que aún “no superamos la reproducción de roles y
estereotipos de género patriarcales, ni el lenguaje sexista en tiempos
de covid-19”, opinó la periodista Adalys Ray Haynes en el foro “¿Cómo publicar con éxito sobre la COVID-19?”, convocado desde la plataforma Cubaperiodistas.
Coordinado desde la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), el debate virtual partió del análisis del informe“Buenas prácticas de comunicación hipermedia en tiempos de COVID-19”,
que analizó productos periodísticos de todo el país, en busca de
identificar valores comunes en la cobertura de la pandemia en entornos
digitales.
Ese déficit, ya identificado, podría ser “un buen punto de partida
para repensar nuestra producción comunicativa” desde perspectivas menos
sexistas, precisó Ray Haynes, con formación previa en temas de género y
presidenta de la UPEC en la provincia de Las Tunas, a unos 600
kilómetros de La Habana.
“Aunque no se aprecia una abierta reproducción de roles y
estereotipos de género patriarcales, si se detecta la persistencia de
lenguaje sexista, algo que no es privativo de las coberturas de la
covid-19, sino que resulta deuda pendiente aún en la prensa cubana”,
refiere el citado estudio, coordinado por el Instituto Internacional de
Periodismo José Mártí (IIPJM), de la UPEC, en alianza con OXFAM y con
apoyo de la Embajada de Canadá en Cuba.
El proyecto se inscribe en la iniciativa Ponte Alerta Ante covid-19,
que apoya el enfrentamiento de las autoridades cubanas a la pandemia y
cuenta con la participación de otras organizaciones internacionales como
Humanity&Inclusion (HI).
Sin embargo, el propio texto advierte que la razón podría estar en el
“hecho de que el sector sanitario cubano cuenta con mayoría de mujeres y
de que, desde el inicio, la información oficial se manejó desagregada
por sexo, consigue equilibrio de fuentes y de miradas entre hombres,
mujeres y personas con diverso grado de vulnerabilidad en las
coberturas”.
“Hay un buen equilibrio de fuentes por género, pero tiene que ver más
con la mayoría de mujeres en el sector de la salud y no tanto con una
intención expresa de avanzar hacia una comunicación menos sexista”,
coincidió Dixie Edith Trinquete, periodista y una de las autoras de la
investigación.
Investigación en tiempos de pandemia
¿Qué periodismo se ha hecho en Cuba en tiempos de covid-19? ¿Ha sido
eficaz? ¿Se pueden recuperar algunas de estas prácticas para situaciones
similares en el futuro?
Esas y otras interrogantes similares sirvieron de pauta al IIPJM para
organizar el taller “Buenas prácticas de comunicación hipermedia en
tiempos de covid-19”, para fortalecer capacidades de equipos
periodísticos y medios de prensa en momentos de contingencias
sanitarias, partiendo de la identificación y análisis de buenas
prácticas.
Un equipo de periodistas, cientistas de la información y una médica
con especialización en comunicación y estadísticas seleccionó propuestas
de periodismo hipermedia y analizó sus aportes y déficit en función de
13 criterios, muchos de los cuales coinciden con recomendaciones de medios comunicación y organizaciones internacionales para la cobertura de la pandemia.
Entre ellos, la inmediatez de la cobertura y la veracidad de la
información; el aporte de análisis a la información oficial cotidiana de
la pandemia; el manejo de estadísticas de los impactos diferenciados de
la pandemia sobre grupos etarios, sexos y contextos, y el uso de
fuentes diversas formales o informales, confiables, científicas,
verídicas y chequeadas.
Pero también evaluaron que los productos fueran atractivos y fáciles
de comprender por públicos diversos; adaptables a diferentes
plataformas digitales, que se alejaran del sensacionalismo e
incorporaran “historias personales de superación de los pacientes, el
personal de salud y las comunidades frente a la enfermedad”, entre
otros.
Para Lisandra Gómez, otra de las investigadoras y periodista de
Matanzas, ciudad a unos 200 kilómetros de la capital, este último
criterio sigue siendo un desafío.
“El análisis también nos deja como deuda el mejor aprovechamiento de las
historias de vida. Nos seguimos preocupando por las cifras y por no ir
más allá de los números”, reflexionó durante el foro.
Además de Trinquete y Gómez, el equipo estuvo integrado por los
periodistas Ernesto Guerra (Juventud Técnica), Sabdiel Batista
(presidente de la UPEC) e Itsván Ojeda (Periódico 26), de La Habana,
Cienfuegos y Las Tunas, respectivamente.
También participaron Patricia Alonso Galván, del Centro Nacional de
Información de Ciencias Médicas; y Manuel Alejandro Romero, profesor de
Ciencias la Información de la Universidad de La Habana.
A juicio de Alonso Galván, una de las buenas prácticas que debería
extenderse a las coberturas de prensa sobre epidemias es el “buen manejo
de las estadísticas, que incluye además el empleo correcto de los
indicadores y una presentación adecuada y atractiva de la representación
gráfica relacionada”.
Un tema muy reiterado en el foro fueron las diferencias de
infraestructura tecnológica entre los medios para enfrentar el
periodismo hipermedia. No es lo mismo la capacidad productiva para la
hipermedialidad de la televisión, que la de medios de prensa escrita,
apuntaron foristas.
Sin embargo, Ojeda considera que muchas “de las desventajas
tecnológicas se pueden acortar con mucho trabajo en equipo,
planificación y acción coordinada”, apuntó durante el debate.
Con él coincidió Batista. A su juicio, “la tecnología no determina la
forma que haces periodismo, sino la preparación, la intencionalidad, la
organización”, precisó.
Foto: Gráfico correspondiente al informe “Buenas prácticas de comunicación hipermedia en tiempos de COVID-19”.
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